Parte sin título 25

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Un año después...

Emma se mudó a casa de Regina y ambas estaban felices, la muchacha ya estaba en el segundo semestre de la facultad y la morena estaba a punto de lanzar su quinto libro.

«¡Amor, he conseguido unas prácticas!» Emma llegó toda feliz a la casa

«¡Qué bien, cariño!» la morena se acercó a su novia y la besó

Durante este año transcurrido, Regina compró una enorme casa para ellos, Mary ha ido aceptando, poco a poco, la idea de tener a la hija lejos, en una relación con otra mujer. David siempre que podía visitaba a la pareja, y ese día era especial porque hacía un año que se habían vuelto a reencontrar.

«Hace un año, a esta hora, yo estaba yendo al encuentro de la mujer de mi vida» Emma caminó hasta las sala donde había dejado un ramo de rosas y una caja de bombones «Solo Dios sabe el miedo que tenía de enfrentarme a todo eso, de sencillamente decirles a mis padres que ya era mayor de edad, y que ya no mandaban en mí...» entregó los regalos a la morena «Y quién diría que hoy íbamos a estar viviendo juntas, en una casa gigante y que serías mucho más famosa...» fue interrumpida por Regina que ya estaba en lágrimas.

«¡Emma, arriesgué mi vida por ti! Y no me arrepiento de nada, absolutamente de nada...Nunca pensé que viviría todo esto, que me enfrentaría y conseguiría superar todo lo que pasamos y que al final, todo saldría bien. Durante el tiempo que estuvimos separadas, sentí miedo de que me hubieras olvidado, de que hubieras conocido a otra persona...Pero por encima de todo, quería verte feliz, aunque me costara mi felicidad» Regina puso las rosas en un jarrón con agua y arrastró a la muchacha hasta el dormitorio.

La morena abrió un cajón y sacó de dentro un cajita.

«Regina, ¿qué es eso?» preguntó Emma con los ojos vidriosos y balbuceando

«Emma Swan, sé que ya estamos viviendo juntas y que lo que tenemos ya es casi un matrimonio, pero quiero oficializarlo...¿Aceptas casarte conmigo, tener hijos y vivir el resto de tu vida a mi lado?»

«¡Claro que acepto! ¡Te amo, Regina Mills! ¡Mucho, mucho!» Emma saltó al cuello de la morena, quien la abrazó y comenzaron a dar vueltas, parecían dos niñas jugando.

Y ahora, yo os pregunto, ¿vale la pena luchar por amor? Existen personas que creen que no, siento mucho desilusionarlos...pero sí vale la pena.

Todo se ilumina cuando te das cuenta de que un sentimiento puede destruir millones de barreras y traer una felicidad perenne.

Regina se arriesgó a vivir un romance con un adolescente, una muchacha que tenía por delante la vida entera, experiencias que vivir y muchas cosas más. Debido a esa situación sufrió durante casi dos años apartada de ella por culpa de sus padres, se privó de vivir historias de amor por esperar a su amada y ahora que lo había conseguido, le pedía a Emma que se casara con ella.

Hay personas que han dejado de creer en ese sentimiento, personas que fueron heridas por una relación que no salió bien o que se equivocaron traicionándose a sí mismos...Y aquí dejo un recado para esas personas: duele mucho...pero al final vale mucho la pena.

Regresar a casa tras un cansado día de trabajo y encontrar a alguien que te ama esperándote es maravilloso. Encontrar a alguien que te ame, te alegre y te cuide es lo más hermoso que existe en el mundo.

Pero hay un pero, primero necesitas amarte a ti mismo para después a amar a otro. No podemos colocar nuestras necesidades y expectativas en otra persona, porque ella no tiene obligación de corresponderlas.

Ame con la sencilla intención de amar y no la de ser dueño del otro. Mire el caso de Emma y Regina...las dos estuvieron separadas durante casi dos años, sin embargo el amor no cambió.

En realidad, solo se intensificó. La confianza era la misma, Emma maduró, Regina aprendió a lidiar con sus impulsos y frustraciones y ambas desafiaron al mundo con ese amor.

«¡Emma, eres lo mejor que me ha pasado!» Regina reía y sus ojos estaban vidriosos

«¡Siempre estaré a tu lado, amor! ¡Siempre!» la muchacha sonrió y besó la cabeza de la morena demostrando todo el respeto que le tenía.

Emma caminó hacia la mesa donde estaba el libro de Don Casmurro, y lo abrió en una página que había dejado señalada

"La retórica de los enamorados me da una comparación exacta y poética para decir lo que fueron aquellos ojos de Capitu. No hay imagen capaz de decir, sin faltar a la dignidad de estilo, lo que ellos fueron y me hicieron. ¿Ojos de resaca? Bien, de resaca. Es lo que me da idea de aquel aspecto nuevo. Traían no sé qué misterioso e enérgico fluido, una fuerza que arrastraba hacia dentro, como la ola que se retira de la playa, en los días de resaca. Para no ser arrastrado, me agarré a las otras partes cercanas, a las orejas, a los brazos, a los cabellos esparcidos por los hombros, pero tan deprisa buscaba las pupilas, la ola que emanaba de ellas crecía, profunda y oscura, amenazando envolverme, arrastrarme y tragarme"

«¡Te amo!» Regina se sentó en la cama y Emma se sentó a su lado

«Yo también te amo, profesora Mills» dijo bromeando.

FIN


Love is weaknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora