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Para cuando llegó con Tyler a la casa aún seguía sonronjado por Jonas. Recordaba cómo se sentía tenerlo tan cerca, y no paraba de pensar en lo que le había dicho. Ahora tendría que jugar al fuerte.

Era obvio que moría por él. Estaba seguro que de Jonas se daba cuenta. Pero lo conocía y era obvio que le iba a seguir el juego hasta hacerlo caer a sus pies como antes.

Tyler lo esperaba en la mesa con un plato de lasaña. Cameron lo vio ahí, lo agarró de la mano y lo llevó al cuarto. Le sacó la playera y lo besó. No sabía que se había apoderado de él. Pero ahí estaba. Gimiendo como puta y mordiéndose el labio cada que quería gemir el nombre de Jonas.

El día siguiente no tenía escuela por lo que salió con Max. No le habló de Jonas pero hablaron del libro, de la graduación, de Johana. Evitó a toda costa mencionar a Jonas pero quería contarle a alguien. Escribió sobre Jonas en su cuaderno.

El lunes Jonas estaba de nuevo en la escuela. Con un traje negro estaba recargado en el carro. Cameron lo pasó de largo ese día.

El martes también.

El miércoles Jonas lo agarró de la muñeca, lo jaló y lo pegó contra su cuerpo. Sentía todo de él y suspiró excitado.

"Deja de hacerte el difícil, Cameron" le susurró al oído.

"¿De qué hablas?"

"Te necesito"

Sus labios estuvieron a nada de unirse. Pero luchó con todas sus fuerzas para que eso no pasara.

Jonas siempre lo esperaba en el estacionamiento. Siempre de traje. Y Cameron no entendía como podía seguirlo amando tanto a pesar de todo lo que le había hecho. No quería seguir en una relación tóxica y codependiente. No necesitaba eso de nuevo.

"¿Estarías dispuesto a dejarlo todo por mi?" Le preguntó un día Jonas.

"Por supuesto"

¿Aún pensaba así?

Watch me burnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora