《 Jesse Pinkman 》

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Era la hora y aún no lo tenía todo preparado. Con mis tacones y mi vestido negro ceñido corría como podía por toda la casa. Las velas, en mi habitación. La bebida y la comida, en la cocina. Notaba la presión del momento y el miedo que sentía si tocaban esa puerta. 

Era nuestro aniversario, un año juntos. Un año soportando el mal humor y el temperamento de Jesse. Un año soportando sus salidas y venidas misteriosas. Un año soportando sus decisiones poco precavidas y sus malos hábitos. 

A pesar de todo, seguía queriéndole y él me seguía queriendo a mi. Por eso, me encontraba en esta situación. Habíamos quedado para celebrar nuestro aniversario y ya pasaban dos minutos de la hora. Lo entiendo, son sólo dos minutos y Jesse solía llegar tarde pero esta era nuestra noche y tenía la sensación de que algo no iba bien. Poco tiempo después, cuando ya estaba todo preparado y yo más relajada, me senté en la silla y decidí esperarle con una sonrisa. 

Unos minutos más tarde, abrí la botella de vino y me serví un poco en la copa. Minuto a minuto, las esperanzas de que Jesse apareciese disminuían así como la cantidad de bebida en mi copa. A las 10:47, 47 minutos más tarde, mi móvil sonó. 

-Jesse, ¿dónde coño estás? -dije cabreada. 

-Lo siento cariño, no voy a poder ir. Prometo que te lo voy a recompensar..

La voz de Jesse se oía mal, ya que se escuchaban más las voces de fondo. Parecían hombres gritando y de repente, un tiro. 

-¡Jesse! -grité- ¿Eso han sido tiros? ¿Dónde estás?

Entonces colgó. 

Me quedé con el móvil en la mano y la boca abierta durante unos segundos, sin saber como reaccionar. ¿Como se suponía que tenía que reaccionar? Intenté llamarle un par de veces más, pero estaba desconectado. Dejé el móvil sobre la mesa y apagué las velas. 

→                                                                                                                                                                             ←

La mañana siguiente.. 

Desperté totalmente confundida hasta que me ubiqué al ver la fotografía que tenía encima de la mesita. En ese momento, sin saber si era la desesperación, noté una ligera presión en mi cadera. Era el brazo de Jesse. Me giré lentamente y ahí estaba, durmiendo a mi lado. 

Rápidamente, recordé todo lo de anoche y me levanté de la cama de un salto. Él, al notar el movimiento, también despertó. Nos miramos durante unos segundos, como si nos viésemos por primera vez. 

-¿Que haces aquí? -pregunté.

Él abrió los brazos en plan indignado. 

-Se supone que tengo que estar aquí -respondió. 

-Ayer también -reproché. 

-Siento lo que pasó anoche, pero debía encargarme de algo del trabajo y se me hizo imposible llegar a tiempo.. -se explicó. 

-¿Donde estabas? -pregunté de nuevo- Oí tiros y gritos. 

Él se quedó callado. Se levantó de la cama y se acercó a mi, pero se detuvo a unos centímetros. 

-¿Esa será tu respuesta? ¿El silencio? 

Él abrió la boca y unos segundos más tarde, habló. 

-Yo.. me gustaría contártelo pero..

-¿Pero qué? -levanté la voz- Jesse si no confías en mí no le veo el sentido a seguir con esto. 

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