VII

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Recientemente el azabache había ido al centro junto con su amigo Yoongi, pues bien el menor había decidido comprarle algún obsequio al rubio con el cual —actualmente— compartía castigo a finales de todas las clases.

Yoongi no había puesto impedimento a la oferta en ningún momento, cosa que después no le extrañó al azabache ya que explicó que le vendría bien comprar otro obsequio para su correspondiente amado.

Jungkook sabía a la perfección los gustos del mayor por lo que decidió comprar algún libro de su tema preferido y ahora se dirigía con una bolsa hacia la biblioteca la cual tenían que arreglar como castigo por el reciente mal comportamiento que tuvieron —o más bien tuvo— en la cafetería.

—Hola Taehyung. —Dijo con una sonrisa que arrugaba sus facciones con digna ternura.

—Jungkookie. —Correspondió alegre el contrario y suspiró viendo al rededor todo el desastre de libros que había. —¿Preparado?

—Antes quiero darte algo. —Comentó el azabache y sacando el libro envuelto en papel de regalo, se fue acercando a la posición del mayor hasta posar el objeto en sus —a la vista del menor— hermosas manos.

—¿Qué es? —Preguntó curioso y sin más, el contrario hizo un simple ademán dándole paso a que abriera aquél obsequio.

—Adelante, seguro te gustará. —Respondió sin duda alguna, pues el menor estaba seguro de que había hecho una buena elección, sin embargo, el miedo inundó su cuerpo cuando la expresión en el rostro del mayor cambió por completo y lo único que podía observar era una cara completamente asombrada y no de la forma más buena.

—¿O-ocurre algo? —Titubeó inseguro.

—Jungkook, ¿por qué me das esto? —Le cuestionó estirando sus brazos para que el menor pudiera ver la portada de aquél libro, que según él, le sería de gran agrado.

Error.

La carcasa no era de lo más bonita y sus letras cursivas y llamativas no indicaban algo de lo más agradable para ambos.

—¿Kamasutra? —Cuestionó para si mismo el menor y juraría que la mandíbula podía llegar a tocar el suelo de aquella antigua biblioteca. —Taehyung, yo...

Y volvíamos a lo de siempre. Ya era como una rutina y sentía como si de a poco se acostumbrara a su propia estupidez y descuido.

—Jungkook, no se que buscas. Yo realmente ahora no, sí, más bien he... — El mayor no acababa ninguna de sus frases mientras un fuerte sonrojo adornaba toda la piel de su rostro.

—Tae, te juro que esto no era lo que te quería dar, seguramente ha habido una confusión.

Y estaba en lo cierto, pues el de piel pálida y estatura baja acababa de entrar por la puerta con notoria rabia, arrebatando el libro de sus manos y posando otro en su lugar para luego, volver a dirigirse a la salida sin una sola palabra.

Bueno, quizás la sorpresa había fallado pero lo bueno era que el libro había vuelto a las manos del indicado.

¿No?

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Este Suga es todo un loquillo 7u7rr
Ya traje pack para las y los Yoonmin shippers, era hora ¿no?

El Yoonmin es sagrado prras.

100 maneras de espantar a tu chico; VKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora