Parte 1 Sin Título

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«¡Buenos días! Mi nombre es Regina Mills y soy vuestra profesora de literatura. Primero de bachillerato no es ninguna tontería, a partir de ahora cada uno comienza a definir su futuro. Así que, no quiero bromas en mi aula y ya aviso que habrá muchos trabajos que hacer y plazos que cumplir»

«¡Odio la literatura!» escuchó a una alumna refunfuñar al fondo del aula

«¿Qué ha dicho señorita?» Regina arqueó una de sus cejas y miró directamente a la chica.

«Nada, profesora Mills» la joven tartamudeó

«¿Cómo es su nombre?» preguntó Regina, ya con la intención de volver un infierno la vida de la muchacha.

«Swan, me llamo Emma Swan» Emma sonrió irónica

«Señorita Swan, quiero que se siente delante. Algo me dice que tendré problemas con usted»

Regina tenía fama de profesora rígida, solo daba clase a primero y segundo de bachillerato. Le gustaba preparar a los alumnos para la vida, ayudaba a que pasaran la selectividad y a veces les daba algunos consejos, pero la forma amigable solo era del aula hacia afuera. Siempre le gustó mantener la profesionalidad en la escuela, a fin de cuentas, su trabajo era enseñar y no hacer amistades.

«Está bien, profesora Mills. Me va a encantar estar cerquita de usted» Emma rio y tiró la mochila al lado de la silla donde Regina le mandó sentarse.

«¡Rubia, ahora vas a tener que prestar atención en las clases!» el chico que estaba sentado en el pupitre de al lado en donde había estado ella gritó.

«¡Cierra la boca, Kill! ¡Nadie te ha pedido tu opinión!» Emma le lanzó una bola de papel a su amigo.

«¡Señorita Swan! No permito este tipo de actos en mi clase, le doy clase a casi adultos y no a niños» Dijo Regina seria y mirando fijamente a la muchacha.

«Disculpe» sonrió Emma y bajó la cabeza avergonzada.

En aquel momento, Regina sintió algo diferente, algo que nunca había sentido por un alumno, o en este caso, alumna. Le pareció hermosa la forma en que la rubia le había pedido disculpas, y por un momento, sintió ganas de apretar las mejillas sonrojadas de su alumna.

«Que eso no se repita» Regina la reprendió «¿Y cómo es su nombre?» Regina dirigió su mirada al muchacho

«Killian, pero me puede llamar como usted quiera, profesora» el muchacho sonrió maliciosamente

«¡Póngase en su sitio, aún no ha soltado los pañales, muchacho! ¡Era solo lo que me faltaba, convertirme en niñera!» dijo Regina irónica

Todos en el aula comenzaron a reírse y la morena decidió comenzar la clase.

«Bien, ¿alguien puede citarme un fragmento de Don Casmurro?» preguntó Regina y algunos levantaron la mano, inclusive la rubia «¿Señorita Swan?» la morena dijo algo sorprendida

«Sí, me hago el fuerte, pero ya lloré en mi habitación, en silencio, con la puerta cerrada, la almohada en el rostro, lloré por dentro, sufrí. Pero, ¿sabe qué resultado dio? Nada. Es necesario aprender a crecer, vivir, ser "gente grande" y enfrentar los propios problemas» Emma se levantó y recitó mirando a la morena, había miles de fragmentos en ese libro para recitar. Pero sintió un deseo inmenso de recitarle a la morena aquel trozo.

Se quedaron mirando unos segundos hasta que Regina se dio cuenta y desvió la mirada.

«¡Muy bien, señorita Swan! ¡Me gustan las personas espabiladas, y usted ha empezado bien!» Regina sonrió y Emma le correspondió

La rubia nunca había sentido nada por una persona de su mismo sexo, pero estaba sintiendo algo diferente por su profesora y eso la estaba dejando tensa. Apenas tenía dieciséis años y era el sueño de cualquier chico. Tenía cabellos rubios y rizados, ojos verdes, cuerpo totalmente definido y su humor era cautivador.

Regina estaba en el auge de sus veinticinco años, soltera y con un talento impresionante para la literatura, estaba escribiendo un libro que sería publicado en algunos meses. Vivía sola y era poseedora de una belleza que sería la envidia de cualquier mujer. La morena tenía ascendencia latina, hablaba español y siempre iba a visitar a sus padres a España, era la hija mayor y mimada por su padre.

La clase continuó con normalidad hasta que fueron interrumpidos por el timbre anunciando que había acabado.

«¡Hasta mañana, chicos!» dijo Regina mientras se sentaba en su silla para terminar de hacer algunas anotaciones, pero sintió la presencia de alguien delante de su mesa «¿Algún problema, señorita Swan?» la morena preguntó, escrutando el cuerpo de la muchacha.

«No, solo quería agradecerle la oportunidad de aprender un poco con usted...» Emma sonrió y le guiñó un ojo, pero le estaba saliendo todo involuntariamente.

«Será un placer pasarle algo de mis conocimientos...» Regina se rio porque no sabía si se estaba volviendo loca o si realmente la frase de la rubia tenía doble sentido.

«Hasta mañana, profesora Mills» Emma se acercó a Regina y le dio un beso en la mejilla

«Hasta mañana, señorita Swan. Tenga cuidado en el camino a casa» la morena sonrió dulcemente

«¿Casa? ¿De verdad cree que voy a casa?» Emma se echó a reír

«¿A dónde va? Que yo sepa es la hora del almuerzo» Regina preguntó confusa

«¡Voy a un bar! No entiendo cómo se comienzan las clases un viernes» Emma sonrió

«Es menor, Swan. ¡No puede beber!» la morena dijo incrédula

«¡Ah, me da igual! ¡El bar es de mi prima!» Emma se rio y caminó hasta la puerta del aula «¡Hasta luego!» la rubia salió riendo

«¡Juicio, señorita Swan!» Regina se echó a reír y sacudió la cabeza negativamente.


Love is weaknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora