Capitulo I

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Así empezó todo...

-Me meo, me meo, me meo... -se repetía Andrea una y otra vez.

Necesitaba encontrar el baño lo antes posible, sino acabaría meándose allí en medio; en el pasillo del instituto.

Por fin divisó su objetivo, corrió vigilando que sus libros no cayeran y de pronto... ¡Bum! Chocó contra alguien y ambas cayeron al suelo.

-Lo siento. -se disculpó atropelladamente Andrea.- Lo siento, lo siento.

-Tranquila, -dijo la otra chica levantándose del suelo.- tenía que ser muy importante para ir corriendo así. -sonrió amable.

-Mmm... sí, importante... -repitió ella avergonzada.- La verdad es que me estaba meando, -le susurró al oído- pero llevo demasiadas cosas...

-Trae, te acompaño. -contestó recogiendo algunos de sus libros.

-Gracias... ¡Eh! Tú eres la nueva... ¿verdad? ¿Cómo te llamas?

-Hayley, -se presentó sonriendo- y tú eres...? -dijo mirando una de las páginas del libro- Andrea exclamación, corazón, punto y coma cierro paréntesis.

-Sí... -respondió Andrea avergonzada.

-Venga vamos.

Andrea y Hayley entraron al baño.

Desde aquel día fueron al instituto juntas. Andrea jamás pensó que gracias a estar meándose acabaría haciendo una amiga. Al igual que Hayley, que no pensó en ningún momento que hacer una amiga hubiera sido tan fácil.

Unas semanas después...

-¡Eh! Hay, espera. Antes de irte, acompáñame al baño porfa.

-Vale. -el baño se había convertido en un lugar importante en sus vidas. De alguna forma todo había empezado allí.

Cuando entraron, se llevaron una sorpresa.

-¡Perfecta! -gritó una chica enfrente del espejo mientras lanzabas besos a su reflejo.

-Mmm... Mejor volvemos en otro momento. -propuso Hayley.

-No. Yo tengo que hacer mis necesidades. -renegó Andrea mirando a la chica de enfrente del espejo intimidante.

-Perdón, ¿lo decís por mí? -preguntó extrañada ella.

-Un poquito, -dijo Andrea- pero solo un poquito.

-Ah, solo he venido a cambiarme.

-¿El qué? -preguntó Hayley mirándola de arriba a abajo- pero si vas muy guapa. Me gusta mucho esa camiseta con esos shorts, y los zapatos... muy "chic".

-Me alegro que te guste, -exclamó la chica con satisfacción- porque diseño mi propia ropa. Me la compro y la cambio o la mejoro con buenos accesorios. -dijo orgullosa de su trabajo.

-¿No me digas que es un tatuaje de aguja? -preguntó Andrea ignorando la conversación al ver la piel de la chica.

-¡No, que va! Mis padres me matarían. -explicó rascándose la nuca- Son de henna. Me los hago, y después, se borran.

-¡Dios, me encanta! -exclamó Andrea con un brillo en los ojos.

-Si quieres te puedo hacer uno. -dijo sonriendo al ver la emoción de la otra chica.

-¡Sí! Por favor... Oye, ¿Cómo te llamas?

-Alice; estoy en algunas de vuestras clases.

-¡Ah sí! Es la chica "rara" de la que todos hablan Andrea.-le explicó Hayley.- Perdón no quería decir que fueras...

-Tranquila, no me molesta. -contestó alegre a aquel mote.- ¿Y vosotras sois?

-Andrea y Hayley.-explicó esta última.

-Encantada.-dijo estrechándoles la mano con firmeza. Ellas, le correspondieron con extrañeza a aquel firme gesto.

-Igualmente. -respondieron las otras dos.

-Bueno... me voy. -Alice empezó a alejarse.

-¡Espera! -Andrea se apresuró a tocarle el hombro para que se girara- ¿Te quieres venir con nosotras? Como veo que no conoces a mucha gente por aquí...

-Mmm -pensó- Claro, ¿porque no? -contestó alegre esta con una sonrisa deslumbrante.

Esas tres chicas muy diferentes pero a la vez muy iguales se habían conocido en un simple baño. ¿Quién lo iba a decir?

Aquella chica se unió al grupo. Se hicieron muy buenas amigas y empezaron a quedar juntas. Se llevaron muy bien desde el principio y descubrieron que tenían muchas cosas en común.

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