Epílogo.

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Gracias por llegar hasta aquí, este capítulo es muy largo así que pueden comer un bocadito si es que desean mientras leen.

Después de la graduación, la verdadera prueba para ambos empezó

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Después de la graduación, la verdadera prueba para ambos empezó.

Y Leonardo fue el primero en dar grandes pasos. El primero fue la decisión de mudarse junto a sus padres a un nuevo lugar por un fuerte motivo: El nuevo puesto de Eleonor, la madre de Leonardo.

Eleonor quiso aceptar de inmediato, sin embargo creyó que la paz de su hijo debía estar en primer lugar así que consultó con él, y también con su esposo, y la familia llegó al acuerdo de marcharse.

Fue un cambio muy drástico, el clima, las personas, todo era muy diferente, además era un pueblo chico y Leonardo estaba acostumbrado a la ciudad, aún así trató de verle el lado bueno al intercambio y no le costó demasiado hacerlo al poco tiempo de conocer Hightrees.

Era un lugar lleno de gente amable y particulares, en especial sus vecinos quienes los habían recibido con un almuerzo para un picnic el primer día de mudanza. La familia Frostburg se vió confundida pero aceptaron y Leonardo conoció uno de sus lugares favoritos en aquel paseo, un hermoso paisaje que mostraba un camino de flores de diferentes colores.

Había sido un día increíble y creyó que no podría ser mejor hasta que llegó una chica a unirse al picnic de manera casual. Se presentó como Sol y saludó a ambas familias con una alegría contagiosa, Leonardo al verla sonrió con nostalgia ya que su forma tan vibrante de ser le recordaba a un rubio muy especial. Y al llegar el turno de compartir una charla con Sol, supo de inmediato que tendría una amiga.

Leonardo decidió no desperdiciar ni un día y enfocarse en la meta de encontrarse, aunque no sabía por donde empezar así que le pidió ayuda a Sol y ella se vió encantada ya que practicaba el espiritualismo.

Yoga, meditación, paseos por la playa, descubrir lugares que le brindaban paz, probar cosas que nunca había probado como un nuevo estilo o un plato vegetariano. Sentía muchas ganas de despertar e iniciar el día para seguir conociéndose más y más. Le gustaba, le encantaba vivir ahí, por primera vez sentía que pertenecía a un lugar.

Sin embargo, Apolo no dejaba de aparecer en su mente e incluso en sus sueños, a veces lo veía en algunas personas o escuchaba su voz que resultaba ser de otro chico que pasaba por ahí. Así que decidió contarle su historia con Apolo a su amiga y ella lo llevó a meditar a uno de sus lugares favoritos de ambos.

Leonardo estaba en la famosa posición para meditar y escuchaba la voz de Sol a su lado haciéndole preguntas que lo hacían pensar y pensar, no dejaba de darle vueltas al asunto gracias a su amiga y abrió los ojos con frustración.

—Esto no está funcionando, ¿ok?

Sol negó con la cabeza mirando a su amigo —Con esa actitud, obviamente no —sonrió con paciencia y volvió a cerrar los ojos —¿Te molestó que no te haya detenido cuando decidiste dejarlo?

Cayendo Por Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora