"Caida"

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*Narra Jared*

No me pregunten como pero pude descubrir dónde estaba Dayan, era una bodega abandonada al otro lado de la ciudad, al parecer era dónde la mafia de esa ciudad se encargaba de hacer todo tipo de sus negocios los cuales no eran para nada legales, bueno los míos tampoco lo eran pero en fin, conseguí una motocicleta y conduje hasta alli.

Era un edificio enorme, más que una simple bodega abandonada parecía una fábrica abandonada oxidado las cuales estaban medio abiertas, entre y en esta había una salón grande, vacío que tenia entradas que conducían a varios corredores, en uno escuche los sollozos de alguien

-Maldición - Dije bajandome como pude de la motocicleta, fui hasta los portones grandes de metal los cuales estaban entre abiertos, allí había un gran salón vacío el que tenía varios pasillos, en uno de ellos escuche sollozos inmediatamente camine lo más rápido que pude hacia ese corredor, los sollozos provenían de una puerta en el fondo la cual estaba entre abierta también

No dude ni un segundo y fui hasta esa puerta, la abrí y en esa habitación que parecía una celda una mujer en el piso, medio desnudan y con el cabello revuelto se arrastró hasta una esquina tratando de alejarse de mi

-No más...por favor - Dijo ella tímidamente, de inmediato reconocí esa voz

-Tranquilízate, ya estoy aquí - Decía inmediato ella levantó la vista hacia mi, efectivamente era Dayan

-J-Jared - Ella intento levantarse pero no pudo - C-Como...¿Como llegaste aquí? ¿Que te paso? - Dijo ella viendo mi bastón

-Eso no importa - Me agaché a su altura y la abrace, hace semanas que no sentía el calor humano como en ese momento - ¿Estas bien? - Ella negó con la cabeza - ¿Que te hicieron? - Ella me abrazo muy fuerte y comenzó a llorar

-Pensé que nunca vendrías...Jared las niñas...

-No te preocupes, las vi, vi a nuestras niñas, ellas están perfectamente - Ella sonrió ante esto

-Vaya vaya niño bonito - Unos tipos entraron y tenían a mis hijas en brazos, se llevaron a Dayan a la fuerza a una habitación donde las encerraron a las tres, de allí sonaron tres fuertes disparos

-¿Lo vez? No todo en esta vida es color de rosa - Dijo Falcone entrando a la habitación, me quito el bastón y caí de rodillas.

"Naiper"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora