Girls Misfortune.

Episodio 13

"Camino"

— ¿Que paso?. — Se las arregla para decir con un tono de dolor.

— Un auto te golpeo. Y seguí recto.

— Un auto.... — Cierra los ojos para luego abrirlos como platos. — ¡Un auto!.

— Si un auto.

— ¡Pero... ¿Pero tu eres tonta?!.

— Es que.... no alcanze a decir nada. — Mira al suelo y luego a Anna. — Pero eso nos dice que estamos más cerca de la civilización.

— ¡Corramos tras el auto!.

Anna comenzó a correr, con Esther detrás de ella. Hasta que sus piernas empezaron a doler y aquello hizo que se detuvieran.

— ¡No corras tanto, mierda!. — Exclamo Esther detrás de ella.

— Mierda. — Se queja Anna. — Estoy obesa. — Se deja caer al suelo.

— ¿Que dices?. Eres bulímica. — Dice mientrás la levanta del suelo.

— No soy bulímica, hize eso una vez por qué lo que había comido era mierda de... — Esther la deja caer haciendo que Anna quede boca arriba, mirando al cielo gris. — Esther se te ve bien la ropa de negro. — Esther solo le sonrie a su amiga. — Y las bragas negras también. — Esther, avergonzada, se lanza encima de Annalise, quien reía.

— ¡Eres una pervertida!. — Le dice Esther.

Las dos quedan sentadas en medio de la carretera pensado. Hasta que Annalise pone sus dos manos sobre las mejillas de Esther y ella hace lo mismo.

— Estas caliente, Esther.

— Tu también, Annalise.

— Estas sangrado. — Dice Annalise.

— ¿Que?.

— Sí, estas sangrando de la cabeza.

Esther lleva la mano a su cabeza y contempla su mano llena de sangre.

— Esther...tus mejillas están rojas.

— Es que... me da... vergüenza verte.

Annalise, sin ninguna razón, deja que sus delgados labios se unan con los de Esther.

— Desde pequeña fuiste una pequeña idiota. — Masculla Esther.

— Y tu siempre fuiste una maldita engreída y concentida. — Le dijo Annalise mientrás abría lentamente de piernas a Esther y se colocaba (con cuidado de no cargarse demasiado) encima de ella.

— ¿Sabes lo que más quiero ahora?. — Pregunto y de un parpadeo su ojo marrón había desaparecido, volviendo a aquél gris azulino.

— ¿Que?.

— Quiero que tu... quiero que tu...¡Aahh! — Aquél grito fue provocado por Annalise, quien se había dejado caer sobre su delgado y delicado cuerpo. — Eres una estúpida. — Se las arregla para decir con el poco aire que le quedaba.

— Ah. Que mal.

— ¡¿Pues como esperabas que reaccionara?!.

— Pues como reacciona una pareja al estar así, tontita.

— Nunca podrás ver mi rostro de orgasmo.

— Entonces intentare verlo.

— ¡Para!. — Exclamo Esther al sentir que Annalise hizo un movimiento pélvico sobre ella. Aquello provoco que su rostro se tornará mas rojizo.

— ¿Que te ocurre, Hank? — Pregunto Annalise con una sonrisa. — ¿No te gusta?.

— ¡¿Que te volviste loca?!. — Exclamo Esther mientrás trataba de safarze de los agarrones de Annalise. — ¡Para!.

Annalise se sentía extraña, algo le decía que lo que estaba por hacer no era correcto, pues aquella persona ya no existía. Era la primera vez que veía Esther tan indefensa, con cero probabilidad de hacer algo para defenderse. Se alejo de ella.

Ambas se miraron las caras.