Un bebé es lo más lindo y hermoso, un milagro desde la perspectiva de Baekhyun y por supuesto para Chanyeol, pero sabían que ese pequeñito milagro no debía aparecer. No en sus estados actuales.
No era el momento ni el lugar preciso para hablar del...
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•••BaekHyun
Me sentía mareado, mi voz no salía como deseaba sin contar con el dolor en mi vientre el cual estaba más duro de lo normal, mis cachorros iban a nacer y lo peor nacerán sin que su padre los vea. Deje salir un largo gemido doloroso uno que alertó a los demás quien se habían mantenido lejos de mi dolor y aún palpitante, el despedirme de Yeol.
— ¿que tienes baek? — kyung fue el primero en acercarse a mi lado tratando de que me pusiera de pie, pero simplemente la mera idea de colocarme de pie me dolía.
— ¡ya-ya vienen!— chille lo último dejando salir un jadeo, mi frente ya tenía sudor y sentía mis piernas temblar. KyungSoo duro un segundo en reaccionar y los demás parecieron alterarse un poco.
— espera un poco baek, tenemos que llegar a la casa o buscar un lugar...— KyungSoo trataba de tener un plan, pero mis hijos querían nacer en este momento.
—mhm, no creo poder siquiera caminar. Soo lo haremos aquí — suplique y este pareció choqueado con la idea.
— BaekHyun no podemos, tu embarazo es de dos gemelos, además de que son lobos. — dijo histerico perdiendo la cordura — ¡para variar tiene mitad monstruo!
Mis ojos se ampliaron y una enorme irá creció sosteniendome de un solo brazo, tome a kyung de la mano.
— ¡no vuelvas a decir o pensar eso de mis hijos, sino se me olvidará quién eres! - amenazo con molestia, mi lado animal molesto a como son llamados mis hijos.
Xiumin fue el que alejo de kyungsoo quién se quejaba por la fuerza en que lo lastime. — baek, calma sabes que Soo no quiso decir eso esta preocupado por tus hijos sabes que un parto de lobo es complicado, tus hijos tienen a otro portador en su interior y no has cumplido con las semanas para que nazcan.
Deje de sentir tanta ira al escuchar la explicación de Xiumin, sabía que Marce se había molestado, pero no por el sobrenombre que le pusieron sino por insultar a mis hijos.
Mire a Soo quien ya había dejado de quejarse y me miraba con pena, sonreí un poco.
— lo siento, Soo— pronuncie despacio tratando de regularizar mi respiración y este asintió.
— perdón.— fue lo único que dijo y sonreí.
Los chicos se la idearon para levantarme, chille de dolor pues mis bebés me estaban quebrando la columna o eso sentía yo. Aún no había roto la fuente y las contracciones eran dolorosas y cada vez más largas.
—no puedo...— gemí dejándome caer de rodillas, dejando salir mis lágrimas— duele mucho — susurre.
