Venezuela.

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Sé que posiblemente no soy la persona más indicada para hablar de la situación que nuestro país, Venezuela, está enfrentando en este preciso momento, porque no he vivido los años suficientes para saber lo que nuestro país anteriormente, fue. Pero sé que diecisiete años son suficientes para hablarles de lo que se siente pasar de la libertad a la dictadura, de la terrible transición que hay de un término a otro, porque creo que lo poco que he experimentado sobre la política venezolana en lo que tengo de vida me ha atribuido diferenciar lo que es bueno y malo para nuestro país, más allá de algún partido y de alguna etiqueta creada por alguno de los lados. Sé que la mayoría tenemos algún interés en común, porque no debe negarse que cada venezolano nombra más de una vez al día algún acontecimiento que pasa recientemente en el país, y eso es todo y cada uno de los días, desde que tengo uso de razón, sé que es así. ¿Entonces, cuál es ese interés? Yo no creo que sea simplemente acabar con un gobierno, porque díganme, cuando acabe ¿Qué vamos a hacer? ¿Qué vamos a esperar? He aquí, el grandísimo problema, los venezolanos vivimos a la deriva y normalmente dejamos las cosas a medias. Los efectos de estas protestas tal vez si traigan como consecuencia la libertad nuevamente a nuestro país, ¿Pero más allá de eso, hay algo? Así como muchos sienten ''arrechera'', yo solamente siento impotencia mezclada con tristeza, con la nostalgia de simplemente no saber que pensar sobre todo esto. Porque sé, con toda seguridad, que por la mente de todos siempre pasan aquellas preguntas: cuándo será que va a terminar esto, por qué será que nos pasan estas cosas, es que el gobierno no se cansa. Y también sé con toda seguridad cuantas veces hemos tenido que decir que el presidente nuevamente se encadenó, que alguien cercano se fue del país, que esa comida que tanto nos gusta volvió a aumentar, de cómo a algún conocido lo robaron en la calle, de cuánto cuestan aquellas cosas que antes económicamente no valían nada. Y sé, aún más, la impotencia en el corazón al llorar pensando en que no sé que voy a hacer con mi vida en unos meses cuando termine el colegio, porque al igual que cualquier venezolano tengo sueños y metas, y es rudo tener que ser realista, y pensar en que hay sólo dos opciones: idealizar todos tus deseos en otros país o quedarte aquí sin siquiera tener seguro que hayas a poder lograr lo que quieres. Y por eso, comprendo la molestia de todas y cada una de las personas que están en la calle protestando, porque todos nos hemos visto afectados por la situación del país, porque todos hemos tenido que cuestionar varias veces que tenemos que hacer porque pareciera que cualquier cosa nos limitase. Y eso fijándome únicamente en ideales, si les hablara de hambre, de dinero, de corrupción, de inseguridad, de salud... sé que igual todos estaríamos afectados. Porque el dinero, la comida y las medicinas se acaban. Pero creo que los ideales, los sueños y las metas, jamás terminan, a no ser que te los arrebaten. Y eso es lo que hacen algunos en este país. Eso es lo que nos ha traído hasta acá. Hemos visto anaqueles vacíos, y eso no nos hizo reaccionar. Hemos visto como la inflación aumenta, y eso no nos hizo reaccionar. Hemos visto como gente muere por falta de medicinas, y eso no nos hizo reaccionar. Hemos visto como robar, y eso no nos hizo reaccionar. Hemos visto como los niños en las escuelas se desmayan, y eso no nos hizo reaccionar. ¿Hacía falta llegar hasta aquí? Definitivamente con la ignorancia que tenemos los venezolanos, creo que sí, hacía falta una dictadura para ver si con eso podíamos abrir los ojos... más allá de todo lo material que este gobierno nos ha arrebatado, al final del día lo único que nos queda es la fuerza y la fe, los ideales, los sueños.... Y lo más importante: la educación y el amor a la patria. Y creo que incluso en este país hace falta muchísimo más de estas dos últimas cosas, porque la educación nos hace aceptar y comprender las opiniones de otros y crear nuestras propias opiniones e ideas. Y el amor, nos hace sensibles ante las necesidades que tiene un país. Y eso nos hace falta, sensibilizarnos, educarnos, amarnos, y luchar. Y no luchar para quitar a alguien de un poder, sino luchar por lo que creemos justo, cumplir con nuestros deberes y exigir nuestros derechos. Y no veo nada de malo en eso. Pero si en serio queremos hacer algo por este país, debemos comenzar desde nosotros mismos, sea con protestas, con oraciones, con difusión de opiniones y mensajes reales. La solución para este país la tenemos nosotros, para cuando en serio sepamos qué es lo que queremos, sólo entonces tendremos la Venezuela que anhelamos.

Pana, ¡Esto es Venezuela!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora