•16- De vuelta•

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*Vista de ______*

Las condiciones del niño perdido no habían mejorado cuando Peter y yo llegamos.

-¿Cómo te encuentras?- preguntó Peter.

Jay tosió en base de respuesta.

Me acerqué a su camastro hecho con hojas de palmera y me arrodillé.

-Tranquilo Jay, voy a curarte- dije casi en un susurro.

Jay cerró los ojos y le coloqué la mano en la frente. Efectivamente tenía fiebre.

Examiné su piel, que era de un tono rosado a causa de unas erupciones que habían aumentado por el calor.

-Vale... necesito... necesito que lo bañéis, con agua fría, eso hará que le baje la irritación en la piel y la fiebre.

Los niños perdidos y Peter asintieron y se llevaron a Jay.

Saqué de mi bolsillo un pequeño kit de emergencias y lo abrí; dentro había todo lo necesario para curarlo.

Unos minutos después volvieron y dejaron suavemente al niño de nuevo en la cama.

-Tengo que ponerte esto, es una pomada, puede que te escueza un poco, pero por nada del mundo puedes rascarte o frotarte. ¿Entendido?

-Sí...- dijo con voz débil.

Le apliqué la pomada por todas las zonas infectadas y a continuación lo tapé con una manta.

-______, ¿Puedo hablar un momento contigo?- dijo Peter acercándose a mi.

-Claro.

Me condujo fuera de la madriguera donde vivían.

-Esto yo... quería darte una bellota.

-¿Una bellota?

Peter asintió y apartó la mirada de mi rostro.

-Está bien...

Peter se acercó a mi y me plantó un beso.

Abrí los ojos como platos ante la sorpresa, pero no me aparté.

El beso que duro unos segundos se me hizo eterno.

-Gracias- pronunció con su clara voz.

Yo estaba sin palabras, me dediqué a mirar su expresión, su rostro, sus imperfectas perfecciones.

-Eres hermoso.

Peter se extrañó y sonrió tímidamente.

-No puedes decirme hermoso cuando estás tú aquí delante.

Me ruboricé. Realmente, chicos como él no quedan.

-Creo que ya tengo que irme Peter, solo he venido porque necesitabais mi ayuda, pero no me necesitáis para nada más.

-Eso no es cierto, ______. Los niños perdidos te necesitan, yo te necesito...

-Pero yo... mis padres...

-¿puedo hacerte una pregunta seria?

-Este es el momento indicado para ello.

-¿Tú realmente quieres crecer?

Me quedé en blanco ante la duda. Era evidente que Peter lo decía con seriedad, como si se pudiese detener el crecimiento.

-Todos crecemos tarde o temprano.

-Yo no- dijo con sequedad.

-Quizás no hayas crecido físicamente o en edad, pero has crecido mentalmente y como persona.

-No logro entender tus pensamientos...

-Yo tampoco, Peter, yo tampoco...

*********

Ya era de noche cuando regresamos a la madriguera.

-¿Entonces qué has decidido?-me preguntó uno de los niños perdidos.

-Ha costado mucho, sobretodo porque las formas de convicción de Peter no son muy buenas...- reí- pero creo que ya sé que voy a hacer...

Los niños perdidos y el propio Peter me miraban expectantes.

Cogí aire y lo dije.



La hija de Molly (Peter Pan y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora