Quince

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Jazz se estiro entre las sabanas orgullosa de lo anoche. Mientras Jazz acariciaba el hermoso abdomen del chico, este solo acariciaba el cabello amarrado de la chica, haciendo de su mente imagenes de la noche. No se arrepentía, no se avergonzó por aquel acto, solo estaba difrutando de la mañana, aun que parecía ser el único, Jazz ya sabía que iba a pasar después de esto, Niall habia pasado una noche fuera de su casa, ¿Que iba a pensar Maura?. Era obvio..., Aun que Jazz no se arrepentía sabría bien lo que vendría.
-Te amo,Niall...-Susurro ella. Sus lagrimas desaparecieron, por una hermosa sonrisa, la mas trasperente y penosa de la vida.
-Buen día.-Susurro ella, sin poder mirarlo.
-¿Estas bien?.-Niall le abligo que la mirara.
-Mejor que nunca.-Sonrio.-Debo ir al baño.-Se levanto incomodamente.
Niall tapo su cara.
-Ya me has visto, Niall.-Sonrio tiernamente.
-Me gusta tu cuerpo.-Destapo su cara.
Ella se puso la remera blanca de Niall, haciendo que el sonriera de ternura.
Fuertes ruidos se escucharon en la planta de abajo haciendo que Horan se asustara.
-¿Qué fue eso?.-Pregunto.
Apenas un segunto y la puerta se abrío. A la única persona que diviso fue a Maura, y entendio a que venían.
-Tu no entiendes,¿Verdad?.-Grito la madre de Jazz con asombro.
-Perdoname.-Susurro con lagrimas en los ojos. El policia de la izquierda de Maura amarro a Jazz co esposas y Niall saltó de un brinco de la cama.
-¡Aya!.-Grito Jazz, al sentir las esposas frías apretarse en sus muñecas.-¡Sueltenme!.-Tiroñío de ellas, pero era absurdo solo se haria daño.
-¿Que has hecho?.-Gritó Niall.
-Lo justo.-Lo empujo.
-Sueltenla. Madre has algo.-Llorisqueo.-No se la lleven.
-Callate.-Le dijo Maura.
-Por favor...No puedes hacer esto.-Se calló.
-Tu no puedes tener sexo con ella.
-Niall...-Susurro con lagrimas en los ojos.-Saldremos adelante juntos...-Susurro.
-La justicia es injusta...-Dijo- Te amo...
-Tu no amas a nadie.-Le pego.-¿Pueden llevarselas?.
Los policias hicieron caso humizo y así fue como Niall dejo la cobardía de lado, como Jazz ya no vio a Niall.
-Perdón...-Dijo cabizbaja.
-Dejalo así.-Dijo su madre.
Jazz se apoyo contra el vidrio de el auto dejando caer sus lagrimas inocentes. Ya no había nada que hacer.
-Mamá tus pastillas.-Dijo.
-Dejalo así.-Sonrío con fuerzas.
-Mamá...-Lloro.
-Jazz...
-Prometo que saldremos de esta juntas.
-Shh...-Se apoyó en ella.
-No deberías estar acá.
-Hija..., Ya callate.
Jazz calló con sus lagrimas rodandl en sus ojos, que injusto...

-Bajense.-Les ordenó el oficial.
-No.-Dijo seria.
-No se lo advertire otra vez.
-Hija,baja.
-Hace frío.-Se quejo como niña. Solo tenía una remera, que era de Niall.
El policia agarro a Jazz de el brazo, haciendo que las esposas hicieran un pequeño tajo en la muñeca el cual ella se quejo.
-Deja de quejarte niña.-La empujo.Lagrimas inocentes salían de sus ojos, las cuales fueron retractadas por el policia.
-Deja de llorar maricona.
-Más respeto con mi hija.
-Callese.
-No le haga nada, señor.-Suplico Jazz.
-Callese.-Replico.
Las manos de distintas personas se asomaban por distintos orificiós, esto era un infierno. Le sacarón las esposas a cada una y las intentaron meter, y digo intentaron porque Jazz se reuso.
-Soy inocente.-Grito la niña.
-Si lo eres.-Patío sus rodillas para así desiquilibrarla.
-Deben sacar a mi madre.-Se quejo.
-Hija dejalo así.-Se sentó en el gran banco que había allí.
-Mamá, no dejare que estes aquí por mi culpa. Necesitas tus medicinas.
-Ven aquí.-Abrío sus brazos, para acurrucar a su pequeña hija, que titubivia ďe frío.-¿Qué hacía él ahí?.
-No lo se, pero no me arrepiento.-Sonrío.
-¿Lo amas?.
-Si el amor es no saber lo que haces y volverte loca con un solo suspiro de esa persona, entoces,sí...,Y muy. Mamá me volvío, loca.-La miro.
-Me haces acordar a tu abuela Carola.-Sonrío.-Era igual de alterada que vos.-Rió
-Tal vez.-Susurro una risa.-Necesitaría un poco de mi padre.
-¿Como qué?.-Habló seria su madre.
-La seriedad.
-Nunca fuiste así, no pudiste.
-Lo se...,¿ Recuerdas cuando se emborracho en mis 16?. -Jazz rió.-Estaba tan borracho, que le dijo a la tía Sucy que dejara a los gatos vivir.
-¿Por qué no olvidas eso?.-La acompaño a la risa.
-Porque juro no tomar nunca más en su vida. Y lo cumplío.-Sonrío melancolicamente.
-No sabes cuanto te amaba, cariño...
-Lo extraño.
-Yo igual.-Acaricío la cabeza de su hija.

La selda se abrío dejandole paso a el policia que había golpeado a Jazz ántes.
-Señora Stilinski. Puede salir.
-No.
-No fue una pregunta, fue una orden.
-¡Genial!,lo mio tambien. Es mi hija.¿ Acaso tiene compasión?
El señor se vio un tanto tocado con aquella pregunta, pero al instante volvío a mostrar su margen.
-Mamá ve, estare bien.
-Hija...
-Mamá.-Sonrio con compasión mientras el hombre se llevaba a su madre.
-Te amo...-Fue lo último que escucho.

Autista...N.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora