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Nico abrazó a Scarlet, después de conocer una historia tan implicar su trágica, no habían palabras correctas que pronunciar. Ella había muerto por la obsesión de un demonio, había condenado su alma por el bienestar de su hermano... ¿No había hecho lo mismo su hermana? Por la seguridad de sus seres queridos, ambas habían entregado su todo.

- Sé que fui engañada, lo sabía desde antes. Uno no debe confiar en un demonio y siempre sospeché que me engañaría pero no de esa manera - Una lagrima escapó de sus ojos y todo por su mejilla. El pelinegro la seco con su pulgar.

- Actuaste por amor, no hay mal en eso - Le dijo con una dolorosa sonrisa.

- Mi hermano está bien, está a salvo y si para eso mi alma debe entretener a un demonio extraño, estoy de acuerdo -.

- No - Contradijo el chico, su voz tenía un deje de alarma, de preocupación y sobre todo de desesperación. - Tu hermano no quiere esto, tú no mereces esto. Te sacaremos de aquí y... -.

- ¿Y qué? - Le interrumpió la pelirroja. - Firmé el contrato, mi alma es suya -.

- Debe haber una manera -.

Scarlet negó con la cabeza, tomó entre sus manos el rostro de Nico y lo acercó hasta que sus frentes se tocaron. Su respiración, aunque no era real, era tranquila y acomodada. El chico trató de imitarla hasta que su corazón se calmo y la ansiedad que le invadía desvaneció.

- No puedes rendirte - Susurró.

- Lo he intentado todo. Desde que llegué aquí y vi lo que Ay hacía en verdad - Le respondió ella con calma. - Busqué el contrato por todos lados pero simplemente no está -.

- ¿El contrató? -. Una idea comenzó a formarse en la cabeza del hijo de Hades.

- Pensé que si lograba encontrarlo y destruirlo, podría escapar -.

La esperanza lleno el corazón del chico, tomó las manos de la chica y se separó de ella lo suficiente para verla a los ojos.

- Aún hay algo por hacer entonces -. Le sonrió, podía verse a sí mismo reflejado en la mirada de Scarlet. Sus ojos eran de un verde intenso, su corazón comenzó a latir con fuerza. - Sí sabes que al destruir el contrato serás libra, entonces... -.

- Nico... -.

- Si lo buscamos entre todos... o quizá lo tiene él. ¿Lo pensaré? Quizá no lo escondió, quizá lo lleva consigo y...-. Nico hablaba con rapidez y ánimo, era extraño incluso para él mismo sentirse tan animado. Su cuerpo estaba agotado pero su espíritu parecía haberse encendido.

- Nico, escúchame -.

- Necesitamos un plan, Jason y yo podemos inmovilizarlo. Ese tonto campista y tú buscarán en sus ropas el contrato y Percy puede destruirlo. Sí, además tenemos que planear el escape... -. Comenzó a imaginar una escena de batalla, cómo se moverían y atracarían ¿Dónde encontrarían otra salida? ¿Qué pasaba si en lugar de salir de aquel lugar seguían yendo más profundo? Aunque esa también era una forma de escapar, según la hipótesis de la Divina Comedia. Una vez fuera podría pedir ayuda a su padre, por mucho que le desagradara la idea. Era su responsabilidad como Dios del inframundo, ¿no?

- ¡Nico! - Scarlet soltó sus mano y se cubrió el rostro frustrada. - Ni siquiera sé si realmente destruir el contrato funcionará. Solo fue una idea tonta que tuve una vez -.

La imagen de Scarlet bailo en el aire y dejo expuesto su esqueleto por un segundo. Nico se percató de su comportamiento, se podía sentir el miedo que la chica tenía, la frustración y el dolor pero no podía dejar que se rindiera. Los semidioses no lo hacían, lo había aprendido bien y aunque ella no era exactamente una semidiosa, era igual de valiente que cualquiera de ellos. Su valentía no podía condenarla a una eternidad de tortura y dolor.

Abrazó a la chica con fuerza, ¿podría trasmitirle valor con ese acto?

- Scarlet, no puedes rendirte. Debemos intentar e intentar -.

- Incluso si escapara, seguiría estando muerta. ¿No lo ves? -.

Está vez fue él quien tomó su rostro entre sus manos y la hizo mirarlo. - Incluso si es así, hay un mejor destino que este. Te lo digo yo, un hijo de Hades -. Trató de sonreír honestamente. - Confía en mi -.

Scarlet lo miró durante unos segundos antes de sonreír. - Confío en ti -.

Dejándose llevar, Nico se acercó lentamente a ella. Su corazón latiendo sin cesar. Scarlet cerró sus ojos despacio y él la imitó; sus labios se unieron y una corriente eléctrica atravesó el cuerpo del chico. No quería dejar de besarla, se sentía bien estar a su lado, era divertido el hormigueo en su estómago y la velocidad en que su mente se fundía en aquel beso.

Scarlet todo su cuello con los brazos, él movió sus manos hasta la cintura de la chica para poder acercarla aún más a su cuerpo. Sus respiración era corta, ella no necesitaba aire pero aún así se separaba poco para dejarlo volver a respirar y seguir besándolo. Nico no podría admitirlo en aquel momento pero ese era su primer beso, una parte de su mente no pudo evitar pensar.en lo propio que era para un chico del inframundo tener su primer beso con un fantasma.

Entre besos, ella se encontraba ya sobre él, pasaba sus manos con el negro cabello del chico, mientras Nico la abrazaba y trataba de seguirle el paso.

- Wow, te dejo unas horas y ya estás en los brazos de otro chico -. La gélida y familiar voz los hizo separarse casi dando un brinco.

En la entrada de su pequeño escondite, se encontraba Ay. Sus demoniacos ojos refulgían con una luz aterradoramente blanca. No era como el brillo en la mirada de un Dios pero aún así heló la sangre del Nico.

Scarlet tardó menos en reaccionar, quizá ella había estado tanto frente a esa mirada que no le afectaba tanto. Estuvo a punto de tomar una piedra cercana pero tan pronto su cuerpo se movió, el brazo de Ay se convirtió en una serpiente negra y la golpeó en el estomago con tal fuerza que el cuerpo de la chica salió disparado contra la pared.

- ¡Oye! - Gritó Nico con furia sacando su espada justo a tiempo para evitar un golpe directo de la serpiente.

- ¡Nico! - Gritaron sus amigos, despertando de inmediato ante el escándalo y tomando sus armas con una velocidad ganada a base de mucho entrenamiento.

Arremetieron contra el demonio. Abner corrió hacia Scarlet, la chica tenía una herida en el estómago pero la misma comenzaba a desaparecer. Al parece, uno no podía realmente herir a un fantasma sin alguno de los extraños objetos-puerta de Ay.

- ¡Me tienen harto! - Gruñó el demonio, sus brazos, que en realidad eran ahora unas feas u peligrosas serpientes negras, se movían a una velocidad asombrosa, esquivando las espadas de los semidioses y tratando de herirlos.

Percy y Jason desearon poder tomar un segundo para decirle que ellos también estaban hartos pero sus cerebros estaban completamente concentrados en la batalla. Atacando y esquivando sin parar.

- Auch - Se quejó Nico por lo bajo mientras se levantada.

Necesitaba una forma de escape urgentemente, no había forma de escapar esta vez y no había ninguna de esas "llaves" cerca. El hijo de Hades corrió hacia Scarlet, necesitaba decirle su nuevo, loco e improvisado plan.

Skeleton's love (Nico Di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora