Watch me burn

11

El antro al que decidieron ir al final estaba plagado de chicos y chicas bailando y tomando, solo pasando un buen rato. Max y Johana bailaban muy pegados, entre cuerpos sudorosos y aliento alcoholizado. Tyler se puso de pie dejando la cerveza a un lado y agarró a Cameron de la mano jalandolo a bailar. 

"No, Tyler" dijo Cameron mientras era arrastrado hacia el mar de gente. 

Pero aunque sus labios decian que no, el alcohol en su sistema lo hacia caminar a tropezones a la pista. Se sentia ligero y sexy, siempre le habian dicho que era una perra cuando estaba borracho, y así, hizo su mayor esfuerzo para provocar a Tyler. 

Le rodeó el cuello con los brazos mientras se movian sin sentido al ritmo de la música, su pierna estaba en medio de las de él. Se dio la vuelta y las manos del rubio cayeron sobre sus caderas pegandolo más a él. Cameron se movía demasiado pegado a él, con el unico proposito de causar algo en el rubio. El rostro de Tyler se acomodó en el cuello del pelirrojo, dejando pequeños besos y mordidas hasta llegar a su oreja. Cameron se volteó de nuevo y besó a Tyler en los labios. Buscando el amor que necesitaba desesperadamente. 

Tyler pudo haberlo detenido o Cameron soltarlo, pero estaban tan borrachos que Cameron jaló al rubio fuera de la manada de gente hacia el auto del rubio. 

Brincó a la parte de atrás y se sacó la playera mientras Tyler lo seguía, cerrando la puerta de golpe detrás de él. Chocó sus labios y lo besó desesperado.

A los ojos de Tyler, Cameron era tan hermoso, algo tan inalcanzable y prohibido, que tenerlo así, gimiendo y suspirando para él le parecía irreal. Sentía que estaba probando la fruta prohibida y que estaban a nada de sacarlo del Edén. Aunque no había más paraiso que ese en el que estaba. 

El rostro pecoso de Cameron haciendo expresiones que nunca pensó ver en él, rojo por el calor, con el cabello naranja pegado a la frente debido al sudor, rasguñandole la espalda y marcandole la piel, mordiendole la boca. Pensó que sería más tranquilo, pero Cameron era tan salvaje como cualquier demonio.