CAPITULO 25

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Al conocer a Jaime, nunca hubiera imaginado que tuviera ninguna enfermedad pues Jaime parecía un chico normal, sin problemas y siempre era muy optimista en todo.

Quizás si se hubiera enterado antes de esto, nunca habría dejado de hablarse con Jaime y hubiera pasado con el sus últimos momentos de vida, pues ya se sabe que la vida es corta y nunca sabemos cuando puede terminar.

No podía creer aun lo que había leído así que decidió llamar a Ana para ver lo que ella pensaba de todo esto.

Cogió el teléfono y se dispuso a llamarla.

-¿Si?.-contesto Ana.

-Hola Ana,soy Daniela.-dijo ella.

-Dime.-dijo ana muy intrigada,era rara la llamada.

-Ya me llegó la carta de Jaime y la leí, estoy muy sorprendida.-dijo daniela mientras su cara se llenaba nuevamente de lágrimas.

-Losiento, si te sirve de consuelo yo tampoco sabía nada de esa enfermedad que tenía, el nunca se lo contó ni a sus padres.-dijo ana muy triste.

Jaime era un chico tan bueno, que nunca quiso contarle nada a nadie para no hacer sufrir a nadie junto a él, siempre pensó que lo mejor sería ocultarlo hasta el día que todo terminase.

-Jamás me imaginé esto, pero ya no se le puede hacer nada.-dijo daniela mientras se secaba algunas de sus lágrimas.

-No,ya no pero no te preocupes. Bueno Daniela te tengo que dejar, hablamos en otro rato ¿si?.-dijo la chica muy amablemente.

-Vale, y muchas gracias por todo de verdad.Adiós un beso.- dijo daniela cordialmente mientras le colgaba el teléfono a la chica.

Después de colgarle se quedó tumbada un rato en el sofá, tenía el cuerpo como flotando en una nube de la que quería bajar, no se esperaba para nada todo aquello.

De repente la llamaron del hospital, era el médico que estaba atendiendo a su madre.

No se esperaba esa llamada, así que muy preocupada cogió el teléfono.

Algo más que un simple amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora