《 Alec Lightwood 》

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Sentía una sinfonía de emociones últimamente, aunque la que más destacaba era la rabia. Rabia que podía sacar de mi cuerpo de una única manera; luchando. La Clave me había prohibido ir a misiones durante las próximas dos semanas ya que me comporté de mala manera en la última misión y desafié las leyes, aunque a veces se deben romper. Ya lo dicen, sed lex dura lex

El motivo de la rabia que sentía tenía nombre y apellido; Alec Lightwood. Habíamos estado saliendo durante 4 meses, pero en secreto y ya me había cansado de disimular cuando no estábamos solos. Obviamente, no tuve el valor de enfrentarme a él así que aquí estaba, golpeando un saco de boxeo descargando todo lo que sentía. 

-No golpees así -me interrumpió una voz, la ignoré ya que sabía quién era- Recuerda que tienes que atacar con todo tu cuerpo. 

Él caminó hasta mi lado y consiguió que le dedicase una fugaz mirada antes de volver a golpear el saco de boxeo, siguiendo su consejo. Él me observaba, así que me detuve y le miré de nuevo. 

-Quiero estar sola -le indiqué la salida. 

-Ayer no lo querías -respondió. 

Sonreí y coloqué mis manos en mi cintura sin creer lo que acababa de decir. 

-Alec, estoy cansada de esta actitud -solté- Estoy cansada de ser tu secreto. 

-No estoy de humor para hablar contigo sobre esto -hizo un gesto con la mano negando la conversación. 

-Pues yo estoy de humor para romperte la cara -dije cabreada, él apartó la mirada de mi y me ignoró- Llevamos juntos 4 meses y aún lo sigues manteniendo en secreto. Te lo he dado todo Alec. Estoy cansada de despertarme sola en la cama y estoy cansada de fingir que no hay nada entre nosotros. ¡Así que hemos terminado!

Sin añadir más, di la vuelta para irme, pero Alec me cogió del brazo y me volvió a dar la vuelta. Esta vez, quedando más cerca. 

-No puedes romper conmigo -dijo serio mirándome a los ojos. 

-Lo acabo de hacer -murmuré sin apartar la mirada de sus ojos llenos de rabia y pasión. 

En ese momento, Alec me empujó a sus brazos y sus labios encontraron los míos. Me besó violentamente, mordió mi labio inferior hasta hacerlo sangrar. Parte de mi quería apartarse, pero otra parte de mi quería seguir pegada a él. Finalmente, cedí a mis impulsos y recorrí mi mano por su cuello hasta llegar a su pelo. Lo agarré fuerte, entonces él soltó un pequeño gemido. 

Tardamos solo unos segundos en llegar a su habitación, segundos que se hicieron eternos. Ahora me encontraba contra la puerta, entonces Alec me levantó agarrando mis glúteos y de ahí me llevó hasta la cama. Entonces, decidí que era momento de quitarnos la ropa. Inicié el paso, pero fuimos ambos los que lo seguimos. 

Él encima de mi besándome el cuello dejando pequeños mordiscos en su camino hasta abajo. Llegué a perder el control al final del camino y me liberé de todo para así poder sentirlo más intenso. Alec volvió a subir y nuestros ojos se encontraron en un momento apasionado. Sin previo aviso, le di la vuelta y me coloqué encima. Ahora era yo la que bajaba dando besos por todo su pecho, besando cada centímetro de sus runas. Finalmente, los dos acabamos uniendo nuestros cuerpos y sintiendo lo mismo, pero intensificado cada vez más. 

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La mañana siguiente.. 

Desperté con una sensación extraña, había alguien a mi lado. Abrí los ojos y me encontré a Alec sentado en el borde de la cama. Me abrí paso entre las sábanas y me senté detrás de él mientras le di un pequeño beso en el cuello. 

-Estás aquí.. -murmuré. 

-Estoy aquí. 

-¿Por qué? -pregunté. 

Él respiró profundamente y se giró para mirarme. Yo, que llevaba puesta una camiseta negra de Alec, nunca me había sentido tan observada como en ese momento. 

-Como Cazador de Sombras he crecido viendo lo que el amor hace a otras personas. Lo he visto de maneras que otras personas nunca verán -admitió- No quería que eso llegara a ser un problema para mí así que construí un muro. No sé como, pero tú has encontrado una fisura y lo has traspasado. No quería admitir que lo habías conseguido, por eso lo he ocultado. 

No sabía que decir. ¿Como se suponía que iba a responder eso? Lo único que podía hacer, era coger su mano y dedicarle una sonrisa. 

-En cuánto Jace y Izzy se levanten, iremos a hablar con ellos -asintió- Juntos. 

·Imagina dedicado a @wilheylastra



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