Tiempo a solas

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Yoongi se encontraba en la casa de Jimin cuando recibió aquél mensaje de Jin. Se quedó inmóvil en el sofá. Aquella apuesta lo estaba devorando sin piedad, poco a poco derrumbaba todo a su alrededor y sabía que al final a él también. Claro que le dolía, todo aquello lo hacía. Pero era demasiado orgulloso como para hacer algo al respecto. Jimin vió la frustración en la cara de su ahora novio por lo que se sentó a su lado para tomar su mano y sacarlo de aquél trance.

-¿Qué ocurre, Hyung?-preguntó dulcemente.

-Nada...sólo, que soy un imbécil.- respondió tratando de restarle importancia.

El de cabellos claros abrió los ojos con sorpresa. Sonrió con la calidez de siempre mientras se sentaba sobre sus piernas encarandolo. Instintivamente rodeó su cintura para mantenerlo cerca y depositó un fugaz beso sobre sus labios. Jimin aprovechó entonces para abrazarlo sobre sus hombros. Hablando ahora a centímetros de su rostro, la mirada aún fija en sus finos labios.

-No digas eso, no seas tan duro contigo mismo. Eres un nuevo Yoongi ahora, o al menos tratas y eso es un gran avance. No lo menosprecies.-rió bajito- Además, debería sólo importarte lo que piense tú novio. ¿No crees? Bueno, tú novio y tú mamá.-.

-¿Y qué piensa mi novio?- preguntó entre risas conmovido por las palabras del contrario.

-Pienso que eres perfecto.-dijo antes de besarle.

Un beso sin mucha importancia, simple y tierno como cualquier otro. Sin embargo, ninguno se esforzó por parar o separarse. Poco a poco subiendo de tono, volviéndose más demandante, más apasionado que antes. Yoongi llevó sus manos hasta el trasero de su pequeño apretándolo y acariciándolo a su antojo logrando hacer que de su boca salieran jadeos ocasionalmente.

Sus pechos comenzaban a gritar por aire y se separaron para obedecerles por un momento breve. Jimin sonrió al sentir la creciente erección de su novio bajo su cuerpo y Yoongi lo notó pues decidió apretar al menor aún más contra la misma. Sin poderlo contener más, el mayor cargó a Park en esa misma posición hacía la habitación a un paso cuidadoso. Allí se dejó caer de espaldas en la cama con el más bajo encima.

-Jimin. ¿Puedo...?-.

-Házlo, Hyung.-pidió sonriente lo que bastó para que Yoongi besara sus labios nuevamente.

Intercambió posiciones con el de cabellos claros dejándolo ahora bajo suyo. Ver a Jimin tan vulnerable lo hacía estremecer. No podía pensar en otra cosa más que en hacer de su cuerpo suyo. Lo quería para él. Comenzó repartiendo besos y lamidas por su cuello bajando hasta toparse con la molesta camisa del menor quien se la retiró de inmediato para poder seguir sintiendo los labios ajenos en su cuerpo.

En minutos ya Min se había encargado de retirar cada una de las piezas de ropa que cubrían sus ahora desnudos cuerpos que anhelaban desesperadamente tacto. Ahí Yoongi recordó que era su primera vez, o al menos con un chico. ¿Qué tan difícil podría ser? Se regañó internamente por recordar aquello a esa altura del momento. Respiró profundamente para calmarse. Entonces, sólo se dejó llevar en base a sus instintos.

-Jimin, es mi primera vez con un chico así que si hago algo mal...-Jimin lo interrumpió.

-No harás nada mal, Hyung.-respondió aún con aquella bella sonrisa en sus labios.

Yoongi asintió. Bajó hasta su cuello una vez más para besarle mientras paseaba las manos por su torso hasta llegar a su miembro. Lo envolvió en su blanquecina mano masturbandolo bajo sus sonoros gemidos hasta sentir su líquido pre-seminal en sus dedos. Los llevó hasta la entrada de Jimin e introdujo individualmente con sumo cuidado. Y dentro de lo que les pareció poco, logró que se acostumbrara e incluso pidiera por más.

-Hyung, entra. Por favor.-los ruegos de Jimin, definitivamente habían hecho que cualquier pizca de cordura en el diminuto cerebro de Suga desapareciera.

-Bien, porque no recisto más.-dicho esto, retiró sus dedos del interior del menor haciendo que su espalda se encorvara y posicionó su miembro en su entrada.

-Hazlo.-.

Yoongi lentamente introdujo su longitud en el más joven. Escuchó los quejidos de dolor que hacía así que en un intento de calmarlo, estimuló otros puntos erógenos de su cuerpo con detenimiento. Paró cuando Jimin comenzó a moverse contra su miembro y no tardó en imitar las embestidas. En un va y ven lento, placentero. Los gemidos resonaban por la habitación. La melodía del lugar.

Poco a poco, como todo lo que había ocurrido antes, subió de intensidad. El mayor dió embestidas aún más fuertes, aún más firmes haciendo que este delirara bajo su cuerpo. Si el cielo existía, probablemente eso era lo más cercano a sentirlo. En esa habitación tenuemente alumbrada, Jimin se había entregado en cuerpo y alma. Porque sí, lo amaba. Amaba con locura a su Hyung. Pero como todo lo que empieza, debía terminar. Sus cuerpos sufrieron leves espasmos para al fin llegar al climax juntos. Ambos eyacularon quedando satisfechos pero sobretodo, cansados.

Min se dejó caer a un lado de Jimin sin despegar la vista de él por un segundo. Soltaron unas risas tontas. Acababan de hacer el amor.

-Hyung.-.

-¿Sí?-.

-Te amo.-dijo para luego acurrucarse en su pecho.

-Y yo a ti.-.

Pero a pesar del poder de aquellas palabras, ninguna evitaría  que la apuesta se cumpliera dentro de unos días.

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Gracias por leer.

Editado: 01/04/2020

YOONMIN | WhatsAppDonde viven las historias. Descúbrelo ahora