Capítulo 12: La enfermedad de Elise

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-Durante varias horas, Corrin derramó silenciosas lágrimas por la injusta muerte del Sabio Lumen. ¿Por qué la enviaron a asesinar a ese hombre? ¿Eso era realmente justicia? ¿Qué hubiera pasado de haber elegido aliarse con Hoshido? Muchos de esos pensamientos hicieron que la princesa Nohria se hundiera más y más en el dolor; la sangre de sus manos aumentaba con cada muerte provocada directa o indirectamente por ella. En el castillo de Krakenburg, las cosas marchaban según lo previsto.-

Iago: Rey Garon, he venido a informarle del progreso de Corrin-sama. Notre Sagesse fue tomado, para la gloria de Nohr, con éxito. Sin embargo, su hija no lo ha matado con sus propias manos, pero de igual forma, está muerto.

Rey Garon: Así que por fin el viejo ha muerto... Una vez más, Corrin ha cumplido mis deseos sin rechistar.

-Una suave risa salió entre los labios del monarca; poco a poco, esa risotada se volvió una gran carcajada que aumentó con el paso de los segundos. Iago, preocupado por el estado de su señor, se acercó unos pasos; manteniendo la compostura siempre ante el rey Nohrio.-

Iago: ¿Mi señor?

-Pero las palabras del hechicero fueron sordas ante los oídos del rey; sus carcajadas aumentaban de volumen por cada segundo que transcurría. Los ojos de Garon apuntaron hacia el techo, mientras su garganta comenzaba a hacerse daño por las risas incontrolables. Iago, completamente pálido, retrocedió un poco, aterrado por el estado del monarca.-

Iago: ¡¿Majestad?!

-En ese momento, las risotadas del Nohrio se acabaron; el monarca miró a su vasallo con desdén y volvió la tensión del ambiente. A pesar de no querer matar al hechicero, Garon impuso su voluntad ante Iago, haciendo que el hombre de tez pálida volviera a tensarse.-

Rey Garon: Iago...

Iago: ¿S-sí, señor?

Rey Garon: Tengo una misión muy importante para ti. Te ordeno que hagas sufrir a Corrin. Haz que se arrepienta de haber nacido; que suplique la muerte, pero no la mates. Será divertido ver como su mente es completamente destrozada.

Iago: Será un verdadero placer, mi señor, pero... No entiendo muy bien su propósito.

Rey Garon: Limítate a obedecer. No necesito darte explicación alguna. Eres mi leal vasallo... Y tienes que asegurarte que yo gobierne Hoshido. La vida y la felicidad de Corrin son un precio ínfimo para conseguirlo. El sagrado dragón ha ordenado que ella siga con vida, pase lo que pase. Debo poner a prueba su lealtad hacia mí con lo que te he ordenado. Como un ternero que se cría para el matadero, Corrin hallará el mismo destino; mi querida hija aún no está lista para ello, pero pronto será hora. Ella ha seguido mis órdenes fielmente, pero es tiempo de ver si puede seguir adelante. Que luche contra los que no quiere pelear... Que mate a los que quiere salvar. Deja que su dolor alimente la oscuridad creciente de su alma; y, cuando sea hora... Será un sacrificio digno del altar del dragón sagrado, Anankos.

Iago: Sus deseos son órdenes, rey Garon. Llevar a cabo esa tarea será un verdadero placer. De hecho, tengo varias ideas para llevarlo a cabo...

-Algunas horas después, mientras Corrin y sus compañeros avanzaban hacia el castillo del rey Garon, la princesa dragón poco a poco comenzaba a dejar la pena de la muerte del Sabio atrás. El sol, apenas visible durante el día, se escondía con lentitud entre los pequeños montes que rodeaban el territorio Nohrio.-

Corrin: Por fin estamos de vuelta en territorio conocido. Si mantenemos este ritmo de avance, llegaremos de vuelta en el castillo en unos pocos días.

Elise: Que bien... Estoy agotada... Lo que más deseo ahora es llegar para dormir en mi cama.

Corrin: Ya estoy un poco acostumbrada a dormir en las ramas de los árboles cuando alguien más hace de guardia. Al principio es muy incómodo, pero si lo haces a menudo, pronto olvidarás cualquier incomodidad. Pronto llegaremos a casa, lo prometo.

Fire Emblem Fates: ConquestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora