Moví mis labios sobre los suyos con desesperación, aquellos sentimientos que me eran ajenos comenzaron a llegar como el calor a mi cuerpo. Sus labios eran suaves y finos, sentía que hacia mal, pero no tenia ansias de separarme. Se quedo tieso mientras yo hacia el trabajo de mover nuestros labios, sus ojos no se hallaban cerrados y sus manos se encontraban sobre mis hombros, para luego alejarme.
Sus labios se movieron con brusquedad antes de apartarse de mi. Abrí mis ojos aterrada por mi acto, y me di cuenta de que los suyos se encontraban dilatados y con expresión de terror.
Dios mio ¿Que hice?
―Jungkook...―murmure al tiempo en que me acercaba a el, pero rápidamente me esquivo haciéndose a un lado. Su mirada se hallaba en el suelo mientras tocaba sus labios con angustia.―Lo siento.―murmure sintiéndome la peor persona del mundo. Sentía que le había quitado todo con tan solo un roce.
No se digno a mirarme, pero cuando por fin lo hizo pude darme cuenta de que sus mejillas se encontraban rojas y sus labios hinchados y cubiertos por una capa de saliva traslucida.
Mentí, mentí de la peor manera al decir un lo siento cuando no lo sentía. No podía negar que sus labios me habían hipnotizado, ni mucho menos podía negar que mi piel se crispo y mi pulso se acelero cuando nos besamos.
―Sorah....―murmuro al tiempo en que sus ojos me miraban dolidos.―Nunca creí que harías eso...―su voz era suave y aterrada.―Necesitas pedir ayuda. Yo n-no puedo seguir escondiendo... esto.―sus labios temblaron mientras sus ojos se humedecían.
―Jungkook....―repetí.
Pero hizo oídos sordos, y se encamino hacia la puerta. Intente frenarlo, tomando una de sus manos, pero con todo el asco del mundo en sus ojos me alejo. Me odiaba, y yo, no podía hacer nada.
Lo mire con miedo, pero una punzada se hizo presente en mi pecho. Sentía que me faltaba oxigeno. Mi cuerpo se calentó de manera drástica y dramática. Mis ojos quemaban y mis labios se había resecados. ¿Que me sucedía?
De nuevo, aquella voz hizo acto de presencia.
"¿Te gusto, ¿verdad?"
Jungkook se dio cuenta de mi enrojecimiento por lo que me miro confundido aun con sus ojos rojos. La puerta aun se encontraba cerrada.
"Prueba..." "Prueba..." " Prueba..."
Mi vista era borrosa y mi cuerpo pesado.
"Prueba..."
―Jung...―gemí entrecortada mente. Sus ojos se abrieron y sus mejillas se colorearon. Me acerque a el con pasos gatunos y desafiantes. Su mirada nerviosa me hizo sentir extasiada.―Prueba...me.―susurre con una sonrisa coqueta en los labios.
Jungkook a pesar de todo, no se movía, parecía una estatua tallada a unos pies de la puerta.
Lo toque, pase mis manos por su mejilla sintiendo el calor que desprendía su piel. Trago saliva de manera brusca. Mi manos siguió y acaricie sus labios con mi pulgar, su saliva de adherio a mi dedo, así que viéndolo a los ojos lamí mi pulgar llevándome su saliva a mis labios.
Sus ojos captaron mis movimientos de manera automática. Sonreí coqueta para luego besar la punta de su nariz, su cuerpo se estremeció ante mi acto y aquello me produjo satisfacción.
Ahora, sin importarme nada, lo bese. Aunque se dejo de manera inmediata lo separe. Sus ojos se encontraban cerrados y sus labios rojizos se hallaban levemente abiertos. Se dio cuenta de mi acto y me miro sonrojado.
Sonreí mas abiertamente y mientras lo tomaba de la mano lo encamine hacia mi cama. Sus pasos fueron torpes y nerviosos pero aun así no se negó a seguirme. Luego de haberlo pastoreado lo acorre junto a mi cama y sin esperar mucho lo empuje. Cayo recostados con ambas manos expandidas por toda mi cama. Sus ojos nerviosos en ningún momento se separaron de los míos. Como un león hambriento me coloque a horcajadas sobre el sintiendo como todo su cuerpo se tensaba y como su saliva pasaba por su garganta sonoramente.
Intento hablar pero no supo que decir, sus labios temblaban y sus mejillas se coloreaban de un rojo intenso cada vez mas. Sus manos apretaron fuertemente mis sabanas en el momento en que me acomode sobre su pelvis inactiva y me acercaba a su cuello dispuesta a besarle.
Un gemido silencioso salio de sus labios cuando me acerque a su boca y lo bese, cerro sus ojos de manera vacilante para luego dejarse llevar. Introduje mis manos por su abdomen cubierto de aquella camisa blancuzca y comencé a repartir suaves caricias a su persona. Sutilmente moví mi cuerpo sobre el de el, dispuesta a que reaccionara, y así lo hizo. Su ojos se cerraron con mas fuerza mientras sus labios se abrían para soltar un suspiro. Deje que mis manos inquietas y calientes recorrieran mas allá de su abdomen, pase mis dedos por la hebilla de su pantalón y mientras lo observaba comencé a desabotonar lentamente la cremallera, espere a que reaccionara y me apartara, pero en su mirada se podía ver claramente que el se había convertido en un sumiso. Que anhelaba cada roce mio y que no seria capaz de apartarme de su lado.
Ya con sus pantalones sueltos observe su ropa interior negra con una lujuria desconocida. Pase mis manos sobre su tela traslucida y un gemido ahogado salio de sus labios. Su erección me había dejado con sorpresa, pero tantas eran mis ansias por poseer lo que aquello no se reflejo en mi rostro. Me baje de el, dejando que mi cuerpo rozara de manera tosca sus glúteos, lo mire sintiéndome acalorada y con mis manos sobre el fui bajando lentamente su pantalón hasta que estos cayeron al suelo. Su mirada aterrada poseía una centellada de lujuria que me hizo continuar. Volví a mi antigua posición y me coloque sobre el, sus ojos se abrieron aun mas y su pecho húmedo comenzó a bombear aire. Su erección aun cubierta se escondió dentro de mis glúteos. Aquel calor que emanaba de el me hicieron sentir humedad.
Con un deseo incontrolable de tenerlo mordí su labio inferior de manera ruda, escuchando como el luego gimió por lo bajo. Su mirada mostraba sorpresa por mi acto, supuse que nunca se imagino que yo haría esto.
Y que por supuesto, fuera con el.
Moví mi culo sobre su pene caliente escuchando como susurraba mi nombre y cerraba sus ojos junto con sus manos. Lleve las mías a sus hombros y tomando impulso seguí moviéndome lentamente sobre el, sus manos fueron a mi cintura tímidamente y sorprendiéndome otra vez, me apretó de manera posesiva para luego hacer que me restregara mas contra su miembro.
―Oh, dios mio...―farfullo mientras otro gemido salia de sus labios y se mezclaba con el mio. La fricción de ambos cuerpos era una de las sensaciones mas explosivas que había experimentado. Me sentía en las nubes y podía deducir que para el también se sentía lo mismo.―Sorah....―murmuro con excitación en su voz.
Ahora el se había acercado a mis labios y me comenzó a besar de manera salvaje. Sus dientes mordieron repetidas veces la piel de mis labios mientras su lengua jugaba tímidamente con la mía. Su pelvis comenzó a elevarse de las sabanas intento estar aun mas conmigo, gemí en su oreja para luego sentir como sus labios besaban mi cuello de manera ruda. No podía creer que estuviera haciendo esto. Pero la adrenalina de que nos descubrieran algunas de mis hermanas, o hasta incluso mi madre, hizo que el momento de arrebato fuera aun mas excitante.
―Me duele...―murmuro avergonzado y con su frente cubierta por una capa de sudor.―Duele...―repitió.
Sonreí ante su inocencia, y me percate de que se encontraba cerca. Mi vientre comenzó a temblar de manera drástica para luego un gemido saliera de mis labios. Sus boxers junto con su erección fueron cubiertos por mi orgasmo, su cuerpo tembló al sentir el frió apoderarse de el y como el liquido se fundía contra su pene.
―Oh...―vocifero para luego dejar que su esperma traspasara sus boxers y cubriera mis glúteos. Sus piernas temblaban y su respiración era pesada. Un jadeo salio de sus labios al sentir como me movía.
Sus ojos me miraron y sus mejillas se encendieron. Aquel brillo que destilaban me hacia sentir nerviosa. Mi calor disminuyo y la razón y coherencia invadieron mi mente.
Dios mio ¿Que había hecho?
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「incubus」 ;+k. th
Espiritual❝Padre, perdóname, porque he pecado.❞ ✧Actualizaciones lentas. ✧Historia 100% mía. ✧mintaeung.