1. Hacer que mi navidad no se sintiera como una.
2. Obligarme a hablar de política cada día de mi vida.
3. Sentir en la calle, que mi teléfono es lo que más vale.
4. Quitarme la ilusión de ejercer mi primer voto a la edad que correspondía.
5. Tener que cambiar mi alimentación.
6. Que destrozaran los murales de mi ciudad con campañas del presidente.
7. Pensar que ahora, este no es el mejor país del mundo.
8. No poder comer más en McDonald's.
9. Casi morir hace cinco años en un asalto.
10. No saber si terminaré mi carrera universitaria.
11. Que exista gente a la que no le importa que otros ni siquiera coman.
12. Y que ahora somos insensibles ante el dolor, egoístas frente al prójimo y mentirosos con nosotros mismos.
13. Que en cada hogar hay ausencia.
14. Y que jamás volveré a tener a mi familia junta otra vez.
15. Que pretendan cambiar el pasado.
16. Que salir a comer un helado sea un lujo.
17. Tener más de diez años sin galletas Reinitas.
18. Haber llorado en un aeropuerto.
19. Que mi discotienda favorita se fuera de la ciudad.
20. Tener que planear mi futuro lejos de aquí.
21. Pensar que las cosas en serio irían mejor.
22. Cuestionarme si vivir así de rápido como se hace en Venezuela, vale la pena.
23. Pasar nuevamente un cumpleaños lejos de dos de las personas que más amo.
24. Y no saber cuando el próximo abrazo llegará.
25. Vivir en constante ansiedad.
26. Volvernos aún más conformistas y mediocres.
27. Que aquello que juramos no pasaría, pasó.
28. Ver a la gente comer en de la basura.
29. Y a ese perrito desnutrido morir en medio de la avenida.
30. Que el salario de mi madre sea menos de un dólar.
31. Volverme miedosa y vulnerable.
32. Anhelar que algunos recuerdos vuelvan a ser realidad.
33. Vivir segundo a segundo sin poder disfrutar el día a día.
34. No poder hacer los cursos que quiero.
35. Ni tener el chance de estudiar lo que me hubiera gustado.
36. Que destrozaran los sueños de millones.
37. Y que nuestro país se volviera irreconocible ante nuestros propios ojos.
La lista, incluso, puede ser interminable. Pero lo que destaqué me ha marcado particularmente. Y aunque no debería perdonarles tanto dolor, rabia e impotencia que he sentido. Lo hago.
Ya les perdoné todo. Porque no quiero ser como ellos, no quiero vivir con odio dentro de mí. Aunque cueste sanar todo el daño que causaron, se comienza por la aceptación.
Acepto que nos dañaron. Que dolió, que fue difícil y que jamás olvidaré todo esto. Pero elijo liberar todo lo que en algún momento sentí por ustedes, señores socialistas, elijo la paz.
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Pana, ¡Esto es Venezuela!
AcakPana, ¡Esto es Venezuela! Para nosotros no hay nada mejor que reír porque de los momentos de crisis saldremos también. {Ser feliz no cuesta nada, eso aprendí de los venezolanos.} Aquí encuentras: típicos del venezolano, cosas que su...