Capitulo II

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Un día en el instituto a la hora de comer...

-Ja-ja-ja. -se reía Andrea del comentario que había hecho Hayley.

-¿Pero qué pasa? -preguntó esta mirandola ceñuda.

-Nena, sabes que te quiero mucho y eso, pero eso es una locura; nunca seremos amigas de Marina Campos. Ella es la chica más popular de por aquí. Ella está en lo más alto de la pirámide y nosotras... más bien aquí. -señaló Alice dando golpecitos al suelo de la cafetería.

-Pff... -resopló Hayley- Exagerada, ¿tan abajo?

-¡O más...! -exclamó Alice riendo.

-No es tan difícil... -afirmó Andrea muy tranquila llevándose las rodillas al pecho y rodeándolas con los brazos. Bueno, ahora sí, pero...

-¿Pero qué? -dijo Hayley interesada apoyándose en el hombro de su amiga.

-Que yo una vez fui la mejor amiga de Marina Campos. -dijo sin extrañarse de su comentario.

-¿¡Qué!? -gritaron a la vez sus dos amigas.

-Eso, que yo fui su mejor amiga y ella la mía. -confesó fingiendo indiferencia.- Siempre fuimos como hermanas, pero al entrar al instituto su hermano la cambió.

-¿Como que la cambió? -preguntó Alice.

-Pues... -empezó a recordar- la noche de antes de empezar secundaria Daniel tuvo una charla con Marina. Le dijo que en el instituto o era popular o no lo soportaría. Le dijo que se olvidara de mí, que yo era una cría, y que no se juntara conmigo. -Andrea se detuvo, sus ojos se habían puesto rojos de aguantar las ganas de llorar. Agachó su cabeza, dejando caer una lágrima, pero su pelo le tapo la cara, y nadie la vio.-no se que más le dijo pero funcionó.

-¿Y cómo sabes todo eso? -preguntó Hayley que estaba intrigada con la historia que su amiga le acababa de contar.

-Pues... porque al día siguiente, pasé por su casa para ir juntas al instituto...

Varios años atrás. Una mañana a principio de curso...

-¡Marina, que guapa estás! -la halagó Andrea al ver salir a su amiga.

Ella no contestó ya que su hermano le susurró algo al oído.

-Vamos hermanita, ¿no querrás llegar tarde el primer día, verdad?

-No, claro que no. Ves tú, creo que me he dejado el móvil arriba. Espérame en el coche.

Andrea vio cómo Daniel le echaba una última mirada de advertencia y desaparecía tras el porche.

-¿Por qué vas tan arreglada, Marina? -preguntó Andrea extrañada al ver a su amiga usando vestidos y joyas para ir al instituto.

-Andrea, no tengo tiempo, pero por favor, haz como si no me conocieras.

-¿Por qué? Si eres mi Amiermana.

-Si eres mi Amiermana, hazme el favor. Olvídate de mi.

-Pero, pero... -preguntó Andrea casi llorando pero apretó los dientes con fuerza para contenerse.

-Siempre serás mi Amiermana Andrea, no lo olvides. -dijo Marina dándole un beso en la mejilla y corriendo al garaje para evitar llorar ella también.

Andrea caminaba sola por los pasillos. Había visto varias veces a Marina pero ni una ni otra se habían saludado. Andrea se pasó todo el curso así, como le había pedido Marina. Sola, hasta que encontró a Hayley y a Alice.

-Vaya... Andrea, no lo sabía.-dijo Hayley compungida- Lo siento.

-Tranquila, ya lo he superado.

-Ya no quiero ser su amiga. -sentenció Alice

-No digas eso...

-¿Cómo que no? ¿Después de todo, aún serias su amiga? -renegó Alice.

-No sé... pero ella no tiene la culpa. Su hermano le llenó la cabeza de historias, porque sabía que sin su hermana, no sería del todo popular. Marina heredó todo lo bueno: la belleza, el cuerpo, la inteligencia... y él, a parte de el físico, la capacidad de manipular a la gente.

-En eso tienes razón. Es guapa, y también he notado que tonta no es. Él sí, -rieron por su comentario.- pero aun así... Además, tendrá a todos los chicos detrás de ella.

-Sí. Menos a uno. -Andrea empezó a perderse en sus viejos recuerdos.

-¿A quién? -preguntaron las dos chicas.

-Desde que conocí a Marina solo la he visto pillada por un chico; Lucas.

-¿Quién? -preguntaron las otras al unísono.

-¿Veis al moreno sentado en la mesa de los populares?

-Hay muchos morenos... -insinuó Alice.

-El alto de piel oscura y ojos verdes... ¡El más guapo, chicas!

-Ah... -suspiró Hayley- viene a nuestra clase.

-Pues ese.

-Pues no tiene mal gusto la chica. -sonrió Alice.

-Siempre ha tenido buen gusto con los chicos, la verdad. -aceptó Andrea.

-Nada del otro mundo. -respondió Hayley poniendo los ojos en blanco.

-Puede ser... -dijo Andrea- pero es el único chico que se ha resistido a Marina.

-Jopé... -exclamó Alice.- Harían buena pareja.

-Siempre lo pensé, pero bueno, ella siempre decía que no tenía posibilidades con él.

-Siendo guapa, lista, popular... ¿y no tiene posibilidades? Soy yo la que acabará sola y con.. ¿30? No, ¿40 tal vez? sí, 40 gatos. -bromeó Hayley sobre su futuro.

Sus amigas se rieron a carcajadas sobre el "supuesto" futuro de su amiga.

-Pero ya no se si aún siente cosas por él. -dudó Andrea.

-Yo creo que sí. -afirmó Alice después de tanta risa.

-¿Cómo lo sabes? -preguntó Andrea.

-Por qué lo sé. Lo noto. Es mi don. -empezó a hacer gestos con las manos como si fuera una vidente.

Rin-Rin, sonó el timbre y volvieron a las aulas. Todas fueron a la clase que les tocaba.

-¡Nos vemos antes de irnos a casa, en nuestro sitio! -gritó Alice.

-¿Nuestro sitio? -preguntaron las otras dos que no sabían de qué hablaba.- ¿El baño?

-Sí, a partir de ahora ese es nuestro sitio. Ya que nos conocimos allí...

-¡Vale! -se despidió Hayley.- Adiós. -dijo antes de perderse entre la multitud.

-¡Adiós Alice! -gritó Andrea ,ya entre la gente, alzando su mano para que su amiga la encontrase.

-¡Adiós nena! -se despidió la última con un guiño.

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