PRÓLOGO

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Sofía

Me levante de pronto como si mi propia cama me molestara, camine alrededor de mi habitación mirando cada detalle, cada cosa, cada fotografía. Y todo allí dolía, era molesto. Me hacía sentir en ruinas como si estuviera a punto de desmayarme, sin fuerza. Solo un profundo vacio en mi pecho que me causaba dolor incluso al respirar. Mis ojos comenzaron a humedecer mi cara una vez más, los cerré con fuerza recordando la última vez en la que pude sonreír.

Mire mi escritorio. Ahí estaba una fotografía, era él... la capture aquel día en que visitamos a sus tíos, tenían una granja a las afueras de la ciudad. Un Golden Retriever lo acompañaba en la foto. Me acerque y la agarre detallándola de tal forma que casi podía recordar el momento justo. Su piel algo tostada brillando bajo el sol, gotas de sudor en su frente, no podía ver sus ojos pues cargaba lentes de sol, pero sabía que me miraba directo a mí y no la cámara, lo sabía por la forma en la que sonreía. El perro a sus pies tenía la lengua fuera a causa de la sed. Ambos habían hecho una carrera antes de la foto y eso me tenía riendo a carcajadas, eso y la forma en la que el cabello un poco largo de Lucas se alborotaba con la brisa, lo que causaba una foto cómica y jodidamente sexy de él. Era una foto perfecta, una de mis favoritas y tenía un repertorio amplio, pero en ese momento ese justo momento capte algo que quizás en otras fotos no es tan obvio, el amor de Lucas hacia mí.

Gotas cayeron en el marco de la foto, las limpie y acaricie el rostro de Lucas, mis dedos cosquilleaban y mi corazón se apretujo en mi pecho. Lo extrañaba tanto que dolía, imaginarlo me dolía incluso más de lo que dolía el saber que no volvería.

Coloque la foto en su lugar y sorbí mis mocos, limpiando mi rostro con la manga de mi suéter, abrí el cajón de mi escritorio y saque una página en blanco, tome un lapicero y sin saber cómo comenzar decidí desarrollar la idea que se me acaba de ocurrir, le escribiría una carta, si eso haría, a diario, contándole cada detalle de mi vida... sin él.

Lucas

Odio que me dejaras, odio que incumplieras tu promesa ¿Juntos por siempre eh? ¡Mentiroso! Te dejaste ir, y lo peor, sin decirme adiós. ¿Por qué Lucas? Yo te amo tanto, no puedo creer que ya no estés.

Hoy es el tercer día sin ti ¿Puedes imaginar como estoy? Apenas y he podido dormir, o comer, pero no te preocupes no soy tan estúpida como para causarme una enfermedad y morir, aunque lo he considerado ¿Me esperarías, Lucas? ¿Si muero... me buscarías en el cielo? ¿Al menos y si estás ahí?

Lo siento, se que odias esos pensamientos. Tu, que eras tan lleno de vida y nada depresivo, decías que la vida era un regalo, lo más valioso, y aunque no eras tan religioso si creías en la existencia de un Dios. Espero que estés con Dios, espero que de alguna forma escuches mis pensamientos plasmados en esta carta, en serio lo espero porque lo hare a diario ¿sabes? No vas a deshacerte tan fácil de mi. Lucas, jamás podrás salir de mi corazón, y aunque ya no estarás físicamente en mi vida, hare que estés a través de estas cartas... lo prometo, yo si te cumpliré, o al menos lo intentare un poco más de lo que intentaste tú.

Pd: No me olvides...

Yo nunca tratare de olvidarte.

Sofía.


Nunca me olvidesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora