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《 Justin Foley 》

Miércoles. Mi día nada favorito de la semana. Día en el que voy al grupo de apoyo de maltrato en hogares. Un grupo de jóvenes desgraciados hablando de sus problemas. Esta vez, había venido un chico nuevo. No pude evitar mirarle. Era apuesto. 

-¿Quién se atreve a hablar ahora? -dijo Kelly, la monitora. 

Un silencio abunda la sala, hasta que veo a este chico levantando la mano. 

-¿Como te llamas? -preguntó ella.

-Justin -respondió con la cabeza agachada.

-Adelante, Justin.

-Todo empezó en el momento en el que mi madre empezó a salir con un idiota. Ese idiota me pegaba y a mi madre le ha dado igual. Siempre le ha elegido a él antes que a mi. A su propio hijo. Ahora mismo estoy viviendo en la casa de un amigo, pero a saber hasta cuando. No quiero volver a casa. 

Noto como su voz se va quebrando y veo lágrimas saliendo se sus ojos. Ojos que transmitían soledad y desesperación. Sentimientos en los que yo me veía reflejada. En ese momento, me di cuenta que él no era como los demás. Al terminar la hora me acerqué a él, con la intención de iniciar una conversación. 

-Justin, ¿verdad? -me acerco a él. 

Él asiente tímidamente, entonces me presenté. 

-¿Te apetece ir a tomar una birra o algo? -ofrecí.

-Claro -sonrió de lado. 

  →                                                                                                                                                                                     ←  

Muchas risas y muchas cervezas después, Justin me acompaña a casa. Ya había anochecido. El tiempo nos había pasado volando. 

-¿Y tú? -preguntó inseguro- ¿Cuál es tu historia dramática? 

-Lo típico -respondí- Padre alcohólico, madre fugada y hermana pequeña a la que cuidar. 

-Vaya, eso si que es duro.. lo siento. 

Justin me da la mano y me coge totalmente por sorpresa. Los dos seguimos caminando como si nada. Ni siquiera nos dimos cuenta de que habíamos entrelazado los dedos. Unos minutos más tarde, llegamos a mi casa. Nos despedimos con un abrazo y concluimos nuestra noche. 

  →                                                                                                                                                                                         ← Los días y semanas han pasado y cada vez me gusta más ir al grupo de apoyo. En realidad, me gusta la compañía de Justin. Hablamos todos los días. Alguna vez le dejo quedarse en mi casa y ahí va un pequeño secreto; ambos tenemos pesadillas. Lo bueno, es que nos tranquilizamos el uno al otro. 

Hoy llego tan tranquila a casa después de haber estado toda la tarde con Justin y su amigo Zach. Hemos estado toda la tarde jugando a la consola. Me alegro de que Zach sea su amigo, ya que es un buen tío. 

Llego a casa, voy a la cocina y me preparo algo para cenar como todas las noches, pero esta vez la televisión no está encendida, no veo a mi padre en el salón.. todo es muy extraño. Esta vez, mi padre se encuentra en la cocina, bebiendo una cerveza. Eso si lo hace todas las noches. 

-¿Donde has estado? -me pregunta ebrio. 

No le respondo. Me agarra de la mano con fuerza y me apoya contra la pared.

-Que donde has estado te he preguntado -alza la voz.

-Con unos amigos -respondo finalmente.

-¿Zorreando por ahí? Eres igual que tu madre, una zorra. ¿Y sabes que les pasa a las zorras? Se las castiga. 

Después de eso me da un bofetón haciendo que caiga al suelo. Empiezo a sangrar. Mi padre me agarra de las muñecas y me empieza a desvestir. Soy incapaz de moverme, me quiero morir, quiero que esto acabe. Minutos después de sufrimiento y de gritos de auxilio, acaba. Ahora solo quiero que mi vida acabe. 

  →                                                                                                                                                                                ←  

Me he pasado una semana en casa sin salir de la cama. Justin me ha estado escribiendo todos los días pero yo no he tenido ganas de contestarle. No quiero hablar con nadie. Solo quiero que esto acabe. Unas pastillas, solo necesito unas pastillas para dormir. Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho y nueve. Consigo cerrar los ojos. 

Oigo gritos de fondo. 

-¡Despierta! -reconozco la voz de Justin. 

Abro los ojos y miro a mi alrededor. Estoy en un hospital. Miro a un lado y veo a Justin apoyado en la cama durmiendo, se encuentra tan tranquilo cogiendo mi mano. Sujeto su mano con fuerza y eso consigue despertarle. 

-Estas despierta.. -murmura. 

-¿Que ha pasado? -pregunto confusa. 

-Tuviste una sobredosis por pastillas, llegué a tiempo y conseguí que las vomitaras -explicó- ¿Por qué? ¿Por qué te tomaste tantas? ¿Es que querías..?

No fue capaz de decir la palabra. Yo tampoco. Me limité a asentir y tragar saliva antes de explicarle lo que pasó. 

-El otro día mi padre me.. -me quedo a medias.

No soy capaz de terminar la frase cuando me pongo a llorar. 

-Le voy a matar -dijo serio Justin- Tu hermana y tu no podéis seguir viviendo con él. Tiene que ir a la cárcel. 

-Lo sé, pero por mucho que diga no hay pruebas. Los vecinos le tienen miedo. 

-Las encontraremos, no te preocupes -él se acercó y me dio un beso en la frente, después se aleja un poco y me mira a los ojos- Te quiero. 

-Yo también te quiero -respondí sinceramente. 

Justin sonríe. Esa sonrisa que me vuelve loca. Se vuelve a acercar y nos fundimos en nuestro primer beso. 

Unos meses más tarde, Justin vive conmigo y con mi hermana. Mi padre está en la cárcel. Seguimos en los grupos de apoyo, aunque el único apoyo que necesitamos es el nuestro. Todo lo que necesito tiene nombre, Justin Foley.

·Imagina dedicado a @Stephania1005