Memories lost | Roman Holiday

34. Baile de Otoño

Olive corrió detrás de Enoch. No era fácil correr estando envarada de las piernas por estar tanto tiempo en el agua. Vio a Miss Peregrine a lo lejos darle una bofetada a Sharon. Se levantó de la manta con rapidez. Miss Peregrine miraba a Sharon afiladamente. Enoch llegó enseguida a donde se encontraban ambos. Agarró a Sharon del cuello de la camisa. Sus ojos mostraban furia. Demasiada.

-¡¿Cómo te atreves imbécil?! ¡¿Cómo te atreves a besar a mi madre sin su consentimiento?!-Exclamó Enoch agarrándolo con fuerza de la camisa. Olive se puso al lado de Miss Peregrine. La mujer galesa miraba con horror la escena. Enoch alzó el puño. Sharon parecía asustado.

-¡No! ¡Por favor no me golpees! ¡Fue sin querer!-Suplicó Sharon. Enoch negó con la cabeza.

-¡Eso dicen todos!-Replicó Enoch. Olive agarró a Enoch por el brazo. Los demás se reunieron en torno a ellos, curiosos de ver la escena.

-¡Enoch, tranquilízate!-Dijo Olive con firmeza. Enoch no le hizo caso. En cambio volvió a levantar el puño y, esta vez lo estrelló contra la mandíbula de Sharon. Lo soltó y cayó a la arena de espaldas, noqueado por el golpe. Los demás comenzaron a murmurar con preocupación. Enoch, en que te metiste, pensó Olive preocupada. Miss Peregrine pareció reaccionar de su especie de transe con eso.

-¡Míster O’Connor! ¡Por el Pájaro! ¡¿Qué es lo que hizo?!-Dijo arrodillándose a ver al hombre inconsciente. Le tomó el pulso tocándolo del cuello. Miró enojada a Enoch. Este aún estaba con el rostro crispado de enojo.

-Se lo merecía el imbécil. ¡La besó sin su consentimiento!-Se justificó Enoch. Miss Peregrine se levantó. Sharon aún respiraba. Su pecho subía y bajaba con normalidad.

-¡No tenías porque recurrir a la violencia, Enoch!-Regañó Miss Peregrine.-Tenía yo misma todo bajo control.

-¿Control? Si no reaccionaba.-Replicó Enoch. Miss Peregrine suspiró. Se dirigió a los niños que miraban asustados la escena.

-Por favor vayan todos a cambiarse. El día en la playa terminó.-Los niños protestaron. Se fueron desganadamente a cambiar. Pasaron al lado de Enoch.

-Bien hecho Enoch.-Susurró con enojo Millard a Enoch. El joven no dijo nada. Parecía más tranquilo, perdido en sus pensamientos. Olive se puso a su lado. Le tocó el brazo. Volvió a la realidad. La miró con un rastro de angustia en sus ojos. Miss Peregrine les hizo un gesto con la mano.

-Vayan a cambiarse. Enoch hablaremos de esto más tarde.-Dijo volviéndose a arrodillar al lado del hombre inconsciente. Olive agarró a Enoch de la mano. Caminaron juntos por la arena. Olive estaba enfadada. Enoch no tenía porque reaccionar así.

-No tuviste porque reaccionar así, Enoch.-Dijo Olive molesta. Enoch gruñó. Se volteó con el ceño fruncido.

-Entonces ¿Cómo querías que reaccionara?-Replicó. Olive extendió las manos exasperada.

-¡De una manera civilizada!-Exclamó Olive. La joven se detuvo. Enoch hizo lo mismo. Se miraron a la cara. Olive se trató de tranquilizar. Pasaron segundos hasta que Enoch le respondió con tranquilidad:

-No podía, Olive. Si no le daba un castigo lo volvería a hacer. Quería que viera que Miss Peregrine no esta sola.-Dijo inhalando con profundidad. Olive se cruzó de brazos.

-Enoch podrías haber empleado el diálogo en lugar de hacer esa abominable acción.-Regañó Olive. Enoch respló.

-Tranquila, ni siquiera le golpee con todas mis fuerzas.-Dijo. Olive rodó los ojos.

-Eso lo sé Enoch, a lo que me refiero es la acción. Fue incorrecta.-Olive reanudó el paso. De los arbustos, la mayoría salía ya cambiado de ropa. Olive se metió detrás de los arbustos. Millard, Hugh y Horace se ponían los calcetines sentados sobre la tierra. Olive recogió su bolsa de lona del suelo. La abrió y sacó su ropa limpia. Enoch se arrodilló a sacar su toalla de la mochila. Les hizo una seña a los niños.