†❝Demon 06#❞†

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Mis pensamientos incoherentes chocaban contra las paredes blanquecinas de mi alcoba. Mi mirada quisquillosa observaba el techo mientras me planteaba internamente mi sueño tan realista, cerré mis ojos molesta conmigo misma, por no poder sentir asco o culpabilidad por aquel sueño tan dichoso, mas bien, me sentía conforme y ningún rastro de muestra de pecado se poso en mi. ¿Que me estaba sucediendo?

Me levante de mi cama y mientras sentía mi característica alfombra negra comencé a caminar, tenia que ir a la misa; a la cual huí. Y sentarme a escucharla, necesitaba escuchar a mi madre. Necesitaba escuchar sus palabras.

Por un momento, cuando estuve a punto de llegar a la puerta, unas manos impactaron sobre mi pecho haciendo que cayera despavorida sobre mi cama. El miedo se planto de golpe en mí, provocando que mis palpitaciones se aceleraran y que mis nervios temblaran. Abrí mis ojos atonica por lo sucedido, mis pulmones se quedaron sin oxigeno al ver como aquel ser imponente se mostraba ante mí. 

Intente levantarme mientras observaba detalladamente como se acercaba hacía mí, sus labios mostraban una sonrisa coqueta y perturbadora mientras me perturbaba. El ambiente rápidamente cayo en un aire caliente y persuasivo que me estremeció por completo, y a su vez me atrapo. Intente con todas mis fuerzas ponerme de pie; y lo logre. Su mirada aun seguía clavada sobre mi como una daga sobre el pecho. Me limite a mirarlo mientras trataba de buscar mi crucifijo. 

Lo detalle en una de las mesas y lo tome sin molestias, pero antes de siquiera hablar, unas manos aprisionaron las mías y me clavaron en la cama. Su peso sobre mi era nulo, pero aun así, podía sentir como el calor escurría de su cuerpo y caía sobre el mío. Pestañee asustada por la acción, quería salir de aquí lo antes posible. Volvió a regalarme aquella sonrisa matadora para luego besarme. Sus labios se movían al compás de nuestras respiraciones, gemí en sus labios al sentir como se presionaba contra mi, aun sobre mí. Sus besos bruscos me hipnotizaban y provocaban que miles de emociones me invadieran. Necesitaba salir de aquí.  

Sus manos soltaron mis muñecas y comenzaron a rozar mi rostro, mientras aun el beso se profundizaba, cerré mis ojos y me deje llevar por completo. 

Estaba pecando de la manera mas impura posible. No tenia el perdón de nadie por lo que estaba haciendo, pero las ganas de tenerlo entre mi cuerpo eran demasiadas. 

Solté mi crucifijo para enredar mis manos por sobre su cuello caliente. Este cayo al suelo provocando un sutil ruido entre nosotros. Lo acerque a mi, dispuesta a que se mezclara conmigo. 

Mis ojos se abrieron confundidos mientras sentía como su cuerpo se alejaba del mio, ¿Que estaba sucediendo? Mi confusión fue tanta que no vi cuando desapareció. No lo entendía.  ¿Acaso estaba soñando otra vez? No, imposible. Esto no era un sueño. 

Me levante aturdida de la cama, toque varias veces mi cabeza sintiéndome mareada. Mi cuerpo se sentía caliente y con cada rozada que me proporcionaba, un gemido silencioso salia de mis labios. ¿Acaso estaba excitada? 

La puerta se abrió de golpe. Un Jungkook nervioso entro en mi campo de visión. Lo mire detalladamente aun sintiendo como mi cuerpo quemaba.  

―Sorah...―llamo en susurro mientras me observaba desde la puerta.―¿Estas bien?―pregunto, aunque no le preste atención a sus palabras sino a su cuerpo, aquel cuerpo musculoso que escondía en aquellas camisas holgadas. El calor me invadió de nuevo, haciéndome sentir vulnerable. 

―Yo... estoy bien.―sonreí sintiéndome cansada.―¿Que haces aquí?

Sus ojos indagaron sobre los míos para luego sonreírme amistoso.

―No te preocupes. Solo vine para asegurarme de que te encontrabas bien.―confeso mientras cerraba la puerta y se sentaba en el sofá.

―Pues estoy algo mareada pero no creo que sea algo de que preocuparse.―solté rápidamente mientras observaba sus ojos marrones con intensidad.  

―¿Segura?―ataco mientra se removía incomodo sobre el sofá.

Asentí, incapaz de responder. 

Asintió copiando mi acción, para luego levantarse y acomodar su ropa desarreglada. Me miro contento.

―Bien. Entonces creo que me tengo que ir, la Sra. Kim quiere que la ayude con la recolección de esta tarde. Así que nos veremos pronto. ―agrego mientras me sonreía. Pero antes de que pudiera irse, lo frene.

Algo en mi, quiso que se quedara, un ardor incontrolable se poso en mis labios mientras observaba los suyos.

Bésalo...

Una voz gruesa hizo aparición en mi cabeza, ignorando por completo lo que decía volví a mirar sus labios rojizos con tal admiración.

―¿Que sucede, te encuentras bien?―pregunto confundido ante mi comportamiento.

Asentí nuevamente mientras me levantaba y me acercaba hacia el. 

Posee lo ¿Acaso no te gustaría corromper un alma inocente?...

Aquella voz volvió a hacer de las suyas. Lo mire por unos segundos para luego acercarme, su cara de sorpresa cambio dramáticamente a una de nerviosismo y terror. Sonreí inconscientemente mientras lo miraba, no me sentía yo, mas bien sentía que algo me poseía. Vi sus labios apetitosos.

¿Acaso era la lujuria?

―Jungkook...―lo llame sintiéndome completamente acalorada. Sus ojos cristalinos me observaron. Coloque mis manos sobre sus hombros tensos mientras lo miraba deseosa. 

Y sin antes objetar, lo bese.

「incubus」 ;+k. thDonde viven las historias. Descúbrelo ahora