Recuerdos. (Dani Auryn)

La ex:

-¿Daniel? -cortó una chica morena nuestro beso-

Él se separó solo al escuchar la primera sílaba de su nombre, me temía lo peor.

-¿Silvia? ¿Qué haces aquí?

-Empecé a trabajar hace unos días y vine a pasear, a ver Madrid. No tenía ni idea de que te iba a encontrar después de tantos años.

Tiré un poco de la mano de Daniel para que supiera que estaba ahí.

-Oh, por cierto, esta es Iria, mi novia.

Le miré bastante extrañada, pero me gustaba.

-Yo soy Silvia y fui novia de Dani hace tres años.

-No sabía nada -mi tono cambió-

-Tranquila Iria, Dani y yo solo somos amigos, no hay nada entre nosotros. -empezó a reír ella-

-¿Seguro? -insistí-

-Iria, Silvia es lesbiana, no tenemos nada.

Me quedé impactada, no me esperaba esa respuesta.

-Lo siento.

Silvia se lo tomó demasiado bien, no me cae nada mal.

Tres mojitos fue a pedir Daniel a la barra de aquel bar acogedor, de paredes de madera, una terraza con seis flores por maceta, unos camareros muy amables que nos rellenaban el plato de patatas fritas cada vez que se acababa; tuve la oportunidad de conocer a aquellas chica, al igual que de descubrir más secretos de Daniel.

-¿Trabajas? -fue mi última pregunta-

-Sí, trabajo en una discoteca por la noche, soy gogó. ¿Y tú?

-Eres muy joven para ese trabajo.

-Tengo 18 años.

-Pensé que eras más pequeñas, y respecto a lo de antes, no, no trabajo. Me despidieron hace muy poco.

-Lo siento.

-Tengo un problema.

-Puedes confiar en mi.

-Al no tener trabajo, no tengo dinero. No llego a fin de mes. No te estoy pidiendo dinero.

-Puedo enchufarte en el club, hace poco mi compañera se dio de baja, puedo hablar con mi jefe... -no sonaba muy convencida-

-¿Qué pasa?

-Daniel nunca aceptó mi trabajo, dice que lo dejamos porque ya no surgía el amor, pero estoy segura que era por mi trabajo. Eso de ir algo ligeras de ropa bailando para otros hombres no le molaba nada.

Estuve pensando como unos diez minutos en silencio, dí una respuesta.

-Quiero trabajar contigo.

-¿Estás segura?

-Sí, no le diré nada a Daniel, tengo que comer, tengo que conseguir dinero de alguna forma.

-Mañana hablaré con mi jefe, tranquila.

Ella me regaló una sonrisa sin ninguna preocupación, y apareció Daniel con el pedido que le hicimos hace quince minutos.