Parte sin título 3

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Regina volvió a su casa intentando entender lo que estaba pasando con ella, Emma era mucho más joven y su alumna.

No solo estaba en juego su trabajo, sino que también estaba la cuestión de la edad. Regina podría ser despedida por causa justa y denunciada por los padres de la muchacha.

Llegó a casa y llamó a su amigo y agente Sidney.

«¿Sidney? Voy a empezar otro libro» la morena hablaba toda entusiasmada

«Regina, ¿vas a sacar uno en breve y ya quieres comenzar otro?» el amigo estaba riéndose a carcajadas.

«Sí, solo que este tardará en ser editado» la morena hablaba pensativa.

«¿Cuál sería el tema? A tu padre le dará un ataque si es algo polémico»

«Papá solo se enterará de este libro cuando esté listo, ¿ok? Quiero secreto absoluto. Voy a escribir un libro sobre una alumna mía» dijo Regina rápidamente

«¿Alumna? ¿Está loca, Regina? ¿Qué vas a contar? ¿Cómo va a estudiar para la selectividad?» dijo Sidney irónico

«Cierra la boca, ya verás cuando esté listo. No llamé para pedirte tu opinión, solo para informarte que escribiré otro libro. Que tengas buena tarde» Regina colgó y se fue a dar un baño.

El apellido Mills era paterno. Henry Mills es el dueño de la mayor editorial del país y está ayudando a Regina con la publicación de su libro, pero jamás aceptaría algo que causara polémica y pusiera en boca de todo el mundo el apellido Mills, que ya tenía su fama.

La morena tuvo la idea de escribir un libro basado en Emma, ella mostraba una inocencia, corrompida de alguna manera, y a su alrededor había un aura de misterio.

Terminó de tomar su baño y llamó a su amiga y profesora en la misma escuela que ella.

«¡Regina, mi amor! ¡Qué honor recibir una llamada tuya! ¿Quién se ha muerto?» la amiga se reía

«Tengo que hablar contigo, ¿puedes venir a casa?» dijo la morena recelosa, no solía abrirse a nadie.

«Claro, en media hora estoy ahí» Zelena colgó la llamada y le extrañó el hecho de que Regina quisiera conversar en pleno sábado, generalmente se encerraba en casa y se quedaba escribiendo.

Mientras Regina esperaba a su amiga, decidió recoger su escritorio, porque estaba literalmente hecho una leonera, y acabó encontrando una foto de su adolescencia, que hizo que sus pensamientos volvieran otra vez a la muchacha.

«¿Sería algo tan equivocado envolverme con una alumna?» la morena se sentó en su silla y se preguntó a sí misma «¡No logro entender qué me está pasando!» refunfuñaba mirando hacia la pared.

Fue sacada de sus pensamientos por el timbre de la puerta. Salió de su escritorio y se dirigió a la puerta.

«¡No es necesario que me quemes el timbre!» bromeó Regina con Zelena y se apartó para que la pelirroja entrara.

«¿Qué te ocurre? Nunca me llamas los sábados» la amiga preguntó desconfiada.

«¿Desde hace cuántos años que le das clase a Emma Swan?» Regina ya se preparaba para el interrogatorio de la amiga

«Hace tres años, ¿por qué ese interés en ella?» Zelena sonrió maliciosamente

«Siéntate» Regina señaló el sofá, y la amiga se sentó

«¿Te vas a quedar de pie?» Zelena reía ante el nerviosismo de la escritora

«Déjame...» la morena caminaba hacia arriba y hacia abajo «¿Qué sabes sobre ella?»

«Su madre es insoportable y rígida, y su padre es un idiota que se cree que todavía es un bebé. Y bueno, ella es una chica extraordinaria. Es difícil para ella abrirse a las personas»

«No ayudas mucho...» Regina se sentó al lado de su amiga «Quiero conocerla mejor»

«Regina, querida...Es tu alumna» Zelena advirtió

«¡No en ese sentido, Zel! Estoy hablando de amistad» Regina desvió la mirada

«¿Por qué has desviado la mirada?» Zelena se reía

«¡Ya me he arrepentido de haberte llamado!» la morena le tiró a la cara un cojín y se quedaron hablando durante un largo rato.

Mientras, Emma estaba en casa y pensaba en su profesora. La rubia era hija única, siempre había seguido las reglas de sus padres y desde hacía algunos meses se estaba sintiendo presa, sofocada.

Por ser hija única se le exigía de todas las maneras posibles. Tenía que comportarse, sacar las mejores notas de la clase y ser muy correcta, sin embargo después de que conocer a Killian comenzó a darse cuenta de que casi no sabía nada de la vida.

Otra cosa que no solía hacer era frecuentar el bar de su prima, Ruby siempre la había animado para que se saliera un poco de las reglas y Emma siempre se negaba por miedo.

Hasta que un día decidió salirse del rumbo y comenzó a fumar, sus padres descubrieron el camino que la chica estaba tomando y fueron a la escuela exigiendo que no la dejasen salir sola durante algunos meses, pero de nada valió.

Hoy, a sus dieciséis años, Emma intentaba entender lo que estaba sintiendo por su nueva profesora, el encuentro de ellas en la plaza fue totalmente inesperado, pero tuvo un impacto enorme. La rubia sentía curiosidad por saber más y más sobre la morena, quería formar parte de su vida y conocer el mundo que Regina podría mostrarle.

El fin de semana pasó volando, Emma como siempre se quedó encerrada en casa con sus sobreprotectores padres y Regina se quedó en compañía de Zelena en su casa, la amiga acabó durmiendo allí y distrayendo a la morena.

«¡Regina, despierta! ¡Vas a llegar tarde!» gritaba Zelena desde el baño, mientras se cepillaba los dientes.

«Voy de pijama, ¿puedo?» Regina apareció en la puerta del baño

«Eso, asusta a Emma. Si haces eso, jamás conseguirás la amistad que tanto quieres» dijo Zelena la palabra amistad haciendo comillas en el aire con los dedos, y se echó a reír

«¡Joder! ¡Callada estás más guapa!» la morena dijo malhumorada

«¡Disculpa!» la pelirroja abrazó a la amiga

Se arreglaron y se marcharon a trabajar, para alegría de la morena su primera clase sería con el grupo de Emma.

Entró y encontró a la rubía sentada encima de la mesa del profesor con un papel en las manos.

«¡Buenos días, señorita Swan!» Regina sonrió y dejó sus cosas encima de la mesa

«¡Buenos días, profesora Mills!» Emma dejó el papel encima de la agenda de la morena «Ábralo después de que yo me haya bajado de aquí, creo que tenemos algo en común» la rubia le guiñó un ojo y descendió de la mesa.

Regina quedó curiosa, pero hizo exactamente lo que Emma le había pedido. Comenzó la clase y solo abrió el papel cuando todos estaban haciendo un ejercicio.

"Dicen por ahí, pero no tengo la certeza, de que mi sonrisa se hace más feliz cuando te veo, también dicen que mis ojos brillan, también dicen que es amor, pero de eso sí tengo certeza- Don Casmurro"

Regina miró hacia la muchacha y esta estaba enrojecida, pero sus ojos brillaban y su sonrisa podría iluminar una ciudad.


Love is weaknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora