Cada chica, se levantó pronto ese sábado. Cada una empezó a preparar su bolsa para la noche.
***
(Narra Marina)
-Si... Mamá ya te he dicho que solo seremos cuatro...-dijo Marina poniendo los ojos en blanco.- Si, Andrea.-contestó a la voz.- Sí ya volvemos a ser amigas.-Sonrió.- Vale, pero habla seriamente con él, ya sabes como es Daniel...Yo tambien te quiero.-finalizó Marina.
-¡Danieeel!-gritó ella fuertemente.- ¡Mamá al teléfono!
-¡Voy!-respondió una voz mientras bajaba por las escaleras rápidamente.- Trae.- dijo quitándole el teléfono a su hermana.
-Eres un borde, que lo sepas.
-¿Crees que me importa?-dijo irónico.
-Eres...
-Hola mamá, qué tal os va?-dijo pasando de su hermana.
-¡Buf!-gritó Marina abandonando la sala por no matar a su hermano de un puñetazo.
Subió las escaleras, caminó por el pasillo que daba a su habitación, y entró.
-Bien, deberias ordenar esto.Tienes visita en un par de horas.- se dijo a sí misma.- Empecemos. Pero primero, un poco de música.-Encendió su reproductor de música y empezó a sonar una melodía al azar. Como no le gustaba mucho, decidió buscar una de sus canciones favoritas, y pulsó el play. La música empezó. Primero un débil sonido de fondo, y en pocos segundos la impresionante de Adele entonaba su "There's a fire starting in my heart"...
Marina empezó a imitarla a la vez que se hacía la cama. La verdad es que no cantaba mal, pero en momentos así, solo lo hacia por diversión y no le importaba mucho desafinar.
-Una cosa menos.-dijo limpiándose el sudor de la frente.- Solo falta el escritorio y...-bufó.- debería contratar a alguien para que hiciera mis tareas. Ni escuchando el disco entero de Adele conseguiría divertirme con esto -se encamino a ordenar su escritorio y la siguiente canción empezó a sonar.- "Mama told me not to waste my life, she said spread your wings my little butterfly..."
Ella movía sus pies inconscientemente al ritmo de "Wings" y en un par de minutos ya estaba con bolígrafo que encontró en la mesa, imitando a una cantante famosa.-con público y todo- mientras bailaba alegre.
-Aceptable-dijo después de media hora y seis canciones.- No está mal...- sonrió al ver el resultado.
Dejó el boli junto a los demás en un pequeño bote que había sobre la mesa y observó su gran armario.
-A ver qué me pongo...-dijo recorriendo con los ojos cada una de las prendas.-Este pijama... oh, ya recuerdo... Andrea se alegrará mucho de volver a verlo.
Siguió buscando que ponerse. Camisetas por aquí, pantalones por allá... No, hoy le apetecía vestido, así que finalmente se decidió por uno de sus pelayeros estampados, ese que resaltaba su tono de piel. Era un simple vestido blanco con pequeñas flores con tonalidades moradas, rosas, verdes y naranjas. Lo remató con unas sandalias muy bonitas a juego del vestido y sus gafas de sol-unas "Carrera" preciosas con tonalidades en granate- que se las subió a la cabeza para apartar los mechones que se escapaban por su cara metiéndose en sus ojos.
Después, cogió el pijama que anteriormente había apartado y lo dobló sin delicadezas, dejándolo encima de la cama.
-Todo listo.
-¿Como es que todo esta en su sitio hermanita?-preguntó una voz desde la puerta.
-¿Que quieres, Daniel?-dijo malhumorada mirando al chico que se apoyaba en el marco de la puerta.
-Que contestes.
-¿A ti que te importa?
-A mi me da igual pero me contestas porque primero, soy tu hermano. Segundo, mamá me ha dicho que te ayude.
-¿Y tu ibas a obedecerla?-preguntó incrédula, levantando una ceja.
-No, la verdad es que no.
-Pues fuera-ordenó ella saliendo de la habitación, con el bikini y la toalla en mano.- ya está todo hecho. Me voy a la piscina.
-Y yo contigo. -sonrió malévolamente.
-No Daniel, tu después, cuando termine.
-¿Y eso porque? La piscina no es tuya.
-¡Dios Daniel, me pones histérica! ¿Cuando dejarás de ser un imbécil?
-Habló la niña malcriada que ha hecho que me trague el sermón de mamá.
-¡Encima! -gritó sin aguantar más- ¡Eres tú el que se comporta como un idiota!
-Mirala tu... que se me revela.
-Uy si tu supieras hermanito, si tu supieras..
-¿El qué? -preguntó en parte interesado, en parte porque le encantaba discutir con ella.
Ambos habían ido caminando mientras discutían y habían acabado junto a la piscina, pero Daniel no se había fijado, estaba ocupado pinchando a su hermana.
-Ahora mismo te diria que te fueses a la mierda, pero mejor ¿sabes que? Echate un buen chapuzón.-y a la vez que la chica dijo esto empujó a su hermano un poquito hacia atrás, y Daniel notó con su pie derecho la inexistencia del suelo, perdiendo el equilibrio y cayendo al agua.
-¡Serás...! -gritó él desde el agua mientras se quitaba la camiseta y la tiraba en el césped.
-¿Más inteligente que tú? Sí.-dijo entre carcajadas.
Daniel salió rapidísimo de la piscina y agarró a su hermana de la cintura, la subió a su hombro derecho, y mientras ella gritaba y se deshacía de sus gafas, se tiró con fuerza a la piscina.
Ella se quitó el vestido dejándolo sobre la hamaca más cercana para que se secara y dejó las sandalias a un lado. Luego se volvió a tirar salpicando todo. Estuvieron peleando mientras se tiraban agua y se ahogaban mutuamente.
-¡Daniel -dijo ella entre carcajadas y tirando el agua que tenía en la boca- relajémonos un poco !-espetó observando su alrededor.
Menos mal que sus padres no estaban, porque si hubieran visto como habían dejado la terraza... seguramente la fiesta de Marina se cancelaría.
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Inadaptadas
Teen FictionCuatro chicas que se conocen en el cuarto de baño del instituto, se convierten en mejores amigas. Ellas creen que no consiguen adaptarse al mundo, o que el mundo no consigue adaptarse a ellas, de ahí el nombre de su grupo “Inadaptadas”. Andrea, es...