°18- Discusión°

6.2K 438 23
                                    

*Vista de ______*

Mi habitación estaba en penumbra, serían aproximadamente las 11 de la noche, por lo que mis padres no deberían estar durmiendo aún.
Le hice señas a Peter de que me siguiese a las escaleras.
Descendimos hasta la planta inferior que estaba vagamente iluminada de la luz procedente de las bombillas del salón\comedor.
Mi padre estaba sentado, como siempre, en su sillón de cuero marrón, mirando un programa de variedades en la televisión mientras que, mi madre, estaba tumbada en el sofá de terciopelo gris leyendo una novela de ficción, cosa que tiene gracia ya que no le gustan.
-Mamá... Papá...
Mi padre se giró como si fuese un día normal, como si no hubiese desaparecido...
Mi madre, sin embargo, se levantó y me abrazó fuertemente.
Peter apareció por entre las sombras y se colocó a mi lado.
-¿Ahora traes chicos a casa?- preguntó mi padre examinando a Peter.
-¿Qué? Peter no...- no pude terminar la frase porque mi madre me interrumpió.
-No es un chico cualquiera. Es Peter Pan.
-¿Peter Pan? ¿Ese amigo imaginario que tenías de pequeña?
-¡POR DIOS!- dijo mi madre (aunque no era religiosa) alzando escandalosamente la voz.- ¿no ves que no es imaginario?
Mi padre volvió a posar la vista en Peter y después en mi.
-No, desde luego parece sacado de un cuento, pero parece real, o yo no estoy cuerdo.
Mi madre se llevó la mano a la frente.
-¿Qué quieres?- dijo en tono cortante mi madre.
-Quiero que me dejes ir- respondí yo con su misma frialdad.
-No te estaba hablando a ti.
Guardé silencio.
-Quiero que escuches a tu hija, y aceptes su petición de marcharse conmigo y...- mi madre le interrumpió.
-¿Y? ¿Que no crezca nunca? ¿que no vuelva a verme nunca? ¿que le hagas el mismo daño que me hiciste a mi cuando te ofrecí venirte conmigo y me rechazaste?- dijo mi madre conteniendo el llanto pero con un tono de ira en la voz.
-Yo... No. Es decir, no voy a hacerle daño, y ¿crees que a mi no me dolió que prefirieses irte a vivir a la ciudad y crecer que quedarte conmigo?
-Era una cría y tuve que tomar una decisión sensata. Algo que por tu culpa, mi hija no puede pensar ahora.
-¡NO HABLES DE MI COMO SI NO ESTUVIERA AQUÍ! Soy mayorcita para tener mi propia opinión, y ya he decidido lo que quiero hacer.
-¡TÚ NO SABES NADA DE LA VIDA! ¿crees que va a ser bonito una juventud eterna mientras yo, tu padre, tus amigos envejecen? mientras los abandonas...
Roja de la furia que tenía acumulada me puse a llorar.
-Yo no voy a abandonar a nadie...- dije casi en un susurro.- pensaba venir a veros a todos los fines de semana, en las fechas importantes... Pero viendo como te opones a mi felicidad, no vendré a verte a ti.
-Tú no te vas a ninguna parte.
-Sí, mamá, me voy.
-¿Con el permiso de quién?
-Con el mío.
Mi madre se rió.
-¿Es que tú no piensas decir nada?- se giró hacia mi padre que contemplaba la escena desde su mullido sillón.
-Dejala que se marche- dijo mi padre lentamente, calmado.
-Gracias papá.
-¿Qué?- estalló mi madre.
-Estás privándola de la vida que te hubiese gustado tener, por la que vivistes los años más felices, y ahora, vas a dejar que tu propia hija se amargue por un sentimiento ridículo de rencor que tienes contra un niño...
Fueron las palabras de mi padre lo que me hizo darme cuenta de que pese a su carácter realista, quizá en lo más profundo le gustaba la magia.
Mi madre no dijo nada.
Nadie dijo nada.

La hija de Molly (Peter Pan y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora