No sabía que hacía en mi recamara, ni mucho menos el porque de su visita. Yo no era una persona que practicaba el sexo, a penas había cumplido diecisiete la semana pasada.
Usualmente aquellos seres sexuales atacaban a parejas entrelazadas por el matrimonio. Los ataques sexuales de estos demonios dependen de alimentarse de la energía vital de la victima, —que en este caso era yo—. ya que la energía sexual es una de las mayores explosiones de energía de un ser humano, al igual que también se alimentan del miedo que producen en sus victimas.
Sí.
Sabía todo acerca de ellos, sabía que hacían, cuales eran sus propósitos y que ganaban haciéndolo pero lo único en lo que era completamente inexperta era en como deshacerme de ellos. En como evitar que no me hicieran daño.
Su mirada aun seguía firme sobre mí, sus largos dedos trazaban la esquina de mi cama mientras en susurros cantaba una extraña canción poco coherente para mí. Parecia que hablara otro idioma. De repente el cuarto comenzó a hacerse caluroso y con algo de pesadez, quería gritar por ayuda, quería que una de mis madres llegara a salvarme pero nadie se encontraba conmigo. Sus labios mostraron una mueca con una sonrisa oculta detrás de ella, como si supiera que el miedo y el horror se encontraban enterrados en mi cuerpo, su lengua completamente roja contorneaba sus labios mientras el crujir de sus pasos sobre la madera gastada hacían eco en la habitación asustándome y haciendo que mi corazón brincara al percatarme de que se acercaba.
Mis plegarias fueron escuchadas, Jungkook apareció por la puerta mientras sus ojos observaban directamente hacía mi cama, encontrándome allí pegada al colchón con la cara pálida y los labios resecos. Se acerco a mí rápidamente mientras sentía como el ambiente de la recamara volvía a la normalidad y el hombre demoníaco desaparecía ante la llegada del pelinegro.
—Sorah.—murmuro al tiempo en que me tomaba la frente.—Dios estas caliente, ven levántate.—sus manos sujetaron mis hombros mientras me urgía para poder sentarme. Me miro.—¿Qué fue lo que paso?—pregunto mientras sus ojos indagaban entre los míos los cuales se hallaban llenos de pánico y terror.
No podía objetar palabra alguna, no tenía fuerza. Lo mire en silencio mientras intentaba tomar aire.
—Jungkook ¿Como supiste que necesitaba ayuda?—pregunte mientras el nombrado soltaba mis hombros y me miraban confundido.
—¿Necesitabas ayuda?—respondió con otra pregunta para luego mirar la habitación. Se detuvo mientras fruncía el ceño.—¿Porque la cruz de tu pared esta volteada?—murmuro mientras mis ojos seguían su mirada. Un grito ahogado se escapo de mis labios al ver lo que sus ojos presenciaban, mi cuerpo se congelo ante aquel acto atroz.
Necesitaba ayuda, necesitaba que alguien me ayudara.
—Jungkook...—arrastre su nombre mientras lo miraba.—Necesito que me escuches.—me miro.—Y por favor no le vayas a decir a nadie lo que te diré. Eso haría que las cosas para mí se complicaran más de lo que ya están.—su expresión mostraba confusión y curiosidad mientras asentía.
—Tranquila, Sorah.—sonrió.—Somos hermanos del mismo padre, confíame aquello que te perturba y yo lo guardare conmigo.—aquellas palabras provocaban miles de sensaciones en mí, una de ellas; seguridad.
Dando a ver que la puerta de mi recamara se encontraba cerrada y solo estábamos nosotros dos tome valor e intente ser clara con cada palabra que iba a decir. Él es el único al que le puedo confiar el resto de mi problema, puesto a que si corría junto con mi madre y las demás nada saldría bien para mí.
¿Como quedaría la monja superior al ver que su hija estaba atrapada ante un incubo?
ESTÁS LEYENDO
「incubus」 ;+k. th
Spiritual❝Padre, perdóname, porque he pecado.❞ ✧Actualizaciones lentas. ✧Historia 100% mía. ✧mintaeung.