Capitulo III : Helado de chocolate

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Tenía frío ya que estaba en el suelo en ropa interior color negra. Steven se montó en mi, yo solamente intentaba en vano escapar de él.
-¡AYUDANME! ¡POR FAVOR! - gritaba con todas mis fuerzas mientras lloraba.
Steven me dio una cachetada haciendo que mi cuerpo temblará con más intensidad.
-¡Callate! Zorra barata - grito él, con furia.
-Haber estúpida solamente dinos que no te meterás con Markus...- Dijo Danna, pero yo solamente pensaba en porque había parado de hablar.
Danna miraba hacia el lado derecho, tenía la boca abierta.

-¿¡QUÉ ESTÁN HACIENDO!?- grito una voz familiar.
-Oh, ella solo quería jugar ya sabes lo normal que hacen las putas- dijo Emily con inocencia y una sonrisa en su rostro.
-¡PUES ESAS LÁGRIMAS EN SUS OJOS NO DEMUESTRAN ESO!- no entiendo su enojo, realmente es una buena persona porque a penas me conoció hoy y nadie nunca antes se había atrevido a ¿defenderme?
Steven se levanta de mi con el ceño fruncido.
-¿Cuál es tu problema?- le dijo a Markus con la mirada fija.
Pero antes de que el pudiera contestar Danna se adelanta.
- Oye esta bien, vámonos chicos.

Leticia me avienta mi uniforme y yo lo abrazo como si fuera una niña pequeña con su oso de peluche.

-¿Estas bien?- dice el con voz suave, entonces se agacha hasta quedar a mi altura, yo solo puedo bajar la mirada, un rubor aparece en mis mejillas y es en vano que trate esconderlo.
-Ah perdón creo que es mejor que te vistas primero - dice el con la voz avergonzada.
-Si- murmuro.

Me pongo el uniforme y me levanto, sacudo mis calcetas que de ser blancas pasaron a ser grises y veo su espalda, es alguien tan lindo, observo su cuello y sus hermosos chinos.

-¿Ya?- dice el haciendo que de un pequeño saltito.
-Eh si- digo algo apenada.

El se voltea y me abraza, sus brazos están protegiendo todo mi cuerpo, mis manos están en su pecho.
Empiezo a llorar, jamás había sentido esta protección, esta libertad de poder llorar sin miedo porque se que el no me va a lastimar. Mis manos aprietan su suéter azul, el me abraza con mas fuerza, no quiero que esto se acabe quiero estar así para siempre, sintiéndome libre entre sus brazos. El baja sus manos a mi cintura y me busca con la mirada, con una mano levanta mi barbilla, chocó con sus hermosos ojos cafés como el chocolate y me pierdo en ellos, puedo olvidarme de todos mis problemas, sus ojos son como un universo, un universo en el que quiero estar toda mi vida.

-Oye mi Alicia ... perdome- ¿Perdonarlo? ¿A qué se refiere?
-¿Porque lo di-dices?- le digo con él ceño fruncido.
-Porque si no te hubiera dejado sola esto no habría pasado- me dice el con la voz temblorosa y empieza a llorar ¿Qué? No quiero que lloré y menos por mi.
-N-no pasa nada, al contrario gra-gracias por ... por no tomarme como un objeto y verme co-como una humana- le digo con un poco de pena porque no se si esta bien expresarse.
-¿Quieres ir a comer un helado? Y es inevitable no verte porque eres muy hermosa, sobre todo eres diferente y no hay nada mas hermoso que lo diferente.
-Eh yo... si- murmuro, mis mejillas por enésima vez su tornan de un rojo carmesí.
-Vamos- dice el con su hermosa y triste sonrisa.

Una vez estando en un pequeño parque vamos hacia un puesto de helados.

-¿De qué lo quieres?- dice el, yo pienso quiero con helado con la dulzura de esos hermosos ojos cafés que tienes.
-De chocolate por favor- murmuro con un poco de pena.
-Me da dos de chocolate por favor- le dice el al vendedor quien con mucha amargura se los da.
-Son $26- dice el señor con la voz ronca.
-Aquí tiene- dice Markus con una sonrisa- Gracias.
Me da un helado a mi
-Gra-gracias- le digo, parezco un disco rayado siempre estoy tartamudeando.
-No te preocupes Alicia ¿Quieres ir a los colum...- antes de que termine la frase salgo corriendo hacia los columpios, los columpios son recuerdos hermosos que nadie borrará de mi, pueden darte tristeza o felicidad.
-Vaya que te gustan- me dice el con una sonrisa en su rostro, se sienta en el columpio de mi lado derecho y empieza a comer su helado- aunque tengo que admitir que es hermoso verte sonreír, siempre estas escondiendo ese bello rostro.
-Eh ¿si?- murmuro.
-Si, tienes una hermosa sonrisa- ¿Qué? Nadie antes me había dicho algo así yo ....
-Gracias- es lo único que puedo decirle.
- No, gracias a ti - me dice el con si voz suave.
- También por él helado- le digo con una tímida sonrisa.
-Yo amo el helado.
-Yo a los columpios.
-¿ Una carrera?- me dice él con diversión.
-¡Si!- le digo con una sonrisa.

Empezamos a columpiarnos pero para mi desgracia el me va ganando.

- ¡Te voy ganando linda!
-¡Eres mas alto que yo!

Aunque yo solo quiero guardar este hermoso momento a su lado, con mis pies imaginariamente estoy caminando en el cielo y veo las nubes, si, me gusta mas la noche porque es mas hermosa no se ustedes.

Después de 15 minutos nos detenemos, mi manos me duelen, nos quedamos viendo al rededor del parque, hay una chava corriendo con su perro ¡Oh! Esperen es ¡Sam!.

-Vámonos- le digo con miedo, a pesar de que ella es muy linda también es muy sobre protector, si ve a Markus conmigo lo va a matar.
-¿Porque? - me pregunta con él ceño fruncido.

Yo solo me limito a levantarme e irme lo mas lejos posible, el viene de tras de mi, yo solo tengo miedo de que pueda pasarle algo. Si Sam le dice a mi papá que estaba con Markus, me va a pegar y de paso también a el.
Paramos en una pizzería.

-¿Qué pasa Alicia?.
-...
-Dime por favor- no se si decírselo.
-Te lo diré pero... será a su debido tiempo ¿si?.
-Esta bien hermosa pero ya tranquilizate- pasa un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.
-Gracias por entender- murmuro tratando de esconder mi rostro en mi cabello.
Estamos a unas cuadras de mi casa así que creó que lo mejor sería irme a mi casa.
-Yo ya tengo que irme.
-¿Quieres que te acompañé?
-No gracias, es mejor que vaya sola.
-No quiero que te pase nada.
- Esta bien- le contesto con una sonrisa.
-Pues vamos.

Caminamos en silencio hacia mi casa, esta pintada de un color azul, tiene una puerta de madera y es de dos plantas.

-Yo creo que hasta aquí esta bien.
-¿Aquí vives?
-Si.
-Bueno, adios hermosa- baja su rostro hasta llegar al mío y me regala un beso en la mejilla.
-Adios Markus- después de esto decido irme a mi casa pero cuando llego escuchó unos gritos.
Vienen de la habitación de mi papá, camino con pasos temblorosos hacia su habitación y el esta con una mujer.
Ugh Dios que asco están desnudos yo inmediatamente decido cerrar la puerta e irme a rápidamente a mi cuarto.
Es asqueroso, papá siempre tiene que traer a una mujer aquí a la casa pero lo peor de todo es que solamente las utiliza no se para que pienso que es sola mente por diversión.

En mi cuarto sacó mi laptop y empiezo a ver anime. Después de varios minutos de estar sentada mientras veo anime decido bajar para comer algo, bajo las escaleras con miedo a que mi papá me vea y luego me dirijo a la cocina. Una voz hace que de u pequeño salto por el susto.

-¿Quién es el- dice Sam cruzada de brazos y recargada en la estufa. Mierda me ha descubierto.
-¿De qué .... de qué hablas? - murmuró con mucho miedo y buscando un pedazo de pizza en el refrigerador.
-A mi no me engañas Alicia- me volteo para verla y aún sigue trayendo el traje deportivo de dos piezas color negro, tiene el ceño fruncido- Anda dime...
- Eh yo.... Es nuevo en la escuela y me ha hablado.
-Ah ya veo ¿Sabes lo que diría papá?.
-Si lo se pero por favor no le digas no quiero que le pase algo.
-Esta bien pero prometeme algo.
-Dime
-No dejarás que el te lastime.
-Si esta bien Sam, no te preocupes.
-¿Vas a comer pizza?- me dice con una sonrisa.
-Si ¿quieres?.
-Deja calentarla y ahorita te habló ¿va?
-Vale.

Hoy fue un día de muchas emociones.

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¿Ángel o demonio? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora