Capítulo 5-Cruzando miradas.

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Ya era la mañana del domingo y estaba terminando de preparar unas cosas de último minuto, mientras mi mamá hacía 'mi último desayuno por parte de ella', admito que esta mujer es muy dramática, y que en vez de estudiar para ser maestra, debería haber estudiado teatro o actuación.

Terminé de guardar todo, y bajé primero una maleta y mi cartera, luego hice otro viaje para agarrar mi segunda maleta y salir de mi habitación, cerrando la puerta de esta y hechándole llave para que mi hermana no se meta a revisar mis cosas, creo que es la niña más chusma que he conocido.

Una vez abajo y con la llave de mi cuarto en mi mano, me acerqué al sillón donde estaba situado mi bolso y saqué la billetera de este, abrí el monedero y guardé la llave ahí, porque, según yo, estaba en un lugar seguro, no creo perder mi billetera, eso sería caer muy bajo en mi opinion.

-_____, vení a comer, que en veinte minutos salimos.-Entró mi madre al living.

-Claro, claro ya voy.-Hablé volviendo a guardar mi billetera en la cartera, para después dirigirme a la cocina.

Al entrar pude persivir un delicioso aroma a la famosa torta de frambuesa con crema batida que hace mi madre desde que tengo memoria, que vale decir, es una de mis favoritas.

-Mmmm... esto sí que es vida.-Miré al cielo, como dando un agradecimiento, mientras me deleitaba con mi porción de pastel.

-Comé más despacio, parecés cerdo.-Se burló mi hemana.

-Perdón, señorita 'yo soy una dama comiendo'.-Dije recordando cuando mi mamá había cocinado un mousse de chocolate con crema encima, y mi hermana saltó sobre la copa donde estaba servido, llevandoselo a la boca con las manos y llenándose de mousse las mejillas. Fue muy gracioso y la molesté más de una semana seguida con lo mismo y cada vez que se me presentaba la oportunidad lo repetía para hacerla enojar, es demasiado chistosa, se le pone la nariz rojita y parece que le va a salir humo de sus pequeños oídos.

Seguí comiendo más de ese pastel hasta que nos tuvimos que ir, obviamente, yo, la niña inteligente, agarré un recipiente de plástico y pusé lo que quedaba de torta en este, para comerlo en el viaje y si llegaba a sobrar en Ibiza también. Lo sé, soy glotona, pero bueno, mi mamá dijo que era para mí, asique...Jódanse Bitches, es mío y de nadie más!

Los veinte minutos en auto se me pasaron relativamente rápido, hablando con mis papás de qué puedo hacer, que no y miles de estupideces que no me interesaban, o sea, voy a estar sola con mis mejores amigas, aunque me digan no bebas, vamos a emborracharnos alguna que otra noche, somos adolescentes, nos gusta vivir la vida, disfrutarla, no somos unas santas, ni monjas.

Llegamos y papá saco mis valijas, agarrando una él y la otra se la dió a mamá, mientras yo iba con mi torta en una mano y en el hombro mi cartera. Con las chicas habíamos quedado que nos encontraríamos justo donde estaba parada ahora, en el lugar de embarque. A lo lejos oí como alguien gritaba, algo preocupada voltíe mirando de donde provenían los gritos y logré divisar a una niña de unos ¿14 años? Sí, mas o menos, que estaba al lado de un chico haciendose unas fotos, quizás era algún familiar que no veía hace mucho, pero cuando el chavo dirigió su mirada hacia mi dirección, conectando nuestros ojos, sentí ese algo que uno no puede explicar con palabras porque no hay una definición exacta, podría ser intensidad, profundidad, o simplemente ese temblor que se empieza a desatar en tu interior y te recorre desde la punta del dedo gordo del pié, hasta la punta de tu último cabello.

Sus ojos verdes no dejaban de mirarme, provocando mi nerviosismo y que mis mejillas tomaran un color carmesí claro, bajé mi mirada a sus labios perfectamente rosas y muy apetecibles, a decir verdad. Sus rasgos faciales parecían haber sido tallados por dios, y sus rizos eran simplemente perfectos, estaban desordenados dándole ese toque natural, que quedaba espectacular.

Estube unos minutos atontada mirando al chico de castaños rizos desordenados y mirada verdosa,hasta que un grito me saca de lugar logrando que me sobreexaltara, giré bruscamente, justo en el momento que mi amiga Valentina me viene a abrazar y chillar lo emocionada que estaba, y que no podía esperar a entrar al avión.

Volteé nuevamente para ver si el chico de rulos seguía a unos cuantos metros de mí y me descepcioné al no verlo y tampoco a la niña.

Ya me pasó esto otras veces, es como cuando te enamoras de un chavo que va caminando en la misma calle que tú o en el mercado, etc, nada que no se pueda superar, pero eso sí, no voy a olvidar ese momento, en el que cruzamos miradas.

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Yey! Hazza y rayis ya se vieron! quieren más?

Pues....

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Las quierooo!

Ibiza(Harry Styles)EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora