Enoch corrió descalzo a traves del pasillo. Abrió la puerta de Claire de un tirón. La niña estaba dormida debajo de una manta color rosa. Enoch entró procurando no hacer ruido. Sabía que luego Miss Peregrine lo regañaría por haber irrumpido de ese modo en el dormitorio de una dama. El joven buscó en los estantes de juguetes blancos hasta que encontró lo que buscaba. Bajó la regleta de madera con el abecedario dibujado en ella. Acarició la cabeza de Claire antes de salir de la habitación corriendo. Bajo las escaleras con frenesí. Enoch se dirigió al salón donde, con certeza sabía que iba a encontrar al detective Zimmerman.
Abrió la puerta de golpe. Adentro, había un desorden de papeles en las tres mesas de plástico plegables. El detective Zimmerman dormitaba con la cabeza recargada sobre la mesa. La compañera del detective, Cecily dormía cubierta con una manta en el sofá. El resto de los policías no se veía por ninguna parte. Tal vez en la madrugada se fueron a sus casas. Enoch movió al detective del hombro. Este se despertó sobresaltado. Se llevó la mano a la pistola que traía colgada en la pistolera. Al ver que sólo era Enoch soltó el mango de la pistola. Lo miró con somnolencia.
-Oh sólo eres tú…-Murmuró rascándose los ojos. Enoch puso la regleta sobre la mesa. El detective la señaló.-¿Qué es eso?
-Es la clave para resolver la última pista.-Dijo Enoch. Señaló la regleta. La regleta era de color blanco. Estaba dividida en dos filas, una tenía las letras del abecedario y la de abajo tenía el número correspondiente al lugar de cada letra. Enoch puso su dedo en el recuadro con el número 14.-¿Y si el número que encontramos no fuera un número sino una letra del abecedario?
El detective lo miró con confusión. Enoch soltó un suspiro de exasperación. Tendría que explicar.
-¿A qué te refieres, hijo?-Preguntó el detective. Enoch tocó con su dedo el recuadro de la regleta.
-Si. A lo que me refiero es que el catorce es el número de una letra en el abecedario.-Explicó Enoch señalando la regleta.-Es decir la posición en que se encuentra la letra. Un ejemplo, el trece… va a ser la letra eme. En nuestro caso sería el catorce… que indica la letra ene.
El detective miró con sorpresa la regleta. Enoch sabía con ese gesto que su teoría tenía razón.
-Tiene sentido tu teoría… pero ¿Por qué una letra?-Preguntó el detective tomando entre sus manos la bolsa con el ladrillo marcado con el número. Enoch no lo había pensado así. Las pistas eran como los casos policiacos que mostraban en las series de procedimental. Algunas guiaban a lugares o daban palabras en concreto para dar con el lugar. De los lugares que tenían algunos no se relacionaban así que no tenía sentido unirlos para dar con un punto. Enoch se quemó el cerebro tratando de pensar en como debían de unir las pistas. No encontró ninguna posible conexión. El detective se puso a llenar un formulario mientras que Enoch sólo se sentó a pensar en un sillón.
Miss Peregrine entró al salón a eso de las seis de la mañana. Llevaba una bata de dormir color blanco.
-Buenos días Míster Zimmerman. Enoch ¿Qué haces despierto tan temprano?-Preguntó y saludó al mismo tiempo. Se cruzó de brazos esperando a que Enoch le respondiera.
-Buenos días Miss Peregrine.-Saludó el detective mientras acomodaba unos papeles. Enoch se encogió de hombros. Golpeó con los dedos la mesa.
-Se me ocurrió algo para ayudar con la investigación y por eso me desperté temprano.-Respondió Enoch. Miss Peregrine asintió. Le acarició el hombro cariñosamente antes de ofrecerle una taza de café al detective Zimmerman. Enoch salió del salón para ir a bañarse antes de que le ganaran sus hermanos el baño. Enoch seguía angustiado por Olive. Quería encontrarla pero no se le ocurría nada para relacionar las pistas.

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Memories lost | Roman Holiday
RomansaOlive despierta en un hospital. Ella no recuerda absolutamente nada. No sabe quien es. Solamente sabe que se trato de suicidar tirandose al mar. Enoch en cambio, es una persona muy retraída. El fue quien la salvo. Pero Olive sabe que hay un trasfond...