Watch me burn

1

El sonido de una maceta estrellándose contra la pared fue lo que trajo a Cameron a la realidad. Eso estaba pasando de nuevo. Y mientras los pedazos de cerámica café y tierra caía a sus pies, su único reflejo fue agarrar su chaqueta y caminar fuera de la sala.

"¡¿A donde vas?!" gritó Jonas.

"¡Lejos de ti!" contestó el pelirrojo.

"¡Tu no vas a ningún lado!" Jonas fue detrás de su novio y lo detuvo justo antes de que saliera por la puerta.

Lo agarró del brazo con fuerza y lo jaló dentro de la casa, Cameron cayó al suelo y Jonas se agachó a su altura.

"Tu nunca vas a dejarme ¿oiste?"

El castaño se puso de pie y caminó a la sala de nuevo.

"¡Tú no me dices que hacer!" fue con él, lo vio encendiendo un cigarro entre sus labios, su perfil afilado, esas líneas de la barbilla que parecía que si pasaba su mano por ahí se cortaría como si de una navaja se tratase, Jonas sacó el humo hacia arriba y vio al pequeño pelirrojo enojado.

Se veía tan adorable cuando se enojaba, con el ceño fruncido como niño pequeño, con los puños apretados y las cejas juntándose.

"¡¿Quién te crees como para decirme lo que debo hacer?!" le gritó de nuevo Cameron.

"Yo soy tu novio, eres mío, y siempre lo serás" estaba tan cerca de él que casi podía jurar que oía el latido de su corazón.

Jonas lo veía desde arriba debido a la cabeza que le sacaba de altura, cosa que le encantaba, pero no se intimidó ni un poco. Era el único en el que Jonas no causaba un miedo intolerable. El castaño se llevó el cigarro a los labios, inhaló y expulsó el humo en el rostro de su novio, el cual no quitaba el ceño fruncido. Lo agarró de las mejillas violentamente y lo besó de igual manera, lo soltó y se dio la vuelta saliendo de la casa. Cameron pasó saliva, exhaló frustrado y vio por la ventana como Jonas estaba sentado en la banqueta fumando. Se quitó la chamarra y fue al cuarto de los dos, se levantó la manga de la playera gris que llevaba y vio como los dedos de Jonas se habían marcado en la piel pecosa de su brazo, se bajó la manga y se acostó en la cama, agarró su celular y vio la hora. Eran casi las diez de la noche, habían peleado por casi treinta minutos, todo por algo que ni siquiera recordaban. No solo su brazo había quedado marcado, también sus mejillas estaban rojas. Su piel era tan blanca y delicada que cualquier cosa se quedaba marcada en ella.

Se puso la piyama y levantó las cobijas dispuesto a dormir, cerró los ojos pero no dejaba de pensar en Jonas. Se paró y caminó fuera de la casa, vio la silueta del castaño sentado en la banqueta, cigarro en mano, sin chamarra y hacía frío, entró a la sala y agarró una para él y otra para su novio. Se sentó a su lado y le puso la chamarra sobre los hombros, él lo vio y volvió la mirada al suelo. Después de acomodársela abrazó a Cameron sin decir nada, el castaño se acomodó en su pecho oyendo el corazón calmado de su pareja. Cuando menos lo pensó una lagrima salió de su ojo, la limpió sin que Jonas se diera cuenta y siguió acurrucado contra este.

"Lo siento" dijo de pronto Jonas lanzando la colilla al rosal.

"Esta vez te controlaste más, enfocaste tu ira contra algo que no siente y no me golpeaste" dijo Cameron viéndolo.

"Te dije que no volvería a hacerlo" Jonas lo agarró de los hombros con cuidado y Cameron se inclinó para besarlo.

"Vamos a dormir" dijo Cameron.

Se pusieron de pie y Jonas lo besó de nuevo, lo agarró de la cintura y el pelirrojo perdió sus manos entre el cabello de su novio. Entraron a al casa y cerró la puerta con el pie. Cameron dio un pequeño brinco y enredó sus piernas en la cintura de Jonas.

A la mañana siguiente despertó sobre el pecho desnudo de Jonas, estaba dormido con la boca abierta babeando, vio el reloj de la mesita de noche y al ver que se le había hecho tarde saltó fuera de la cama. Se puso su ropa que estaba tirada por todo el cuarto y corrió al baño con un cambio de ropa limpia en mano. Jonas despertó al oír la regadera y al ver el reloj entendió lo que había pasado. Cerró los ojos de nuevo y se dio la vuelta para volver a dormir plácidamente.

Cameron corrió fuera del baño y en el cuarto se puso zapatos, se despidió con un beso en la frente de su novio y corrió escaleras abajo, entró a la cocina y agarró una manzana, iba saliendo de la casa cuando al cerrar la puerta vio la maceta de la otra noche en el suelo, con la tierra esparcida por el suelo y la planeta que alguna vez había reposado ahí, en una esquina de la sala, marchita.

Corrió al trabajo en la cafetería y cuando llegó Max aplaudió sarcásticamente, el idiota de cabello rubio y despampanante belleza no solo era su amigo, también su gerente, jefé y consejero amoroso.

"Treinta minutos menos tarde que de costumbre" dijo saliendo de atrás de la barra "Vas mejorando."

Cameron rodó los ojos y caminó a su lugar detrás de la barra.

"Cállate, me quedé estudiando hasta noche, mañana tengo examen" dijo inventando excusas.

No era muy bueno mintiendo pero desde que Jonas lo había golpeado por primera vez se había hecho un experto en fingir que todo estaba maravilloso y que nada pasaba.

"Ajá" La actual novia de Max, Johana, salió de atrás "Seguro, con ese guapo motociclista malo sacado de revista no creo que tengas tiempo para estudiar" dijo "Sabes a lo que me refiero" dijo haciendo con sus manos un gesto obsceno.

"No pasó eso" dijo y se dio la vuelta.

"¿Puedo hablar contigo?" le preguntó Max y lo llevó lejos de su novia "¿Te volvió a golpear?" preguntó en un susurro.

"No. Solo" se levantó la manga de la playera mostrando los moretones "Me jaló".

Max se llevó una mano al pelo y miró al techo, soltó un bufido frustrado y miró de nuevo a su amigo.

"Tienes que dejarlo."

"¡No!"

"Cam..."

"Me necesita, Max. Y yo a él."

"No es cierto. No necesitas esto. Puedes conseguir algo mejor, y si intenta hacerte algo yo..."

"Max, no sigas, no lo voy a dejar."

"¿Por qué eres tan terco?"

"Lo amo."