Louis
Y así sin más Sofía se alejo. Huía como si yo fuera la clase de tipo que la destrozaría, que quizás lo era, pero juro por Dios que mis intenciones solo eran devolver el brillo a sus ojos. Ese que salía solo cuando hablaba de Lucas, sentía envidia y cierto nivel de resentimiento por él, pero no lo culpaba, él no lo eligió así.
Podría jurar que él la amó tan intensamente como ella aun lo ama a él, definitivamente la hizo feliz. Hacía días había puesto su nombre completo en Google y salía con detalles su accidente y lo devastados que estaban en la comunidad donde vivía y la universidad donde estudió, junto con Sofía. No me sorprendí cuando leí con detalle lo que había sido su corta vida, era todo lo que ella merecía. Tuve miedo pero que se joda todo, seria egoísta, y daría lo que fuera por tenerla porque sabía que lo que causaba en mi al tocarme o verla sonreír, solo una mujer en la vida lo lograría y esa era ella.
—No te dejare ir tan fácil... —Dije a nadie en especifico, estaba aún sentado en los bancos de descanso en la cancha de tenis viéndola alejarse con su amiga. Aarón se acercaba a mí con una sonrisa come mierda. Se sentó a mi lado y saco su teléfono aun sonriendo.
—Tengo su número —Dijo, elevando su teléfono hacia mí.
—¿El de Sofía? —Exclame, medio emocionado y medio celoso. El rodó sus ojos.
—El de Valentina, su amiga ¡Calma españolito! —Rió en voz alta —Te ayudare, es su mejor amiga podemos sacarle ventaja a eso— Asentí, tenía razón.
—No quiero hacer las cosas mal con ella Aarón, siento que ella... es diferente— Aarón asintió.
—Son un par de chicas especiales, calma hermano, lo resolveremos. Por ahora vayamos al bar por algo fuerte que nos ayude a pensar —Asentí y ambos nos levantamos para seguir.
—¿Qué paso ese día que Val te llevó? —Aarón sonrió y me miro con picardía —¡Ya te la tiraste! Mierda Aarón.
—No, no llegamos hacia allí. Pero... casi y no porque no quisiera. Fuimos interrumpidos. Pero ya pasara —Lo mire mal —Te juro que nada hará que tu rojita se moleste —Lo mire mal de nuevo y solo se encogió de hombros. Era un imbécil.
Al anochecer luego de varios tragos y un plan (diseñado por Aarón) para lograr una cita doble, llegue a mi casa, no estaba ebrio pero el alcohol estaba en mi sistema.
—Buenas noches para ti también, veo que volviste a tus costumbres — Me señalo mi padre que estaba en la sala recibidora leyendo el periódico.
—¡Mierda! — Agarre mi pecho —Me has dado un susto de mier... ¡Papá! Deberías estar durmiendo, como de costumbre— Le dije, y me dispuse a subir las escaleras.
—Mientras vivas en mi techo debes respetar las normas, Louis— Me reí.
—Está también es mi casa, por ley, y ya no soy un niño, Padre.
Subí tan rápido como pude y el siguió hablando pero no logre oír, no me arruinaría la vida de nuevo, ya no.
Llegue a mi habitación y me desvestí rápido, prendí mi laptop y abrí el correo. Redacte uno rápido con dedos torpes y ansiosos para Sofía, estaba temeroso de que no volviera por mi atrevimiento pero necesitaba saber que de verdad deseaba ayudarla. Luego de enviarlo entre a la ducha, desesperado porque fuera mañana.
Sofía
Me encontraba en mi habitación mirando fijamente la pantalla de mi laptop, tenía una nueva notificación, un correo. Respire hondo y lo abrí, no me sorprendía de verlo simplemente me sorprendió el hecho de que él aun sabiendo mi estado fuera capaz de hacerlo. Seguía sola en casa, al llegar lo primero que hice fue ducharme y preparar la cena, esperaba que papá llegara pronto pero no, era casi pasada las diez y ellos aún no llegaban. Inquieta fije mí vista una vez más y leí con atención:
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Nunca me olvides
Romance"Llega un momento en el que alguien te rompe en pedazos, pero también alguien te reconstruye de golpe. Y, joder, qué bonito". Benjamín Griss. Tan impredecible es la vida, tanto que de un momento a otro puede cambiar. En el momento en que Louis regr...