15. Sueños

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Enoch y Olive se encontraban escondidos detrás de unos arbustos. Dejaron a Claire con Emma, a quien Olive encontró en el baño. Olive estaba sentada con las piernas cruzadas, mientras que Enoch estaba tirado en el pasto, usando como almohada su abrigo negro. Olive jugueteaba con el cabello de Enoch. Era tan suave como plumas de ave.
-Enoch esto es aburrido.-Se quejo Olive. Enoch rodó los ojos.
-No tengo otra opción. Si salgo me hablara esa chica. Lo ultimo que quiero en este viaje es entablar una conversación con una maniaca.-Olive suspiro. A pesar de que había personas cuidando a los niños, nadie los había ido a buscar en la hora que llevaban ahí escondidos.-¿Quieres seguir jugando al juego de las preguntas?
-Si.-Dijo Olive emocionada. Enoch estiro las piernas. El joven disfrutaba en silencio las caricias de Olive.
-Empieza tu. Se que tienes un montón de preguntas.-Olive siguio agarrándole el cabello mientras pensaba en una pregunta.
-Emmm… ¿Cuál es tu color favorito?-Fue lo primero que se le vino a la mente.
-No se… ¿gris?-Dijo dudando.-Si… gris. Me gusta el gris.
-Tomare nota para tu regalo de cumpleaños.-Dijo Olive. El hizo una mueca.-Te toca.
-¿Por qué siempre sonríes?-Pregunto Enoch mirándola de reojo.
-Porque soy alegre.-Respondió Olive.-¿Cómo era tu casa?
-¿Mi casa?-Pregunto Enoch volteando a ver a Olive. Ella asintió.-Tenia dos plantas. Era color azul cielo. Tenia una verja de metal en el frente al igual que unos escalones. Al lado de la casa estaba el negocio de la familia. La funeraria. Casi no recuerdo como era el interior… solamente recuerdo que mi habitación estaba arriba. La de mis padres abajo.
-Yo soñé con una casa blanca de dos pisos y con un jardín delantero.-Comento Olive. Enoch le presto atención.-También con mi padre.
-¿Crees que era tu casa?-Pregunto Enoch curioso. Olive suspiro.
-Creo que si. No observe nada más.-Respondió Olive.-Odio no recordar nada.
-Algún día te acordaras de todo. Solo es cuestión de paciencia.-Dijo Enoch mirando el cielo. Durante el resto de la hora se estuvieron cuestionando sobre sus gustos. Olive descubrió que Enoch tenia un amplio conocimiento en cosas militares hasta que su platillo favorito era el pato. La conversación termino cuando un cuidador los encontró.
-¡Vamos chicos dejen ya de besarse!-Lo dijo por como estaban tirados en el pasto. Enoch estaba tirado de lado igual que Olive. Se miraban de frente como la noche anterior. Enoch le dedico una mirada que si las miradas mataran el cuidador ya estuviera muerto. Olive solamente se sonrojo. No se estaban besando. Solamente que el cuidador lo malinterpreto. Enoch entreabrió la boca. De seguro diría algo desagradable.
-No sea estúpido. No nos estamos besando.-Replico Enoch al cuidador.-Si nos quisiéramos besar no lo haríamos aquí.  Tal vez en una habitación del hotel.
Olive enrojeció aun más. La estaba avergonzando. El cuidador frunció el ceño ante el insulto de Enoch.
-Dejen de hacer lo que sea que estén haciendo y vuelvan a la convivencia.-Enoch y Olive se levantaron desganadamente.-Esta prohibido entrar en las áreas verdes.
-Si estuviera prohibido entrar a las áreas verdes no estarían haciendo la convivencia aquí. Porque las áreas verdes abarcan…-
-Por favor joven ya deje de insubordinar mi autoridad.-Dijo molesto el cuidador. Enoch cruzo los brazos y avanzo al lado de Olive. El programa de la convivencia ya iba a terminar. Enoch y Olive se pararon al lado de la salida. Se sobresaltaron al ver que la puerta se abría. Miss Peregrine salió del hotel. Iba al lado de una señora de cabello blanco. Miss Peregrine frunció el ceño extrañada al encontrarlos al lado de la puerta.
-Oh Miss Abroholos. Míster O’connor que bueno que los encuentro. Vayan a buscar a los demás. Vamos a ir a desayunar.-Enoch y Olive asintieron. A Emma la encontraron con Claire y Bronwyn. Hugh y Fiona estaban al lado del puesto de bebidas. Millard, Horace y los gemelos estaban mirando el programa. Miss Peregrine se despidió de la señora y avanzaron adentro del hotel.
Salieron a la calle. Caminaron por un par de minutos hasta que llegaron al centro de Londres. Todo era tan grande. Olive no sabia donde mirar. Entraron en un restaurante de aspecto familiar. Tuvieron que juntar dos mesas para que todos cupieran. A Olive se le bajo un poco el coraje de lo que paso a se unos minutos con Enoch. Se sentaron juntos.
Decidieron ordenar huevo con jamón. A excepción de Joseph y Thomas que querían unas quesadillas. Miss Peregrine pidió la atención de todos. Guardaron silencio.
-Después del desayuno, si gustan podemos ir a Hyde Park o al London eye.-La mayoría voto por ir al London eye. En una hora terminaron el desayuno. Miss Peregrine pago y salieron del restaurante a tomar un autobús rojo. El London eye estaba un poco más alejado del centro. Subieron a la parte descapotada del autobús. Claire iba en el regazo de Enoch preguntándole sobre que era cada edificio. Estaba haciendo el trabajo mejor que el guía de turistas que estaba hasta enfrente.
Horace adelante leía una guía de viajes de Londres. En un par de minutos llegaron a la gran noria. El London eye como lo llamaban. Era muy enorme. Según la guía de Horace media ciento treinta y cuatro metros de altura. Miss Peregrine les dijo que se pusieran frente a ella para tomarles una foto. Se acomodaron y Miss Peregrine les tomo la foto. Se acercaron para subir. Pagaron y abordaron una de las cabinas de la noria. La vista era impresionante. El Palacio de Westminster se veía nítidamente. Los niños sonreían emocionados ante la vista. Enoch y Emma tomaban fotos con sus celulares. Olive se maravillo con todo Londres. Era tan hermoso.
El día fue básicamente pasear por todo Londres. Disfrutar una caminata por el puente Westminster. Ver el río Támesis fluir. El sol desaparecer por detrás de los grandes edificios. Llegaron agotados al hotel a las nueve de la noche. Claire no resistió el paseo y acabo dormida en los brazos de Enoch. Después de despedirse de los demás Olive se dirigió a la habitación. Enoch había ido a dejar a Claire a la habitación que compartía con Emma. Olive aprovecho que el joven no estaba para cambiarse de ropa.
Rebusco en su maleta el camisón. Lo saco y se dirigió al baño. Cerro la puerta. Oyó la puerta de la habitación abrirse. Enoch ya debía de haber llegado. Olive salió del baño con sus cosas. Enoch rebuscaba en su maleta. El se sobresalto un poco al verla. Su sobresalto fue sustituido inmediatamente por la inexpresividad. Saco un pantalón gris y una camiseta blanca de la maleta. Olive guardo sus cosas. Enoch no dijo nada solo se metió al baño apresuradamente. Ella busco dentro de la maleta el libro de química. Siempre leía unas cuantas páginas antes de irse a dormir. Lo tomo y se recostó en la cama, en el lado derecho. Abrió el libro en la página que se quedo. Leyó un poco hasta que Enoch salió del baño vestido con su pijama.
Olive cerro el libro y lo dejo en la mesita de noche. Enoch se sentó en el borde de la cama. Apago la luz. El silencio era un poco incomodo. Enoch se recostó. Los cubrió a ambos con la colcha. El se dio la vuelta y quedo mirando a Olive al rostro. Esbozo una sonrisa.
-¿Te gusto el paseo?-Pregunto. Olive sonrió. Esos días el había estado alegre con ella.
-Si. Si me gusto.-Dijo emocionadamente Olive.-Londres es magnifico. Nunca pensé que fuera tan grande.
-Y eso que todavía no has visto nada.-Dijo Enoch cerrando los ojos.-Mañana oí decir a Miss Peregrine que íbamos a ir al Museo de Historia Natural.
-¿Pero ella nos llevara o iremos con los demás niños?-Enoch asintió a lo segundo.
-Lo segundo.-Bostezo.-Que cansado estoy.
-Igual yo.-Dijo Olive bostezando.-Buenas noches Enoch.
-Buenas noches Olive.-Dijo Enoch medio dormido. Olive se dio la vuelta. Las puertas del balcón estaban abiertas y la luna se veía a su máximo esplendor. Olive se acomodo en la colcha y enseguida cayo dormida.

Memories lost | Roman HolidayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora