Skeleton's love (Nico Di Angelo)

Atrapada

Nico se lanzó contra Ay. La furia le corría por las venas, toda la aventura, la desgracia, el dolor, el miedo, todo perdía sentido si no podían salvar a Scarlet. Percy y Leo se encargaron de detenerlo antes de que llegara a matar al demonio pero no sin antes permitirle acertar unos cuantos golpes.

Hades se aclaró la garganta y se dirigió al demonio.

- Ya estuvo bien de este jueguito, dinos dónde está la chica -.

- No lo sé - le respondió Ay encogiéndose de hombros. Tenía el rostro golpeado y una herida en los labios pero aún así sonreía como si acabara de ganar una partida de cartas. - Tú eres el dios del inframundo, ¿no deberías saberlo tú? -.

Nico intentó nuevamente golpear al demonio pero un gemido de dolor por parte de Scarlet lo detuvo. Miro a la chica, su cuerpo pasaba de mostrar un blanco esqueleto a su pálida figura. Al menos lo que quedaba de ella pues de cintura para abajo ya no había nada, su cuerpo estaba desapareciendo.

- No, no ¿por qué pasa esto? Scarlet resiste no me dejes de nuevo - sollozó Kurt mientras abrazaba a su hermana.

La chica trató de sonreír, estiró una mano hacia Nico, quien la tomó de inmediato y se giró furioso hacia el demonio.

- ¡Juro que voy a matarte! -.

- ¡Basta! - sentenció Hades, suspiró y miró a la chica con pena, luego paso a ver a Abner. - Primero lo primero, tú te vas, ya haz cumplido tu deber -.

- ¿Qué? ¡No! No me iré sin Scarlet - se quejó el chico, alejándose cuanto podía del dios.

- Oh, no era una sugerencia. Ya bastante tengo con un demonio como para tener almas rondando por el lugar como si nada - Hades trono los dedos y Abner desapareció. De inmediato los semidioses lo miraron entre sorprendidos y molestos pero el mayor solo negó con la cabeza. - Tranquilos, solo lo mande a los campos, ya tuve bastante de almas rondando por aquí y por allá -.

Scarlet volvió a removerse, respiró profundamente y cerró los ojos como si durmiera, Kurt y Nico intercambiaron miradas preocupadas, al pelo negro lo último que le importaba era si Abner estaría molesto por ser dejado de lado o si entendería las acciones del dios del inframundo. Por mucho que al chico le costara admitirlo, confiaba en su padre, desde la batalla con Gea había avanzado bastante en cuanto a responsabilidades y bondad.

- Demonio, dime de una vez dónde está el cuerpo -.

- ¿Qué? - esta vez fue Annabeth la primera en reaccionar.

Ay se removió incómodo, sus ojos parecían desprender chispas pero los semidioses lo sabían con solo verlo, se sentía acorralado. Había pasado de ser cazador a presa y una que ya no tenía escapatoria.

- No sé nada - se limitó a decir.

- ¿Qué está pasando? - preguntó ansioso Percy.

- La chica no es un alma y este demonio no es un recolector. Separa cosas, separó el alma de esa niña de su cuerpo... algo así como que ella...-.

- ¿Está viva? - interrumpió Nico a su padre; no comprendía nada ¿cómo era posible que algo así ocurriera?

- Exacto, si está desapareciendo ahora es porque su alma regresa a su cuerpo -.

- ¡Entonces es algo bueno! - gritó Kurt, con una sonrisa inmensa en el rostro.

Nico sintió como si su sangre volviera a correr a una velocidad normal por cuerpo, su pecho se estrechó con alegría. Una esperanza, un destino que no acabaría en desgracia.