Las cuatro chicas se cambiaron y bajaron a la piscina.
-¡Que vergüenza!- gritó Andrea negándose a salir de la casa y envolviéndose con ganas en la toalla - Pero si tu hermano está ahí. Te acuerdas de lo que pasó...
-¡Ay, Andrea! No me lo recuerdes, a demás, Daniel estará en su cuarto, no creo que se ponga a espiarnos desde la ventana.
-¡¿Qué ventana?!-gritó histérica buscando con la mirada la ventana del cuarto de Daniel.
-Venga chicas, que quiero bañarme...- replicó Alice insistiendo.
-Y yo...- Hayley también tenía ganas de bañarse, pero sentía un poco de vergüenza por volver a ver a Daniel.
-Vale...- aceptó Andrea al ver a sus amigas morirse de calor.
-¡Bien!- gritó Alice quitándose la poca ropa que le quedaba puesta.
-¡Ey Alice! Si quieres... en vez de ducharte antes de entrar a la piscina, puedes pasar por "mi baño refrescante".- comentó Marina.
-¿Qué es eso?- preguntó.
-Míralo tu misma.- dijo llevándolas unos metros más a la derecha de donde estaban.
-¡Vaya!- gritaron las tres.
-¿Os gusta?
-Nos encanta, esto es....
-Un pequeño parque acuático.- dijo Marina contenta.
-¡Wow!- exclamó Alice, corriendo a probarlo.
-Adelante.-dijo Marina dándole permiso a Alice para usarlo.
-Cuando vine esto no estaba.- dijo Andrea.
-Mi padre tenía que crear algo original y veraniego para su trabajo, y como prueba lo hizo aquí. Después de presentarlo, decidió mantenerlo para mi hermano y para mí. Antes lo usábamos mucho ¡Qué digo, hasta en invierno!, pero mi hermano y yo cambiamos, y lo abandonamos... Pero ahora lo volveremos a usar- anunció mientras empujaba a sus amigas adentro.
Aquello era magnífico. Era una pequeña torre, con un agujero en ella. Al entrar, pequeños chorros de agua te mojaban entera. En el centro, una pequeña escalera que te permitía subir un piso más. Esa era una sauna, con asientos incluidos. La escalera seguía hasta otra planta más. Esta estaba abierta. Era el final. En la pequeña terraza de la torre, se encontraba la boca de un tobogán que bajabahasta el suelo
.
Las cuatro chicas salieron de allí completamente mojadas, pero también entre risas y burlas.
-¡Me voy a pedir uno para mi cumpleaños!- gritó Alice más que contenta.
-Como que tus padres te van a dejar.- dijo Hayley.
-Alomejor sí.- insinuó Andrea.
-Tranquila Alice, que este lo vas a poder usar siempre que quieras, pero ahora, ¡vámonos a la piscina!
Las chicas corrieron y cayeron al agua salpicando a más no poder. Era un día caluroso y lo mejor era estar allí.
Después de una largo rato en la piscina, salieron, se secaron, y se sentaron a hablar. Comentaron cosas de clase, cotilleos, chicos... y en ese momento:
-Marina, ¿Has visto mi toalla?- gritó Daniel desde el interior de la casa.
-¿La de Pitufos o la de ositos?- contestó entre risas.
-Mira que eres tonta.
-Relájate Daniel. Está aquí fuera.
-Vale.
El chico apareció, y las chicas se quedaron mirándolo. Todas menos una. Con solo un bañador y el pecho descubierto, el hermano de Marina salió de la casa provocando que sus amigas se le quedaran mirando embobadas.
-¿Donde?- preguntó él con la mirada molesta clavada en su hermana.
-Tío, Daniel, ahí.- respondió ella señalando una tumbona a pocos metros de ellos.
-Vale.- se acercó hacia allí y cogió la toalla.
-Marina, no me acordaba de que tu hermano estuviera tan bueno.- le susurró Andrea.
-La verdad es que no está nada mal...-contestó Alice mirando disimuladamente al chico.
Marina las miró con los ojos tan abiertos como los de un búho.
-¿Qué?- preguntó recuperando la respiración.
-Pues eso.
-¡Sal de ahí demonio -gritó Marina agitando a Andrea.- y dime que has hecho con la verdadera Andrea!
Las chicas rieron al ver la reacción de Marina, haciendo que esta se uniera.
-¿Que has dicho Moratal?- apareció Daniel con su toalla colgada al cuello e interesado en el comentario de Andrea.
-Ems... yo...-Andrea empiezó a colorarse de tal forma, que empezó a preocupar a sus amigas.
-Va, di.- insistió el chico.
-Pues...- no sabía qué decir.
-Pues que le habría gustado verte con la toalla de ositos.-contestó Marina ayudando a su amiga.
-Pues a mi verte con la de los Pitufos- la miró aburrido.
-Podríais hacer un desfile de modelos con vuestras originales toallas, y nosotras os valoraríamos. -bromeó Alice por fin, algo irónica.
-Claro- respondió Daniel con una sonrisa torcida.
-Yo...- susurró Andrea. Le daba mucha vergüenza que la vieran con una toalla de Pitufos, pero luego se imaginó a Daniel con la toalla de ositos y no se lo pensó dos veces.- yo también.
-Pues todo solucionado- dijo Alice mientras se reía.
-Hecho- dijeron al unísono los concursantes,
-La que nos espera...- refunfuñó Marina poniendo los ojos el blanco.
-Marina, me voy a casa de Marcos...- se despidió Daniel pero Andrea lo cortó.
-¿A qué?
-¿A ti que te importa?
-No mucho.- le sonrió ella.
-A hablar de cosas de tíos, no de chorradas como vosotras, en especial las tuyas Moratal. -contestó mientras miraba a Andrea, serio.
Ella no sabía qué decir. Alice y Hayley permanecieron en silencio, así que Marina tomó las riendas.
-Pues espero que sea más divertido de lo que suena. Adiós Daniel.
-Vale. No se si coger llaves...
-Haz lo que quieras.- le dijo Marina solamente.
-Eso ya lo hago, lo que me preocupa, es que luego no me abráis.
-Pues que no te extrañe.- ahora era Andrea la que hablaba.
Ambos intercambiaron miradas, hasta que Marina se cansó.
-Ya está bien. Daniel, haz lo que quieras, pero vete ya.
-Vale, doña borde.- dijo.
-No me hagas hablar...- contestó empujándolo hacia la puerta.
Casi ya dentro, Daniel miró por última vez a Andrea. Sabía que la acaba de cagar.

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Inadaptadas
Teen FictionCuatro chicas que se conocen en el cuarto de baño del instituto, se convierten en mejores amigas. Ellas creen que no consiguen adaptarse al mundo, o que el mundo no consigue adaptarse a ellas, de ahí el nombre de su grupo “Inadaptadas”. Andrea, es...