Ya había llegado el momento. La apuesta había formalmente acabado y Yoongi no podía sentirse peor. ¿De verdad debía de hacerlo? Se había enamorado. Había sido un idiota aquellos dos años, pensando en su orgullo antes que él o incluso peor, sus sentimientos hacia Jimin... o el mismo Jimin. Caminaba en dirección a su casa para decirle a pesar de tener una batalla campal en su cerebro. Una parte de su interior gritaba con felicidad ya que de rechazarle, recuperaría su hombría, su reputación. Pero si admitía lo que sentía, se habría acabado todo. Más bien, lo perdería todo. Su orgullo, su fama, a Jimin. Su teléfono vibró en su pantalón y sin leer de quién provenía la llamada contestó.
-¿Bueno?-.
-Vaya, me sorprende que no estés en algún sitio escondiendote.-Namjoon.
-Namjoon, mira, yo...-el de la otra línea lo interrumpió.
-¿Qué? ¿No puedes hacerlo?-rió-Tú te metiste en esto, ahora sal como el hombre que dices ser. Y te juro que si no lo haces lo haré yo. Oh, por cierto, estoy en su casa así que apurate.-fue lo último que dijo antes de colgar.
Tortuosamente siguió rumbo a la casa esmeralda que se hacía ver cada vez mejor con la creciente cercanía. Sabía que cuando saliera de aquel lugar nada sería igual y antes de siquiera entrar, sentía un inmenso dolor en su pecho. Dejó salir un gran suspiro cuando se encontró frente a la puerta, luego tocó hasta que Jimin, el pobre Jimin, abrió. Inocentemente y sin saber lo que le esperaba, besó los labios del mayor como bienvenida pero se separó para dejarlo pasar rápidamente.
Min no dijo nada, sólo se sentó en uno de los sofás frente a su novio mientras que Namjoon se sentó en una silla un poco distante de ellos pero lo suficientemente cerca para considerarlo parte de la conversación.
-¿Y bien? Namjoon Hyung me dijo que tenías algo importante que decirme.-inició él contento a lo que el moreno sonrió.
-Jimin, yo, sabes que te amo. Y lo digo desde lo más profundo de mi,pero...-tomó una pausa para saber cómo continuar.
-¿Sí? ¿Qué ocurre, Hyung? Me estás asustando.-.
-Todo esto, empezó por una apuesta...-dejó salir al fin.
-¿Qué? Yoongi, no juegues así.- rió nervioso temiendo que fuera verdad.
-No bromeo, Jimin. Todo esto fue por una apuesta entre yo y Namjoon.-bajó la vista incapaz de ver a Jimin a los ojos- Si en un mes o dos me enamoraba de ti, me iría lejos de ti pero si no, Namjoon lo haría. Claramente perdí ya que aposté que jamás llegaría a sentir algo por ti. Pero la verdad es que te amo y ni siquiera mi gran orgullo puede contra eso.-Jimin estaba sin habla procesando todo mientras sus ojos se tornaban cristalinos.
-Te dije que éste tipo no era de fiar.-añadió Kim.
-¡Y tú tampoco! Siendo mi amigo... ¿cómo pudiste apostar con él? ¡Confié en ti! ¡En ambos!-exclamó estallando en llanto haciendo que instintivamente su mayor se pusiera en pie para ir a su socorro pero el menor lo empujó-¡No! ¡No me toques! Confíe en ti. ¡Ni siquiera le hablé a mi hermano por estar a tus pies! ¡Te di mi virginidad, Yoongi! ¡Sabias lo que signidicaba para mi!-gritaba con fuertes sollozos desesperadamente.
-Jimin.-rogaron ambos chicos a la par.
-¡No! ¡Largo! ¡Largo de mi casa!-ordenó el menor empujandolos afuera.
-Jimin, por favor, no. Te amo. Me enamoré de ti. Por favor, escúchame. ¡Déjame demostrarte que es verdad!¡Te lo suplico!-rogaba aún indispuesto a salir.
-¡Tuviste más de una oportunidad para hacerlo, Yoongi! ¿Sabes? Sí de verdad me hubieras amado, no hubieras hecho la apuesta en primer lugar. Sólo fui un juego para ti. Siempre fue así. Siempre prefiriendo a tu orgullo antes que todo y todos.-se giró está vez hacia su amigo- Y tú, Namjoon, creí que eras mi amigo pero veo que para ti también soy objeto de diversión.-.
Sin más, los sacó de la casa y corrió a su habitación. Le dolía, le dolía enormemente. Quería desaparecer de una buena vez. Había confiado ciegamente en un ser maligno como Yoongi y ahora no había persona en la paz de la Tierra que le diera consuelo. Se culpaba una y otra vez por ser así, tan tonto y confiado. Todos se lo habían advertido pero él tercamente cayó una vez más por culpa del amor. Jimin era su víctima favorita. Claro que sí, vulnerable y débil.
En esos instantes llegó Taehyung del trabajo topándose con los dos bastardos en el patio. Iba a hacer un escándalo por su presencia hasta que escuchó los ruidos provenientes de la recámara de su hermano por lo que les dio una mirada amenazante que ambos captaron. Subió de prisa a la habitación y trató de abrir la puerta pero fue inútil, tenía seguro.
-¿Jimin? Jimin, abre. Soy yo, Tae.-pidió golpeando la puerta preocupado por los ruidos.
-Tae... Tenías razón en todo. Lo lamento tanto. Soy un estúpido, un tonto...-decía abrazando a su hermano.
-Basta, no eres nada de eso. Eres una persona con un corazón demasiado bueno.-respondió acariciando su espalda con cariño- Ven, vamos a mi habitación y me cuentas lo que ocurrió. No creo que quieras estar en éste desorden.-Jimin sólo se dejó llevar por él mientras asentía con la cabeza.
Taehyung necesitaría un arsenal de pañuelos y mucha paciencia porque sería una noche muy muy larga.
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Gracias por leer.
Editado: 01/04/2020
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YOONMIN | WhatsApp
FanfictionCuando estas enamorado de alguien, sólo necesitas a WhatsApp y un leve empujón para lograr lo que quieres. O al menos eso pensaba Park Jimin.