1.8K 74 0
                                    

La madre de Niall (Maura) le había dicho otra vez que se vistiera para ir a tomar una taza de café, a el rubio le molestaba que la madre lo sacara de su rutina matutina, simplemente se perdía y se frustraba demasiado, al punto de escapar de cualquier sitio que su madre lo llevara.
Maura llegaba a pensar que no lo entendía al hablar de tan callado que era, o tal vez que el muchacho no sabia hablar, pero después lo escuchaba cantar fluido en su pieza, y ella lloraba. Simplemente no entendía el hecho de que Niall no le hablara, el podía pasarse semanas enteras haciendo lo suyo, estando en su mundo,  sin hablar con nadie. De hecho Niall tenia sus propios horarios 7:30 A.M él se levantaba a hacer su cuarto (Su cama), y ya a las 8:00 A.M el se disponía a desayunar y esperar en su cuarto tocando la guitarra asta que cayeran las 12:30 A.M y almorzar junto a su madre quien siempre quería sacarle tema de charla, aun que rara vez conseguía que Niall le prestara atención, ella intentaba que algo se rompiera en la cocina o cosas por el estilo, a Niall y a la mayoría de los autistas les encantaba reparar cosas, y lo hacían perfectamente, o tal vez solo Niall Horan tenia esa capacidad.
Maura llevo a Niall a un local donde no había mucha gente, solo estaba haciendo caso omiso a los pasos de los médicos, socializar con gente. Ayudarlo a poder pedir sus cosas, la otra vez había sido un fracaso, Maura esperaba que esta vez no sea así.
Una mujer de unos veintitantos, la misma de la otra vez se acerco a atenderlos, los guió hacia una mesa con ventanal, era perfecta para Niall, él se volvería en su mundo dejando ver los autos pasar, el no iba a hacer nada estaba vez, tenia pensado dejar que la mamá hable y pida su pedido como la otra vez, aun que él ahora mismo estaba pensando en huir el muchacho estaba temblando y todavía no se había sentado. La madre le dijo que se sentara mientras la susodicha buscaba las cartas, Niall no entendía lo que pasaba, estaba asustado, no era habitual que él saliera, y mucho menos a tomar una taza de té.
La chica regreso con las cartas, ella miraba de reojo la situación, le parecía extraño como el hombre rubio no se movía, solo bajaba la mirada y lentamente se valenciana de atrás hacia delante, parecía indefenso. Ella diviso pecas en su rostro al igual que unos labios finos, no más, ella no llegaba a notar los ojos azules de Niall, pensaba que era una broma del chico o que se quería ocultar de alguien, aun que le resulto absurdo no aparto esa idea. Ella quería verlo cara a cara, pero este no hablaba como no hablo la vez pasada.
-Niall,¿Pediras algo?.-Pregunto la madre mostrando un semblante alegre e comprensible, todo aquel que la mirara creería que lo esta.
Niall abrió la boca para hablar y la muchacha lo miro atento desde lejos, el rubio no pudo decir nada..., la mujer se frustró y volvió a presentar una sonrisa alegre.
-Tienes que pedir algo.-La mujer se preocupaba ya que lo le quedaban tantos años de vida, ella sabia en el fondo que no viviría mucho mas para su hijo, ¿Que haría este cuando ella no este?, ya habría socializado o seguiría igual. Niall volvió a callar, sabría que si no pedía algo su madre volvería a llorar por las noches, como era habitual en ella.
La morena se acercó a la mesa número 6 para pedir las órdenes, Maura pidió un te con una media Luna, y Niall, oh, el pobre solo se tambalio nerviosamente, se sentía fuera de su órbita y más cuando su madre le apretó la mano con fe, el chico solo dijo "T-té" , no más, Maura sonrió con esperanza, el chico le había dicho algo a alguien que no era su madre. La chica se dio cuenta de la situación y sonrió.
-Muy bien.-Sonrió la mujer acariciando su mano.-Lo has hecho bien.-Susurró y el chico se alegro por ello, aun que no pudo mostrar una sonrisa, solo miro los autos pasar, sonrió ante el vago recuerdo de su pedido, aun que nunca vio a la chica, no sabia como era ni se facciones de cara tenia, solo que tenia una hermosa voz.
La chica que llevaba una placa con su nombre dejo sus pedidos alterando a Niall, el chico se asusto tanto que miro unos segundos hacia la proveniente de ello, fueron pocos pero los dos se dieron cuenta de lo que se querían dar cuenta antes de que el pobre Niall bajara su mirada hacia el té que no quería tomar, a Niall nunca le gustó el te.

Autista...N.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora