Ojos azules

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Estoy feliz, quiero decir, Tory ya me a perdonado así que sólo eso ya me pone felíz. Hoy es domingo, estoy tirado en el sofá esperando a que venga Tory, eso dijo que haría... ¿Y si no viene?... si vendrá, eso espero.

Escuché la puerta de mi casa sonar, el corazón se me aceleró con solo pensar en que la persona que está del otro lado de la puerta es Victoria.

- Ya voy - dije acercandome hacia la puerta y girando la manija, la persona que estaba ahí no era Victoria.

- ¡JOSH! - una personita de cabello rubio y algunas mechas castañas se abalanzó hacia mi en un, muy fuerte abrazo.

- ¿N-Nicole? - dije totalmente tieso, no la había visto en todo el verano, nunca a venido a verme...

- ¿Cómo estás? - dijo sonriendo.

- Supongo que bien - dije aún sorprendido.

Nos quedamos mirandonos en incómodo silencio por unos segundos.

- Ehhhmm... ¿Planeas dejarme aquí todo el otoño? - dijo ella con una risita.

"planeas volver a jugar conmigo" pensé.

- No, pasa - abrí la puerta lo suficiente para que su delgada figura pueda entrar.

- Y ¿Que has estado haciendo? - dijo sentandose en el mueble.

- Viajé a Harrisburg, papá tuvo un gran pedido de muebleria - dije yo sentándome en el mueble contiguo.

- Vaya, te habrás divertido - dijo apoyando su rostro sobre sus manos, era como una niña pequeña.

- Claro que sí - mentí, Sólo lo dije para que no pensara que me he tirado todo el verano pensando en ella o cosas así, y la verdad el viaje a Harrisburg a sido uno de los peores viajes que tuve.

Otra vez el INCÓMODO silencio, no sólo viene para preguntarme cómo estuve en el verano, la conozco como a la palma de mi mano, me dediqué a conocerla por meses, parecía Un verdadero psicópata.

- ¿Quieres hablar de algo? - pregunté para romper el silencio.

Ella abrió su boca y la volvió a cerrar, tuvo al parecer unos segundos de meditación y volvió a hablar.

- Si, bueno... el verano a sido muy aburrido sin verte sabes, bueno me sirvió para darme cuenta que te necesito conmigo, sé que cometí tantos errores que tú nisiquiera tenías que pagar por ellos, pero estoy aquí para arreglar las cosas... quiero otra oportunidad. - me tomó de la mano, sus ojos azules estaban clavados en mi, todo un cosquilleo pasó por mi cuerpo, recordé los momentos buenos con ella, el porqué de mi enamoramiento... estoy jodido.

- Y-yo no se que decirte Nicole, han pasado tantas co...

- No, no digas nada, yo iré por ti esta vez - me interrumpió, que quería decir?

- Bu-bueno - si sé que soy un idiota en responder eso, pero que podía hacer sentía que estaba totalmente congelado.

- Gracias - se abalanzó hacia mi y sus brazos rodearon mi cuello, mi reacción no fue inmediata pero finalmente le correspondí el abrazo.

Se levantó del sofá y caminó hacía la puerta - Debo irme - me dijo, me levanté con velocidad y le abrí la puerta, salimos hasta la acera y estuvimos unos instantes en silencio, ella con sus ojos azules fijos en mi.

- Te veo luego - dijo rápidamente, sujetó mis mejillas y me besó, fue rápido, luego camino sin más hacia la esquina.

Iba a entrar pero una figura a unos metros estaba parada, recorrí aquella figura desde las zapatillas blancas, el jean negro y la camiseta rosada; llegué a sus ojos apunto de derramar ciertas lágrimas, llenos de desilusión y decepción. Corrió, mis piernas reaccionaron por sí solas y la siguieron, Victoria corría tan rápido, pensé que iría a su casa pero no, sólo se internó en un gran callejón, el cuál casi yo ni frecuentaba.

Diferencias AmorosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora