Mi Querida Guardaespaldas( Lauren Jauregui)

CAPÍTULO 18- Beso

Dos semanas después…
-Siento lo de Nana. –dijo Nicole, se podría decir que era mi mejor amiga.

Caminábamos por el pasillo de la escuela, llamando la atención de todos los presentes como siempre.

-Ya paso. –dije algo triste al recordar que no estuvo conmigo cuando más la necesitaba por el viaje que tuvo que hacer para visitar a su mamá.

Veía a todos los chicos mirando nuestras piernas y nuestros cortos shorts, pero no éramos las únicas que llamábamos la atención aquí.

Prontamente seria la fiesta de comienzo de año y las porristas como siempre haciendo aviso de la gran fiesta.

-¿Este año iras a destronar a la capitana de las porristas? –dijo Nicole mirando a Natasha, la capitana y la única enemiga que tenía en esta ciudad.
-No, no quiero sus lágrimas de derrotas. –dije pasando por el lado de Natasha y dando un pequeño empujón.

-¿Puedes mirar por donde caminas estúpida? –dijo ella gritándome.

Di vuelta y reí con una sonrisa sínica. –Lo siento querida.

Ella me mostró el dedo del medio. Yo no lo iba a soportarlo.
Solo en un segundo después yo estaba encima de ella en el piso. Todos los presentes nos rodearon. Un golpe en el ojo, otro en la parte inferior del labio.

-¡Vamos _______! –escuche algunos gritos, mientras seguía dándole  golpes y tiradas de cabello.

Sentí unas delicadas manos en mi cintura elevándome del piso.

-¡Dejame matar a esta perra! –grite con todas mis fuerzas, tratando de zafarme de su agarre.

-Cálmate. –hablo delicadamente a mi oído.

Quede inmóvil.
Reconocí su voz. Lauren Jauregui.

-Vamos. –me empezó a obligar a caminar, mientras todos los demás veían inconsciente a Natasha en el piso.

Me entró a una sala vacía.

-¿Dónde tienes la cabeza _________? –dijo con la mano en la cintura, como si fuera mi mamá y realmente molesta.
-Que ahora tomas el rol de mamá?. –dije aguantando la risa.
-Por Dios… te preocupa que tomo ese rol pero no te importa andar pegándole a chicas por ahí como si nada?–dijo acercándose.

Reconocí la sala, aunque no era sala. Eran los vestuarios de mujeres. Me apegue a uno de los casilleros, mientras ella se acercaba a mí.

-Peleas bien. –susurro en mi oído.

Se veía tan hermosa con jeans oscuros, era la primera vez que no la veía con su uniforme.

-Me gusta que susurres en mi oído. –dije tomando el borde de su camisa.
-A mí me gusta la expresión que pones cuando lo hago. –dijo susurrando cerca de mis labios.
-Bésame. –dije encima de sus labios.

Ella agarro mi labio inferior, y comenzó a besarme lentamente. Mientras yo ponía una de mis manos en su cuello y la otra en su espalda. Sus manos recorrían parte de mi espalda.
Un tosido fingido hizo separarnos rápidamente…