-Ahora-
Volamos toda la mañana y parte de la tarde por exuberantes lugares. El bosque del olvido. Las cataratas Sagradas. El desierto de hielo. El trono purpura. La ciénega carmesí. El valle dorado. Eran solo algunos nombres que había logrado memorizar de los muchos que sobrevolamos. Starlight se mantuvo callada la mayor parte del camino. En el poco tiempo que la conozco, aunque ella asegura que es más del que recuerdo, sabía cuándo había algo que la preocupaba grandemente. Quería preguntarle el motivo, pero no lo hice. Me limité únicamente a hablar y preguntar sobre las distintas zonas en las que nos encontrábamos. Sabía que, por el momento, ella aún no estaba preparada para contarme lo que sucedía y que cuando ella lo estuviera, me lo haría saber. Así que no la presione.
— Ciudad Olive a la vista —anunció uno de los jinetes. Todos dirigimos la vista hacía el horizonte donde, por causa del sol que empezaba a ocultarse, solamente se podía observar la silueta de la ciudad.
— Oye Star, ¿Estás lista? —preguntó Isa mientras se acercaba y volaba junto a nosotros.
— Creo que si —respondió.
—Todo estará bien —dijo Isa devolviendo una sonrisa. Starlight solo asintió con la cabeza.
La ciudad se empezaba apreciar mejor. Aunque aún estábamos lejos se podía observar la gran altura de la muralla exterior. Volamos sobre un ancho río que al parecer, rodeaban el terreno que ocupaba la ciudad creando, de esta forma, una barrera natural. Dos puentes eran los que permitían el acceso. Estos estaban fuertemente custodiados. Volamos hasta llegar a la muralla que era mucho más imponente de lo que me había imaginado. El alto era como de 150 metros. Y esta se extendía más allá de donde mi vista me permitía ver. Descendimos en uno de los tantos baluartes que había en toda la muralla. Isa hablo con uno de los centinelas y de nuevo elevamos el vuelo.
Desde el aire se podía tener una visión completa de la ciudad. Esta estaba dividida en nueve secciones con muros mucho más pequeños que el exterior. Pero aun así tan altos para no ser escalados fácilmente. Ocho secciones rodeaban a una más grande. En la cual se encontraba un enorme castillo con torres que se alzaban casi a la altura del muro exterior. Era realmente una fantástica obra arquitectónica. En el mundo real no había nada que se comparara con la magnificencia de ese castillo. O de la ciudad.
Antorchas empezaron a encenderse ya listas para alumbrar en la noche que estaba por llegar. Descendimos en la entrada principal del castillo. Desmontamos los grifos y caminamos desde allí. Me sorprendí cuando pude ver las antorchas. Eran pequeñas llamas flotantes que, al parecer, podían pasar toda una vida sin apagarse. El camino hacia la entrada del castillo era estaba llena de estás antorchas. Además, una fila de soldados perfectamente en guardia se encontraba a lo largo de todo el camino. Ninguno de ellos tenía la intención de moverse. Hubiera pensado que eran estatuas de no ser que los veía parpadear. Porque, de manera minúscula, veía sus pechos inflarse al respirar.
Me acerque a Starlight, quien a medida que avanzábamos, parecía más intranquila.
— Esta ciudad es realmente increíble —comenté esperando una respuesta de ella para romper ese silencio en el que estaba envuelta. Ella se quedó en silencio por un rato.
— Sí que lo es —respondió ella. Una sonrisa se formó en mi rostro. Por un instante había pensado que no respondería.
— Pero no se compara con la Ciudad de plata. ¿Cierto?—dijo Isa intentando animar a Starlight a hablar más.
— Ciudad de plata. ¿Dónde está? —pregunte. Ambas se vieron a los ojos.
— Justo arriba de nosotros —respondió Starlight dirigiendo su mirada hacia el cielo.
— ¿Arriba? —dirigí la vista esperando ver algo. Pero no veía nada más que el cielo oscuro y las pequeñas estrellas que empezaban a adornarlo.
— Si, arriba —afirmo Starlight— La ciudad flotante de plata. Está rodeada por una barrera de protección que al mismo tiempo la hace invisible desde acá— añadió.
— Pero en realidad no es un secreto su ubicación. Prácticamente todos saben dónde está. Aunque eso sí, no todos pueden acceder a ella —agregó Isa.
Las puertas principales del castillo, de pronto fueron abiertas. El interior del castillo parecía recién creado. Todo era tan brillante. Tan nuevo. Parecía que el tiempo no había pasado en este lugar. ¿Cómo puede haber un lugar tan reluciente como este? Me preguntaba mentalmente. Me había perdido observando esos detalles, que no había dado cuenta que a unos 15 metros de la puerta había una inmensa pared con una extraña figura esculpida la cual indicaba final del camino. Un largo pasillo se extendía hacía los dos lados del lugar. A cada cierta distancia había un círculo dibujado en el suelo. Este contenía muchos signos que no entendía. ¿Acaso entendía algo de este mundo? No lo creo. Estos círculos y signos emanaban una luz color purpura. Y en ocasiones parecían, de alguna manera, proyectarse en la nada, como un holograma.
Isa, Starlight y yo nos colocamos sobre uno de los círculos mientras que los demás se colocaban en distintos. Instantáneamente la luz que emanaba de los signos se hizo más brillante. Fue tan brillante que tuve que cerrar mis ojos. Un sonido como el de una ráfaga de viento inundo mis oídos. Una sensación extraña recorrió mi cuerpo, era como si mi alma quisiera abandonar mi cuerpo. Todo esto ocurrió como en un segundo. Luego todo volvió a la normalidad.
— La sensación de la primera vez. ¿Creí que ya lo había superado? —Dijo Isa entre risas— ¡Oh! Lo había olvidado. Vamos ya puedes abrir los ojos —rió de nuevo. Todo había sido tan extraño y, hasta cierto punto, tenía temor de abrir los ojos. Lentamente los fui abriendo. Ellas estaban sonriendo frente a mí viéndome directamente al rostro. Desde que nos dirigíamos hacía acá, era la primera vez que podía ver sonreír a Starlight. Quizás sea por lo asustado que me encontraba, bueno, no interesa. Lo importante es verla sonreír. Aunque me sentía apenado por la incómoda situación.
— Felicidades acabas de realizar tu primer viaje a través de un portal —Isa me dio unas palmadas en el hombro —vamos con el tiempo lo superaras —agregó.
Efectivamente, ahora nos encontrábamos en un lugar distinto. Una puerta estaba frente a nosotros. Nos acercamos y esta se abrió. Una gran sala se encontraba detrás.
— Solo Starlight —dijo una voz que resonó por todo el lugar haciendo que nos detuviéramos. Starlight se quedó quieta, como tomando valor y luego entro a la sala. Volteo a vernos, dio una pequeña sonrisa de confianza y siguió caminando.
— Star —susurró Isa. Las puertas se cerraron rápidamente, dejándonos afuera.
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Starlight (RETOMANDO...)
FantasyChristopher Bellamy, es un chico normal como cualquier otro, va a la escuela, tiene una vida social, su vida personal es igual de aburrida como las demás, a perspectiva de las otras personas. Su mundo gira de cabeza cuando conoce a Maya Watterson...