La hija de Molly (Peter Pan y tú)

•4- Hadas•

*Vista de Peter*
-Un hada- repetí.
-Pero si no...- le tapé la boca corriendo arrastrándola hasta la pared.
-No digas eso, o un hada morirá.
Le destapé la boca con cautela.
-¿Intentas amenazarme con historias mágicas?
-¿Es que nunca te cansas de hacer preguntas?
______ me recordaba mucho a la conducta de Molly, su madre.
Ninguna de las dos podía callarse durante más de un segundo.
-No. Lo he heredado de mi madre.
<<Lo sé>> Pensé.
-Ajá- es lo único que pude decir.
Campanilla se acercó a mi oído.
-No me cae bien- gruñó.
Yo me reí.
-¿Qué te hace tanta gracia?- preguntó ______.
-A Campanilla no le caes bien.
Campanilla se puso roja como un tomate.
-¿Campanilla?
-Sí, el hada.
-Ah, me había olvidado de su presencia. Yo solo oigo cascabeles. ¿Cómo es que tú puedes oírle hablar?
Realmente no se cansaba de preguntar.
Me senté en la cómoda y la miré expectante.
-No lo sé. Sólo yo puedo oírla- confesé.
-Debe ser muy frustrante para ella no poder comunicarse.
-Claro que puede comunicarse.
-¿Cómo?
Campanilla se acercó a ella harta de todas sus preguntas y se lo hizo saber a través de gestos y magia.
-Entiendo. No soy de tu agrado.
Me reí junto con campanilla mientras ______ me fulminaba con la mirada.
-¿A qué has venido?
Su pregunta me pilló por sorpresa.
-He venido a buscarte.
-¿A mí? Creo que te has equivocado.
-No. ¿Es tu cumpleaños no?- imploré. A la tenue luz de la luna parecía hermosa.
-Lo fue hace una hora.
Sonreí.
-Quiero llevarte conmigo a un lugar.
-¿Está muy lejos?
-Mucho más de lo que te imaginas.
-No puedo irme... Yo... Mis padres ...
-No te voy a obligar.
La miré expectante a los ojos color café.
-Está bien. Pero déjame escribir una nota.
Hice un gesto con la mano señalando al escritorio.
Ella se sentó en la silla y empezó a escribir sobre el papel con esmero.
-¿Y dónde está ese lugar?- dijo a la vez que doblaba el papel a la mitad y lo situaba sobre su cama.
La conduje hasta la ventana y señalé con el dedo al cielo.
-La segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer.
-¿Pero a dónde me llevas..?- quiso saber.
Sonreí.
-A Nunca Jamás.