Capitulo VIII (II)

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-Bueno chicas, creo que deberíamos cambiarnos y empezar a prepárarlo todo, ¿no?- propuso Marina. -¡Vale!- exclamó Alice.

 -Supongo.- contestó Hayley por fin.

-Yo entraré ahora después. -habló Andrea.

-Chicas ir entrando, ahora vamos nosotras. -pidió Marina.

-Vale. -contestaron ya dentro de casa.

-¿Qué te pasa? -preguntó Marina de brazos cruzados.

-Nada...

-A mí no me engañas. Algo te pasa.

-Bueno, si...-aceptó Andrea, triste.

-Entonces, dime el porqué.

-No puedo.

-¿Cómo que no puedes? -exclamó Marina exasperada sin entender nada.

-Pues eso, que no puedo.

-Ya se por que no puedes. Ha sido mi hermano, ¿a que si?

-Pues... sí. -¡Es que es gilipollas! -gritó Marina histérica.- Espera... ¡No me digas

-¡Es gilipollas! -gritó Marina histérica.- Espera...¿¡No me digas que te gusta!?

-No lo sé.

-Andrea, si no lo sabes tú, ¿quien lo va a saber?

No contestó.

-Dios Andrea... -Marina estaba que mordía.- ¿Como te puede gustar... eso?

-Marina, que no lo sé.

-¿Que ves en él? Sí, ya lo se. ¡Su tableta!-calló para respirar.- Joder Andrea, sabes como es y nos trataba, a Ti y a MI.

-Ya...-respondió al fin.

-Pues ya está. Espero que pases de él igual que él pasa de ti.

Marina entró en casa, y ayudó a sus amigas. No le gustaba tener que hablar así a Andrea, pero ya había vivido aquella situación con sus otras amigas, y debía abrirle los ojos antes de que terminara como las otras: Llorando por el imbécil de su hermano.

-Chicas, ahora vengo. -dijo Hayley mientras se limpiaba las manos en los pantalones..

-Vale.-contestaron las otras mientras jugaban con la masa de las pizzas.

Hayley se asomó para ver como estaba Andrea, y encontró lo que ya suponía.

-Ey Andrea, ¿Por qué lloras?

-Por nada...

-Sabes que no me gusta que me mientan.

-Ya lo sé.

-Pues venga, sabes que puedes confiar en mí.

-Marina me ha gritado.

-¿Por qué?

-Por Daniel...

-¿¡Por Daniel!?

-Sí… Es que... no se si siento algo por él.

-¿Y Marina, porqué se ha enfadado?

-Dice que él pasa de mí; y es verdad. Nos trata fatal, tanto a ella como a mí.

-Entonces, ¿Porqué no lo olvidas?

-Por que no estoy segura de si siento algo por él.

-Mira Andrea, sabes que yo no soy la más indicada para hablar de relaciones, pero sí de amistad, y creo que deberías hacer caso a Marina.

-Sí, lo he estado pensando.

-Ey, ¡Pues ya está!

-No es tan fácil...

-Nosotras te ayudaremos a que lo sea.

-Gracias...

-Y… te mereces algo mejor.-terminó Hayley sonriendo.

Ambas entraron alegremente en casa.

-Marina.-llamó Andrea.

-Qué. -contestó de mala gana.

-Que tienes razón.

-¿Ah sí?

-Sí, y venía a pedirte perdón.

-Vaaaaaa perdónala.-Hayley y Alice la miraron con ojos de cachorrito.

-Esta bien...-se rindió Marina sin poder acabar la frase, ya que Andrea ya estaba en sus brazos.

-¡Gracias, gracias! -gritó casi llorando.

-Vamos a cambiarnos y a prepararlo todo hasta la hora de cenar.

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