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Capítulo 3: FreeTimes y Pimientos

Salí de la habitación con mucha intensidad y entusiasmo dispuesto a encontrar a una persona a mi altura. No sabía que me movía, ni tampoco de donde venían estas repentinas ganas de pasar la mañana en compañía de exclusivamente UNA persona, pero no podía frenar. 

Estaba tan absolutamente hiperactivo  que en cuanto encontrase a una persona la arrastraría conmigo aunque no quisiera. El caso es, ¿a quién pillaría primero?

La suerte decidió que me chocase con ella en el pasillo del primer piso de la academia.

— Oye podías tener más cuidado.— Leyre parecía un poco molesta por el choque. 

— ¿¿¿Quieres explorar la tercera planta???

¿Os había dicho ya que Monotori nos la había abierto? Pues eso. 

Sin darle tiempo a responder agarré del brazo a la ex-pelirroja (nunca olvidaré esa peluca, DEP) y la arrastré tal y como había dicho en la segunda línea del segundo párrafo. 

La tercera planta parecía más interesante que la segunda. En ella, además de haber otras dos aulas, estaba el laboratorio de Física (dónde había una máquina ENORME), un almacén y el aula de arte. Leyre era la SHSL Dibujante así que nos quedamos un rato en ella. El sitio era un poco estrambótico, la pared central estaba llena de imágenes que ponían "Haber si me muero", "sen nudes", "Fran Perea el que lo lea" etc. Yo me quedé mirando las esculturas que estaban por ahí puestas mientras la chica observaba los lienzos. 

— Hay que tener mal gusto para hacer una escultura de ti mismo...— dije observando la figura de Monotori esculpida en piedra. El cabrón se había hecho su propia escultura.

— Pff normal que sea un amargado, seguro que le gusta el regaliz negro. 

— ¿Regaliz negro? Creo que nunca lo he probado...— "o por lo menos no lo recuerdo".

— Está asqueroso no lo hagas. La plastilina que mató a Desi estaba más rica seguro. — Wow so rude. 

— Vaya...por cierto, ¿que estás mirando?

— Las cosas que hay por aquí para dibujar, con esto me las voy a apañar mejor que con mi cuaderno, pero echo de menos mi tableta.

— Oh, ¿tableta de chocolate? A mi también me gustan las tabletas, y también los tíos que las tienenDigo los tíos que tienen tabletas para darme ¿de qué clase de tabletas hablamos?

— Eres tonto.— so rude v2.— Me refiero a una tableta gráfica. 

— Aaaaaaah vale....Olvida todo lo anterior mejor.— me estaba empezando a morir de la vergüenza.— Hm, así que...¿te gusta dibujar?

— A ver, dibujo y soy la SHSL Dibujante así igual, y sólo IGUAL me gusta dibujar. Pero igual eh, tampoco te fíes.

— E-eh, supongo...—me acababa de quedar más planchado que un pescado a la plancha Juan 201X genio del humor y las comparaciones. — Y, ¿por qué te gusta dibujar?

— Pues, no sé. Por algo que hago bien.— y me miró cabizbaja. No entendía por qué se había puesto triste de repente pero ahora me sentía mal.

Nos quedamos un rato allí, en silencio, mirando a la nada, y era muy incómodo. 

— Y, em...¿te gusta el pimiento?— No tenía ni puta idea de por qué coño había preguntado eso pero ahí estaba.

— no.— sentenció fríamente y en minúsculas.— No me gusta casi ninguna comida pero el pimiento menos, puaj. 

— A mi tampoco me gusta en realidad, es de las pocas cosas que recuerdo sobre mis gustos.— no pude evitar soltar una risa nerviosa, en serio, el ambiente me estaba matando.— Y, em, ¿que te gusta?

— Arnau.— algo en mi interior gritó cual niña pequeña.— Vale no, no sé.

Y de nuevo a mirarnos de forma incómoda durante cinco minutos, que bonita es la juventud. 

— yo Leyre y tú.— dijo de forma repentina. 

— ¿...Qué?

— Esto está siendo bastante incómodo, quizá deberíamos presentarnos otra vez para romper el hielo.

— Oh, entonces yo soy Juan, encantado.— le estreché la mano con una sonrisa.

— ¿Quieres ser mi amigo Juan?— lo dijo con un tono infantil, parecíamos dos niños pequeños en preescolar. 

— Bueno, mientras no me des pimientos...— ambos nos reímos del chiste, y el ambiente por fin dejó de ser incómodo. 

Tras eso, estuvimos un rato hablando sobre algunos de los dibujos que Leyre había hecho, e incluso me enseñó bocetos en su libreta. Uno era de la mayoría de los alumnos en el comedor charlando como si nada, incluso estaban Desi y Joseba de fondo, parece que Leyre debió de hacerlo cuando aún estaban...

Se estaba haciendo tarde, así que bajamos al comedor y nos separamos. Había sido divertido y todo al final. 

— Buenas tardes.— Claudia se acercó como si nada a mi mesa con una sonrisa.

— Buenas.— todavía me costaba hablar con ella después de lo del juicio, y más si parecía tan...amigable.

— ¿Tienes la llave?— vaya, eso me había desconcertado.

— ¿Te refieres al collar que me diste? Lo tengo guardado en el bolsillo, no lo he perdido, tranqui. 

— Creo que sería mejor que te lo colgaras al cuello, estará más seguro.

— Eh, bueno, si tu lo dices...Por cierto, ¿por qué me lo diste...?

— No puedo responder a eso.— volvió a ponerse seria, y me acordé de Desi por algún motivo.— Pero digamos que sentía que debía hacerlo. 

— Entonces ya ni pienso en preguntarte que abre, ¿no?— dije soltando una pequeña risa. Sé que no era la mejor situación pero, que cojones, es mejor tomarse las cosas con humor. 

— Veo que lo captas.— la rubia me devolvió la sonrisa.— Además, eso sí que no lo sé, es tu trabajo averiguarlo.

— Investigar asesinatos, ganar juicios, pasar tiempo libre con compañeros, aguantar a Monotori colándose en mi ducha... y ahora esto, me siento el protagonista pardillo de un videojuego. 

Increíblemente, Claudia y yo seguimos hablando durante toda la comida de asuntos sin importancia. Al parecer ella es fan de ese tal "Esteban Universo" que salía en mi vídeo de "cuando lo veas querrás matar a alguien uuuuh". Por supuesto no me atreví a contárselo, estaba realmente motivada y...me recordaba a cuando fingía ser una fan loca. 

Cuando terminamos nuestro coloquio, me fui de nuevo a la habitación. Pero, tachán tachán, seguía sin pasar nada remarcable en la academia y de nuevo me aburría como una ostra, sería mejor salir en busca de alguien con quien matar el tiempo. 

Ojalá haya bulla. 

CONTINUARÁ...