•12- Las hadas existen•

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*Vista de ______*
Peter y Garfio están peleando en el agua, y yo busco una manera de que Campanilla no muera, sus alas están perdiendo el brillo.
Pienso una y otra vez y la imagen de mi madre cantándome una nana viene a mi mente.
-Yo creo en las hadas... Yo creo, si creo...- empiezo a cantar cada vez más alto.
Peter me escucha y una sonrisa se enciende en su cara.
-Campanilla no mueras, por favor... Peter te necesita...- sigo cantando la canción.
Campanilla está recuperando su color y no puedo evitar llorar de la alegría.
Abro el tarro y ella sale disparada hacia arriba volando y luego va en dirección a Peter.
Mientras tanto yo voy al camarote de Garfio y le quito una espada.
Peleo con varios de los piratas que se ponen en mi camino.
Corro hacia la pared de la cueva que está más próxima al agua y empiezo a dar golpes en la pared con un sonido acompasado a las agujas de un reloj.
Después de unos minutos, un enorme caimán aparece por el agua.
-¡Ahora!- grito.
Peter sale volando fuera del agua y el caimán se come a Garfio de un bocado.
Los niños perdidos gritan de ilusión y yo suspiro al ver que todos están bien.
-Volvamos a casa...
Caminamos por el frondoso bosque hasta llegar a casa.
Una vez dentro cenamos y hablamos.
-Peter... No quiero despertar...
-¿Qué? ¿Aún piensas que esto es un sueño?
-Es que lo es.
-¿A sí?- Peter se levanta y se acerca a mí.
-¿Puede un sueño provocarte esta sensación?- me pellizca en el brazo.
-¡Ay!- me quejo.
-¿O esta otra?- Peter me estira del pelo.
Vuelvo a quejarme. Me pongo en pie y le miro a los ojos.
-Un sueño puede ser tan real que al despertar aún piensas que sigues en él.
Peter suspira.
-¿Puedes disfrutar esto tanto como en la realidad?
-¿Disfrutar el qué?- digo extrañada.
Peter se abalanza contra mí y me besa.
Le sigo el beso.
-Contesta.
-Sí, porque ese era mi deseo, y es por eso que ha pasado.
-No, ese era mi deseo.
-¿Deseas lo mismo que yo?
Los niños perdidos estaban sorprendidos y armando jaleo detrás nuestro.
-Sí- respondió tímidamente Peter.
-Entonces, ¿por qué no haces nada para cumplir tu deseo?
Peter me miró a los ojos.
-¿Tus deseos han cambiado?- los ojos se me llenaron de lágrimas.
-Nunca digas nunca.
Peter volvió a besarme. Pero esta vez el beso fue más largo y duradero.
Cuando nuestros labios se separaron, Campanilla voló alrededor nuestro dibujando un corazón con polvo de hada.
Ambos nos reímos.
-¿Ya te caigo bien?- le pregunté a Campanilla.
Peter respondió por ella como su traductor personal.
-Dice que no, que ahora te odia más, pero que por salvarle la vida y por que eres mi mayor deseo, ella se va a comportar bien.
Una sonrisa de dibujo en nuestros rostros.
Esta noche realmente había sido increíble pero, ¿para conseguir un beso de sus dulces labios tengo que decir que esto es un sueño? Este chico es más complicado que yo... Me encanta.
Sonreí en mis sueños, o quizás no...

La hija de Molly (Peter Pan y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora