Rubias

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Mi primer día de escuela era hoy, 7:00 am. El despertador resonaba en toda mi casa, ya tenía todo listo y planificado, desde mi ropa a la rutina que haría llegando a la escuela, pero obviamente los nervios me tenían como prisionera.

- Buenos días - saludó mamá cuando me senté en la mesa.
- Buenas días - coloqué en un tazón un poco de cereal y yogurt.
- ¿Como te sientes? - preguntó mientras lavaba unos platos.
- No lo sé... nerviosa, con comezon y con ganas de vomitar.
- No exageres Tory, todo lo que necesitas es confianza en ti.
- Claro que tengo confianza en mi, pero nunca fui a una escuela y la verdad e visto muchas series sobre que la nueva es el punto de fastidio y ...
- Ya calmate Tory - dijo mamá riendo un poco.

Después de desayunar ya estabamos en el auto camino a la escuela y en 15 minutos estaba frente a la escuela, era muy grande.
- Bien cielo, hora de
ir - mamá sonrío dándome aliento y salí del auto.

Crucé la puerta principal y me encontré con todos los estudiantes, muchos estaban conversando, otros jugando y otros solo caminaban por los pasillos.

- Okey - susurre para mi, tenía que ir primero a la dirección a recoger mi horario y la llave del casillero, esto de los casilleros me emocionaba, iba a ser como esas chicas que vi en series de televisión dónde todo Narnia cabía dentro; en fin, me dirigí hacía unos chicos con chaquetas deportivas que estaban apollados en unos casilleros, tenía que preguntar a alguien dónde queda la dichosa dirección.

- Ehhmmm... Hola - salude alzando un poco la voz para que pudieran escucharme pero al parecer no me escucharon ... o no me querian escuchar.

- ¡HOLA! - grité y un chico de cabello rubio y ojos azules voltearon hacia mi.
- ¿Que quieres? - preguntó de mala gana
- Que-quería saber dónde esta la dirección - dije algo nerviosa.
- Vaya, una nueva - una sonrisa estilo guasón se puso en su rostro.
- Podrías ...
- No, encuentrala sola - se giró y me dio la espalda.

Me sentí un poco avergonzada, pero no importaría, seguí caminando por el gran pasillo principal esperando encontrar una señalización o un croquis de la escuela... pero nada, me sentía como una niñita perdida en un centro comercial. Iba caminando y pensando en cual sería mi plan B para tener una buen día en la escuela, pero choqué con una chica de cabello rubio y ondulado, juraría que era rizitos de oro.

- ¡Ay!¡Fíjate por dónde caminas pies de mantequilla! - se quejó la rubia fijando sus ojos de color marrón como el café en mi rostro, luego fue paseando su mirada de arriba hacia bajo escaneandome como ese robot de la película Terminator.
- Lo siento - dije en un susurro y me agaché para recoger su libro que había caído - aquí tienes -se lo acerqué y me arrebató.
Antes de que se diera media vuelta y me ignorara le cogí del hombro suavemente y volteó con rapidez.
- Quería saber si podías decirme dónde esta la dirección por
favor- intenté sonreír pero al ver su gesto de fastidio la sonrisa se esfumó.
- Bueno, chiquita... no te conozco ni quiero conocerte así que fuera.de.mi.vista - giró sobre sus talones y se fue contoneandose por el pasillo donde todos le habrían pase.

Me apollé en unos casilleros mientras sentía que mis mejillas enrojecían y pensaba en que si Josh estuviera aqui todo hubiera sido más fácil.

- ¡QUE NADIE TIENE MODALES AQUÍ! - exclamé en voz alta sin querer y rápidamente tape mi boca, como un impulso, pero nadie pareció escuchar por todo el bullicio a excepción de una chica morena alta y delgada de cabello ondulado color marrón oscuro muy bien definido.

Diferencias AmorosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora