[Epílogo pt. 8 - Las horas del alba]

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Peter tenía la mirada clavada en el horizonte cuando ______ se aproximó a él.
-¿Tienes todo listo?
-Más o menos- se rascó incómodo la cabeza.
-¿Qué pasa?
-Es que... Es la primera vez que voy a dejar Nunca Jamás por un tiempo.
-Peter, apenas nos vamos un par de días, seguro que los niños perdidos ni se dan cuenta.- sonrió y miró al mismo horizonte que Peter.
El paisaje era sacado de una exposición de arte. Los árboles yacían inmóviles y sin embargo estaban llenos de vida. Las hadas se dedicaban a decorar cada rincón de sus ramas con flores de todos los colores y tamaños.
Los niños perdidos dormían alrededor de una hoguera improvisada mientras que los más mayores contaban historias al rededor de esta.
El cielo era de un azul oscuro con cientos de miles de estrellas alzándose y brillando al unísono.
Y la luna, oh, la luna. Se erguía en todo su esplendor iluminando con su cálida luz plateada que se reflejaba en el agua de ríos, lagos y el extenso océano.
______ suspiró.
-La verdad es que yo también voy a extrañarlo estos días.
Peter la miró y le sonrió. Se acercó a ella y le dio un tímido beso en la mejilla.
-¿Estará mal si hago esto en tu casa?
-Solo si no nos ven.- se apoyó en el hombro de Peter y observó el maravilloso paisaje.
-Tenéis que iros ya, hemos preparado vuestro equipaje.
Un niño de unos diez años de edad se aproximó a nosotros con una sonrisa y señaló el camino.
-Gracias.- respondió Peter yendo hacia él.
-Prométeme que volveréis- dijo entre lágrimas abrazando el cuerpo de Peter.
Este lo miró con cariño y asintió.
-Volveremos.

La hija de Molly (Peter Pan y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora